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Judith Colell: “Nuestro modelo de cine no es el francés, es el danés”

La nueva presidenta de la Academia del Cine Catalán quiere luchar porque el espectador valore las producciones locales: “Solo tiene que ir a verlas”

Toni Polo Bettonica
Judith Colell, nueva directora de la Academia del Cine Catalá, el lunes en la sede de la institución.
Judith Colell, nueva directora de la Academia del Cine Catalá, el lunes en la sede de la institución.Carles Ribas (EL PAÍS)

El 14 de junio Judith Colell (Sant Cugat del Vallès, 53 años) firmó las actas de las elecciones a la presidencia de la Academia del Cine Catalán como secretaria de la junta, al entrar, y como presidenta, al salir. Su candidatura, Cine y futuro, se impuso a la de la también directora Neus Ballús, ‘Una academia de puertas abiertas’. Colell es miembro de la institución desde que se creó, en 2008. Hace cuatro años entró en la junta de Isona Passola como secretaria y ha sido secretaria de la Academia de Cine Española, además de dirigir el grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad Ramón Llull. “Pensé que, claro, después de tantos años de máster de academia, tocaba poner toda esta experiencia al servicio de mis compañeras y compañeros de la industria del cine catalán”, explica.

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“Me encuentro una academia fantástica, con un equipo al que conozco bien”, cuenta. “Creo que, a pesar de la situación de pandemia, la Academia está fuerte: los Premios Gaudí tienen una salud fantástica; el Ciclo Gaudí, un gran proyecto que salió de la anterior junta, ya está en más de 100 salas, incluida la Cataluña Norte; acabamos de organizar el encuentro de las academias ibéricas; en septiembre volvemos a hacer el intercambio Gaudí-Goya, en el que en Madrid le hacen uun homenaje a nuestra Gaudí de honor, Carme Elies, y nosotros se lo hacemos Ángela Molina”.

El equipo de Colell, del que el productor Sergi Moreno es el vicepresidente, no es que apueste por una continuidad total. “De ninguna manera”, dice, enérgica. “La primera novedad va a ser la creación de comisiones para estudiar y debatir temas concretos. Desde la propia gala a la relación con otras academias, a la educación, a la relación con las plataformas, a la animación, a la apuesta por los jóvenes y por acercar el cine a las escuelas. En la Academia hay mucho talento y muchas ganas de trabajar para que la gente que se dedica a la industria del cine se sienta representada”.

La directora asegura que lo fundamental es: “Que el espectador se sienta interpelado por nuestro cine. El cine nos explica como sociedad, quiénes somos, cómo nos relacionamos, qué lengua hablamos. Tenemos un cine fantástico, muy bueno, que ha sido premiado en todos los festivales, que viaja muchísimo. Tenemos que conseguir que nuestros espectadores se lo crean, porque es verdad. Solo hace falta que lo vayan a ver, que lo conozcan y lo valoren. Me dan envidia los franceses, lo chovinistas que son con su cine”.

Colell considera que este problema pasa con todo el cine español y buena parte del europeo. “En Francia es donde lo han hecho mejor, y yo creo que los catalanes también podemos tener ese punto chovinista de los franceses. Nuestro cine es muy bueno. Tenemos que sacar pecho. ¡Si vamos a Málaga y lo ganamos todo!”, dice, con humor, recordando los recientes éxitos de en el festival andaluz de El ventre del mar, de Agustí Villaronga, Destello Bravío, Chavalas o 15 horas, de la mismísima Colell.

Hace 10 años se hacían en Catalunya películas con más presupuesto: ¡Pa negre se comió todos los Goyas del mundo!

¿Pero es el francés el modelo a seguir en Cataluña? “No lo creo”, responde. “Cataluña no tiene estado, somos más pequeños… Debemos fijarnos en la cinematografía de países similares a Cataluña. Dinamarca, por ejemplo, excepto porque es un Estado y nosotros no lo somos, sí tiene, como nosotros, una lengua minoritaria y ruedan tanto en su idioma como en inglés. Hacen un cine estupendo, muchas series, se relacionan con los países de su alrededor para coproducir. Ese puede ser un buen modelo para nosotros”.

Hay talento en el cine catalán, pero el éxito depende de la financiación… “Espero que las nuevas ayudas de la Generalitat permitan que se hagan más películas en catalán y películas con mayor presupuesto, que hace 10 años: ¡Pa negre se comió todos los goyas del mundo! Es importante apostar por el cine en catalán. Y, desde luego, que si alguien quiere rodar en catalán no tenga que hacerlo en castellano porque la financiación venga de otro lado; que si alguien quiere rodar en castellano, que lo haga, o en inglés o en la lengua que sea, pero si alguien quiere rodar en catalán que lo pueda hacer. Yo normalmente ruedo en mi lengua, el catalán. Al principio rodé alguna película en castellano, pensando que así tendría mayor recorrido comercial, pero ya no lo pienso. Mi película de mayor repercusión era en catalán. Además, estoy convencida de que cuando una película te llega, te llega igual en castellano, en catalán o en suajili”.

Convencida de que las vacunas van a ayudar a acabar con la pandemia, confía en que las salas de cine recuperen la normalidad: “Necesitan el 100% urgentemente. Porque lo han pasado muy mal. No podemos permitir que cierren más cines”. Lo que muchos ven una amenaza para las salas, a Colell no le asusta: “El cine no desaparecerá nunca. Evidentemente hay unas plataformas, que están aquí para quedarse, y todos miramos películas en otros formatos, pero la magia de ir al cine, en comunidad, con la concentración que te da una sala, es incomparable”. Por el otro lado, las plataformas dan trabajo. La Academia lo tiene claro: queremos que vengan a rodar aquí, que se instalen aquí y que hagan series en catalán (¡estamos viendo series que pasan en Barcelona y en las que no se dice ni una palabra en catalán!). En esto seré, más que optimista, trabajadora y reivindicativa.

Un departamento contra abusos

Uno de los principales objetivos de Colell es la creación en la academia de un departamento de abusos. “No se trata de un organismo de control, que no somos policías”, explica la directora de 15 horas, que cuenta la historia de una mujer que se separa de su marido, un príncipe azul a los ojos de la gente, un maltratador en la realidad… “Queremos que las personas que se sientan víctimas de abusos sexuales o laborales de nuestro sector no se sientan solos y tengan con quién hablar: habrá una abogada y una psicóloga porque a menudo estas personas se sienten perdidas”. No es que en el sector los abusos sean más comunes que en otros. “Desgraciadamente ocurre en el día a día de toda la sociedad”.

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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