La renta media de Barcelona y su área cae un 7% por la pandemia
La desigualdad, el riesgo de pobreza y la pobreza extrema aumentan, según estimaciones del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos
La crisis social derivada de la pandemia de la que hace meses alertan las administraciones y las entidades, desbordadas por las peticiones de ayuda, ya tiene unas primeras cifras estimadas. La situación económica derivada de la crisis del coronavirus ha provocado un descenso de las rentas familiares de entre un 7% y un 8% en Barcelona y su área. La caída de ingresos ha provocado un repunte de la desigualdad, que retrocede 15 años. Y hay al menos 129.000 personas más en riesgo de pobreza que antes de la pandemia y más pobreza extrema. Son datos de un informe del Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos (IERMB).
El IERMB, vinculado a la Universidad Autónoma y al Área Metropolitana, ha realizado el informe, cuyos datos son estimaciones, a petición de las administraciones, que necesitan conocer el alcance del impacto socioeconómico de la crisis económica en Barcelona y los 35 municipios de su entorno. Pero, dado que los datos de renta se hacen públicos con dos años de retraso, el informe estima las cifras actuales tomando como referencia la última encuesta de condiciones de vida (2018-2019), y calculando los datos hasta el tercer trimestre de 2020 con indicadores como los de la Encuesta de Población Activa (EPA) y del mercado laboral.
En todos los ámbitos que se miden, la estimación contempla dos escenarios: uno restrictivo que contempla los parados que buscan empleo (la EPA) y otro que incluye a los que ya no buscan (el caso, por ejemplo, de trabajadores de sectores que están paralizados y sin visos de reactivarse a corto plazo).
El estudio señala muy explícitamente que sin la cobertura de las prestaciones de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), la desigualdad habría retrocedido “cuatro décadas” a niveles de los años 80. El informe apunta a un incremento “moderado” de la brecha social en el área de Barcelona. Sitúa el coeficiente de Gini (que mide la diferencia de rentas) de 2020 en valores de entre 0,329 y el 0,331, mientras que el año 2018-2019 se situaba en un 0,321. El aumento es de entre 2,5 y 3,1 puntos porcentuales. Unos datos que muestran un “preocupante enquistamiento del fenómeno \[la desigualdad\], una dinámica que revierte el proceso de construcción de cohesión social previo a la Gran Recesión y que sitúa de nuevo el nivel de brecha de rentas por encima del que se registraba en 1995 (0,325)”.
El responsable del área de cohesión social y urbana del IERMB y coautor del informe, Sergio Porcel, subraya que la actual crisis “llega cuando todavía no se habían revertido los incrementos de desigualdad y pobreza de la anterior crisis”. Y añade que este golpe afecta “en mayor grado a los más vulnerables, a estratos socioeconómicos más bajos, clases populares e inmigrantes; mientras que la otra crisis fue más transversal, afectó a más perfiles, ahora hay profesionales que han podido seguir teletrabajando”.
Porcel también apunta que los datos muestran claramente “como en los periodos de recesión la crisis impacta siempre antes en los trabajadores más precarios, que son los que antes salen del mercado laboral (contratos temporales, parciales), por lo que los más afectados son jóvenes, migrantes... y la población infantil que son hijos de estos empleados”.
El coautor del informe lamenta que “la desigualdad se había comenzado a reducir entre 2014 y 2018, aunque no llegó a revertirse respecto al escenario anterior a la crisis que estalló en 2008”. “Es otra evidencia de que la reducción de la brecha se basó en la creación de un empleo muy precario”, insiste y destaca el papel de los ERTE para que personas que no están trabajando sigan teniendo ingresos.
Los expedientes de regulación temporal y las ayudas a los autónomos han reducido la pobreza moderada en un 18,5% y la pobreza extrema en un 35,7%. Los datos tienen en cuenta a las personas que están en ERTE pero no lo están cobrando.
Pobreza más intensa
Las malas noticias sobre el aumento de la pobreza, con todo, no solo hablan de aumento de personas en riesgo de exclusión (entre 4 y 5 puntos sobre un 20% de pobres pre pandemia), sino que apuntan a un “incremento de la pobreza extrema y a un aumento de la intensidad de la pobreza”. Un fenómeno que ya crecía antes de la pandemia (afectaba al 5,3% de la población en 2018-2019) y ahora aumenta en dos puntos porcentuales.
Y, todavía más preocupante: aumenta la intensidad de la pobreza: “La población pobre lo sería hoy todavía más que antes de la pandemia, con ingresos más alejados del límite del riesgo de pobreza”.
El impacto social de la crisis económica
Reducción de la renta media en los hogares metropolitanos. Se ha reducido entre un 7% y un 8% en 2020 y se sitúa entre los 32.330 y los 32.036 euros anuales.
Más desigualdad de rentas en el área de Barcelona. El coeficiente de Gini el año 2020 se sitúa en valores de entre el 0,329 y el 0,331. En 2018.2019 se situaba en un 0,321. El aumento es de entre un 2,5% y un 3,1%.
Retroceso de 15 años en la brecha social. Las estimaciones apuntan a una desigualdad en 2020 mayor a la que había en 1995 (0,325) y mucho mayor a la reducida antes de la crisis de 2008 (0,293 en 2006).
Más personas en riesgo de pobreza. En el área metropolitana de Barcelona hay en 2020 entre 129.000 y 152.000 persones más en riesgo de pobreza que antes de la pandemia (eran 648.000, una de cada cinco).</MC>
Pobres más pobres. Se incrementa también la pobreza extrema (50.000 personas más, un total de 221.000), y se produce un ligero aumento de la intensidad de la pobreza.
Los perfiles más afectados por la crisis. Los que tenían los contratos laborales más precarios: población joven, de origen migrante y clases trabajadoras. Y también sus hijos.
El papel de colchón de los ERTE y las ayudas a los autónomos. Los expedientes de regulación temporal de empleo están reduciendo la pobreza moderada en un 18,5% y la extrema en un 35,7%.
El alquiler supone un gasto mayor. La población metropolitana que vive de alquiler ha destinado más porcentaje de su renta a pagarlo debido a la caída de renta. Pasa de un 40% en 2018-2019 a entre un 43,8% y un 44,9%. La población que destina más del 40% al alquiler pasa del 13% al 16%.
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