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Fines, el epicentro de la trama familiar y empresarial que sacude al PP de Almería

La ley del silencio se impone en el pueblo, donde el presidente de la Diputación inauguró un auditorio bautizado con su nombre. Lo construyó una empresa incluida en el sumario

Nacho Sánchez

Vestido con ropa deportiva, cabizbajo, cansado, el alcalde de Fines (Almería, 2.286 habitantes), Rodrigo Sánchez, salía a las 18.26 horas de este martes de las oficinas de Cars Rodrigo, una de las empresas a las que está vinculado. Lo hacía con la cara medio tapada y acompañado de tres agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que le introducían en los asientos traseros de un vehículo camino a la Comandancia de Almería, a más de una hora de camino. Él es uno de los siete arrestados en unas actuaciones del instituto armado declaradas secretas y vinculadas con supuestas contrataciones ilegales, entre los que también está Javier Aureliano García, presidente de la Diputación Provincial, ambos del Partido Popular. El viaje suponía un punto y seguido a una larga jornada que arrancó temprano con el registro de su vivienda en el pueblo por el mismo equipo que, a última hora de la tarde, seguía en las instalaciones de la compañía de compraventa y alquiler de vehículos. La jueza que instruye la causa cree que hay “sospechas fundadas de la comisión de unos hechos que pudieran ser constitutivos de un delito de cohecho, malversación de caudales públicos y blanqueo de capitales”, de acuerdo con su auto.

La mañana había comenzado con sorpresa para los vecinos de la localidad almeriense, rodeada de canteras de mármol y ubicada en el corazón de la comarca del Valle del Almanzora. A primera hora, un coche de la Guardia Civil aparcaba frente al piso donde reside el regidor. Nadie sabía qué pasaba, pero todos sospechaban que era algo importante porque había incluso una unidad canina. Y entonces la noticia corrió como la pólvora: habían detenido al alcalde.

El arresto se convirtió en la conversación del día para los habitantes de este municipio. “Todo el mundo ha estado hablando de ello”, reconocía Imad desde la otra parte del café-bar Madrid, ubicado frente al Ayuntamiento. “He escuchado de todo, porque hay gente muy a su favor y otros, menos, en contra. Pero yo llevo solo cuatro años aquí y no sé bien qué opinar”, explicaba el empleado de una cafetería oscura, humilde y donde unos peces nadaban ajenos a todo en una luminosa pecera.

El pueblo parece estar entero en obras. A media tarde, entre las calles vacías, apenas se escuchaba el sonido de la radial de los albañiles que trabajan en unas obras municipales y, de lejos, las fichas de dominó con las que un grupo de jubilados jugaba sus partidas en la planta alta del hogar del pensionista, frente al auditorio Javier Aureliano García. El espacio se inauguró en 2021 y fue bautizado con el nombre del dirigente político arrestado este martes, encargado de su inauguración. Lo construyó con fondos de la Diputación la empresa Tigilis, también incluida en el sumario. “Eso es justo lo que ha hecho el alcalde: muchas obras. Ha cambiado todo el pueblo”, explicaban. Ponían de ejemplo las calles que están siendo renovadas estos días, pero también la vía verde, el espacio escénico o el propio edificio consistorial, inaugurado en 2014 a base de mármol, entre otras.

“Que se lo lleven detenido ha sido una sorpresa”, explicaban entre silencios, miradas esquivas y pocas ganas de hablar sobre el regidor del pueblo desde 2003, un dirigente con fuerza en el PP de Almería, suspendido de militancia este martes.

Otros vecinos admitían que los escarceos de la familia Sánchez con la justicia se han repetido en los últimos años. El hijo del alcalde, también Rodrigo Sánchez, ya tuvo una causa en 2009 que se archivó y en 2014 otra en la que fue condenado a 21 meses de prisión junto a su hermana por construir sin licencia un edificio anexo a su vivienda y una piscina en una de sus fincas, aunque más tare fue absuelto por la Audiencia de Almería.

En 2021 volvió a ser detenido por la Guardia Civil en la operación que ha dado origen a esta segunda detención del alcalde, y que también puso patas arriba a Fines. Entonces los agentes —que también arrestaron al sobrino del alcalde, Óscar Liria, que entonces era vicepresidente tercero de la Diputación de Almería— registraron domicilios y empresas en el llamado caso Mascarillas. T Tanto Liria como el hijo del alcalde fueron sorprendidos con fajos de dinero en metálico. Precisamente, este último es otro de los siete detenidos por la UCO en el día de hoy.

Fines es el punto de partida y epicentro familiar de la trama de las mascarillas y de la red de empresas que obtenía adjudicaciones supuestamente fraudulentas a través de la Diputación de Almería. El adjudicatario del material sanitario, Kilian López, es conocido en la localidad, en la que pasaba los veranos de pequeño. De hecho, su tía, Hortensia López Moreno, también investigada en la causa, es excuñada del alcalde de Fines y administradora única de Comercial del Seguro del Almanzora S. L., empresa de la que el regidor fue administrador hasta 2017. Los sobrinos de Sánchez, Óscar y Francisco Liria, también están investigados en la causa, este último por utilizar empresas pantalla con las que blanquear el dinero percibido por las mordidas de las mascarillas.

Entonces se impuso la ley del silencio, la misma que rige ahora entre muchos vecinos. La mayoría mira hacia otro lado cuando ve pasar a extraños y rara vez responden a las preguntas sobre lo ocurrido. “Esto es muy pequeño y es mejor no hablar”, respondían muchos. Apenas Mariana, una señora que llevó al alcalde a los tribunales hace 20 años por una disputa familiar, se atreve a celebrar su arresto y a hacerse muchas preguntas sobre por qué no ha ocurrido antes. “¿De dónde sale su patrimonio?”, se cuestionaba. “Es de esas personas abiertas, de gran carácter, que te intenta convencer de todo y que te hace un favor sin pensarlo. Pero luego, cuando menos te lo esperas, te lo cobra por triplicado”, apuntaba.

Otro vecino, que no quiso decir su nombre ni que le vieran hablar con un periodista, insistía en la misma idea casi oculto en el interior de su coche y con la ventanilla medio cerrada. “No se entiende que le hayan seguido votando tantas veces, pero la gente lo hace por miedo. Aquí o eres de su cuerda o ya te destierran”, subrayaba. “Esto es una vergüenza para el pueblo”, subrayaba muy molesto.

“La verdad es que nosotros no tenemos ni idea de lo que ha pasado. Nos hemos enterado de lo que ha pasado, claro, porque esta mañana había mucha Guardia Civil, pero no podemos decir más porque no lo sabemos”, afirmaba por su parte Martín Oller, joven profesor de la escuela municipal de música durante un ensayo de la banda metalera Goreleech, formada por un chico y una chica de 17 años. La voz ronca de él, la guitarra de ella y la poderosa batería del docente llegaban hasta las oficinas de Cars Rodrigo, donde durante toda la tarde los agentes de la UCO abrían carpetas, revisaban documentación, miraban facturas y consultaban el contenido de los ordenadores, siempre en presencia del alcalde hasta su traslado a la comandancia. También estaba allí su abogado, de traje, permanentemente al teléfono. Más allá de seguir de cerca los registros, también miraba a los efectivos policiales sacar un puñado de escopetas de caza de las oficinas, que guardaban en el maletero del vehículo que llevó a Sánchez hasta Almería.

Cerca de las ocho de la tarde, noche fría y cerrada en Fines, el único local iluminado en la calle Madrid eran las instalaciones de Rodrigo Cars, donde los agentes seguían de aquí para allá o salían a fumar un cigarro para darse un respiro. Sus caras mostraban el cansancio de una jornada larga, difícil y extraña en un pueblo que prefiere callar.

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Sobre la firma

Nacho Sánchez
Colaborador de EL PAÍS en Málaga desde octubre de 2018. Antes trabajé en otros medios como el diario 'Málaga Hoy'. Soy licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga.
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