Casi 60.000 familias reciben ayudas alimentarias en Barcelona
La emergencia social por la crisis del coronavirus lleva a Ayuntamiento, Cruz Roja y Cáritas a casi duplicar la atención a personas vulnerables
La crisis social que se deriva de la crisis sanitaria del coronavirus es de tal magnitud que administraciones y entidades no esconden su magnitud y admiten que va para largo. Y aunque defienden un abordaje estructural de la atención social, asumen que ahora toca ofrecer ayudas de emergencia para paliar el drama de familias que no tienen para comer o pagar la vivienda. Los datos del Ayuntamiento de Barcelona, Cáritas y Cruz Roja indican que solo en la ciudad atienden a 56.700 familias. Si se suman las redes vecinales, que hablan de 5.500 familias en Barcelona y su entorno, la cifra se acerca a las 60.000.
En una rueda de prensa conjunta, este miércoles el Ayuntamiento ha explicado que reparte a diario 11.000 comidas a domicilio (el triple que antes de la pandemia) y ha alcanzado la cifra de 29.000 tarjetas monedero (17.000 más), que tienen un importe de entre 100 y 450 euros. Además, ha repartido 20.000 cestos de comida seca y fresca a personas mayores o enfermas que no podían salir a comprar durante la emergencia sanitaria. Estas cestas no están contadas en la cifra total. Por parte de las entidades, Cáritas atiende a 13.100 familias y Cruz Roja a 3.600, de las que el 74% son nuevas.
Las tres instituciones han comparecido para anunciar la firma de un convenio por el que el Ayuntamiento aportará un millón de euros a entidades. Medio millón será en forma de tarjetas monedero para Cruz Roja y Cáritas, de manera que además de repartir alimentos puedan proporcionar dinero para que las familias compren sus alimentos, un sistema que permite ganar en autonomía y enriquecer las comidas con alimentos frescos. Se estima que podrán repartir 2.000 tarjetas.
El otro medio millón se destinará a abrir una convocatoria de ayudas de 10.000 o 15.000 euros a las 40 redes vecinales que durante la crisis también están paliando, a menor escala, las necesidades de barrios de la ciudad. Estas entidades han sido muy críticas con la administración de la alcaldesa Ada Colau, que en las últimas semanas ha respondido que atiende a todo el mundo que acude a servicios sociales y les ha pedido que deriven a las familias que atienden. De hecho Colau les ha agradecido durante la comparecencia su papel en la crisis.
La alcaldesa ha insistido en la idea de que es necesario hacer “políticas estructurales para combatir la pobreza y acabar con las desigualdades”, pero que ahora toca “abordar situaciones de emergencia”. “Barcelona ya hace tiempo que trabaja en políticas en red con las entidades que hacen una función social fundamental en la ciudad”, ha añadido y ha defendido ampliar las tarjetas monedero “que proporcionan mayor autonomía” durante la desescalada. “El convenio tiene mucho valor, es un paso adelante donde la administración reconoce que si lo hacemos juntos lo haremos mejor para que no pase ni un día sin que alguien no coma en la ciudad”, ha dicho.
Desde las entidades, Salvador Busquets, de Cáritas, y Salvador Giner, de Cruz Roja, han celebrado el convenio y han asegurado que las tarjetas contribuirán a reducir las colas de personas esperando para recibir comida, porque podrán comprarla. Busquets ha explicado que prevén que la emergencia actual se alargue hasta finales de año y ha alertado de que les “preocupa el post covid de 2021 con una crisis social" que perdurará. El presidente de Caritas ha reconocido que la sorpresa de esta crisis ha sido que han aflorado familias que vivían al día de la economía informal o sumergida (como los servicios de limpieza o de cuidado) y que se han quedado sin ingresos de golpe. Giner también ha hablado de las “nuevas vulnerabilidades” que han aflorado y ha subrayado que el 75% de peticiones de ayuda son nuevas familias.
Con un millón de euros de ayudas sociales de emergencia aportadas solo por el Ayuntamiento en los últimos dos meses, la concejal de Salud y Cuidados, Gemma Tarafa, ha admitido que habrá que incrementar la partida anunciada de un millón de euros para las entidades, y no ha eludido las referencias a situaciones como la cola de la parroquia de Santa Ana. “Ha habido colas [de personas aguardando para comida], no hay que esconderlas”, ha dicho, y ha puesto en valor el esfuerzo y la “magnitud” de la atención de los servicios municipales.
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