Cataluña descarta prolongar el toque de queda el 9 de mayo si los datos siguen la evolución descendiente

La Generalitat no prevé aplicar el toque de queda a partir del 9 de mayo si la pandemia se mantiene estable. La consejera de la Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, aseguró este lunes que el Ejecutivo catalán “no necesitará aplicar medidas adicionales” para la gestión de la pandemia si los datos epidemiológicos no sufren una gran variación. El anuncio de Budó contrasta con las dudas que el Govern transmitió la semana pasada, cuando dio a entender que su intención era mantener la limitación nocturna. La rotundidad de ayer se explica, en parte, por el esperado descenso paulatino en las UCI los próximos días, según los expertos.

”Todo lo que no sea necesario alargar, no lo alargaremos”, aseguró Budó en La2, “los datos están estabilizados y van bajando un poco. Si todo continua igual, no necesitaremos aplicar medidas adicionales”.

A pesar de que Budó vinculó la decisión del Govern al control epidemiológico, la portavoz mostró una rotundidad que no se dio el pasado viernes, cuando la consejera de Salud, Alba Vergés, transmitió la idea de que el toque de queda empezaría tras el fin del servicio de bares y restaurantes, a las 23.00 horas. La titular de Salud aseguró que el Govern se tomaría unos días para “definir algunos aspectos [de la gestión de la pandemia] como el toque de queda”. Tres días después, la Generalitat se muestra más convencida de poder gestionar la pandemia sin una limitación nocturna a corto plazo, según su portavoz.

No es la primera vez que la posición de los socios de Govern difieren en la gestión de las restricciones. A principios de abril, Salud (ERC) apostaba por mantener el desconfinamiento comarcal, mientras que Interior (Junts) abrió la puerta reiteradamente al perímetro comarcal. Ahora, el discurso de Budó apuesta por la movilidad nocturna, mientras Vergés muestra una idea más prudente a la espera de la evolución de los índices.

El Ejecutivo contempla que en los próximos días la presión en las UCI disminuirá. La presión asistencial ha sido la principal preocupación del gobierno catalán por la dificultad de vaciar las camas de críticos, que actualmente siguen en 479. Ahora, las estimaciones del BioComSC, el grupo de investigación de la UPC experto en proyecciones, ven “probable” que el estrés hospitalario baje ligeramente en los próximos días tras acumular tras semanas alrededor de los 500 casos. “Si esta semana hay una continuidad en los datos de la semana pasada, iremos en buena dirección”, asegura Enric Álvarez, biofísico y miembro del BioComSC. Los investigadores están a la espera de que en los próximos días no haya un aumento de los positivos notificados por una hipotética infradetección el sábado 1 de mayo, que al ser festivo podría haber influido en una menor detección de casos, como ocurre los domingos.

El fin del estado de alarma abre a partir del 9 de mayo una nueva etapa que los expertos observarán con especial atención, sobre todo si finalmente también decae el toque de queda. “La última semana de mayo será clave”, anuncia Álvarez. Será entonces cuando se observe el impacto de la reapertura social y económica, y si el alcance de la vacunación será suficiente para contener el aumento de la movilidad. Para el investigador, es necesario que la mayor interacción social se realice en entornos de riesgo bajo, como en espacios exteriores. La Generalitat ya ha anunciado que la restauración abrirá por la noche y los parques de atracciones también retomarán su actividad cuando el estado de alarma decaiga. “Debe ser posible servir en los restaurantes por la noche, como se sirve ahora en los mediodías”, reivindicó Budó.

Cataluña mantiene unos registros epidemiológicos similares a los de las últimas semanas, en una situación más favorable de lo que preveían los responsables sanitarios tras la movilidad de Semana Santa, cuando se temía una cuarta ola. El Govern criticó entonces la intención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de no alargar el toque de queda sin conocer la evolución de la pandemia, algo que repitió ayer Budó: “El estado de alarma debe levantarse según los datos epidemiológicos, no porque haya unas elecciones \[en Madrid\] y sea necesario hacer anuncios electorales unos días antes”.

Sin reforma legal

Sin el paraguas jurídico, la Generalitat mantiene conversaciones con el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para “abordar [las necesidades] y que después no haya desacuerdos” en el momento de decretar nuevas restricciones. En este sentido, el Govern tenía previsto aprobar este martes una reforma de la ley de Salud Pública y poder aplicar así restricciones de movilidad por razones sanitarias [como ya hizo en verano con el confinamiento comarcal del Baix Segre cuando la pandemia estaba descontrolada. El Ejecutivo catalán, no obstante, ha congelado la reforma legal a la espera de una respuesta del Gobierno central sobre cómo actuar para que las futuras medidas cuenten con el aval judicial.

La velocidad de propagación (Rt) es de 1,01, dos centésimas menos que la víspera; y el riesgo de rebote desciende hasta los 275 puntos, nueve más que el martes. La positividad es de 6,25%, una cifra superior al 5% establecido por los organismos internacionales como el umbral del control de la pandemia.

El Departamento de Salud administrará la vacuna de Moderna a partir de este lunes a los guardias civiles y policías nacionales destacados en Cataluña, han informado fuentes conocedoras de la organización de la inmunización, que han precisado que la campaña se llevará a cabo en cuatro puntos, uno por cada provincia. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ordenó a la Generalitat el pasado martes que en el plazo de diez días garantizara la vacunación a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en Cataluña con la misma proporción que los Mossos d’Esquadra.