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Diferentes sectores del PP recomiendan a Feijóo una oposición menos polarizada

El líder popular cumple dos años y medio al frente del partido en su peor momento de valoración

Alberto Núñez Feijóo, en su escaño del Congreso de los Diputados, en un pleno celebrado en julio.
Alberto Núñez Feijóo, en su escaño del Congreso de los Diputados, en un pleno celebrado en julio.Borja Sánchez-Trillo (EFE)
Javier Casqueiro

El líder del PP y de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no está en su mejor momento. Los médicos le han mandado 15 días de reposo, al menos hasta que se recupere de una intervención por un desprendimiento de retina, y las encuestas le otorgan su peor valoración desde que llegó a la presidencia del partido conservador, hace dos años y medio. Este junio, con la que le estaba cayendo al Gobierno y al presidente, Pedro Sánchez, en plena investigación sobre su esposa, Begoña Gómez, Feijóo obtuvo su peor nota en el sondeo oficial del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Desde noviembre, cuando el socialista volvió a ser investido jefe del Ejecutivo, Feijóo ha perdido ocho puntos entre los ciudadanos que le veían alguna opción para llegar a ser presidente, sobre una nota ya baja. Esa caída se constata también entre los votantes del PP y Vox. En el PP, dirigentes de todas las sensibilidades valoran su “solvencia” y cómo ha reunificado el partido, pero corroboran que sigue sin encontrar su papel y estilo como líder, y sugieren que haga una oposición “no tan polarizada”.

En el PP nadie concede demasiada fiabilidad a los datos ya cocinados que proporcionan los barómetros políticos del CIS, que dirige el exmilitante socialista José Félix Tezanos. Pero sus analistas y los expertos de firmas demoscópicas privadas sí estudian con esmero sus series históricas y sus trabajos de campo. Paco Camas, profesor y director de investigación de opinión pública en IpsosSpain, muy crítico habitualmente con los sesgos en favor de los partidos de izquierda de Tezanos, lleva tiempo observando en los datos de las preguntas sin elaborar que Feijóo “no es que esté mal o no acabe de arrancar, es que está en su peor momento”.

El experto sociológico se agarra a las series del CIS que preguntan por la valoración de los líderes políticos, por las preferencias de los ciudadanos para que alguno de ellos sea presidente del Gobierno, y a lo que revelan al respecto los propios votantes de esos partidos. Con todo ello, ratifica que Feijóo parece estar en caída libre: “Cuando llegó, en marzo de 2022, se registró una luna de miel con hasta un 5,20 sobre 10 [de valoración], pero luego fue descendiendo y se quedó muchos meses en la parte baja de las anotaciones, entre el 4,2 y el 4,3. Las elecciones generales del 23-J, que ganó, le vinieron bien, se recuperó un poco hasta el 4,5, pero volvió al 4,1 con su fracaso de investidura y este junio obtuvo su peor nota, un 3,87”. El panorama no es mucho más halagüeño cuando se cuestiona sobre las preferencias para que sea presidente del Gobierno. En noviembre de 2023, cuando Sánchez revalidó el puesto y continuó en La Moncloa, Feijóo era el preferido para ese cargo por el 21%. Ahora ha perdido ocho puntos hasta el 13%.

Pablo Casado, cuando era presidente del PP, y Alberto Núñez Feijóo, entonces jefe del Ejecutivo gallego, en una convención del partido en 2019.
Pablo Casado, cuando era presidente del PP, y Alberto Núñez Feijóo, entonces jefe del Ejecutivo gallego, en una convención del partido en 2019.álvaro García
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Paco Camas facilita una explicación a esos suspensos: “Todo se debe a que pierde apoyos entre los votantes del PP y también entre los de Vox. La valoración entre los votantes populares ha descendido del 6,9 al 6,5. Para los de Vox, esa caída ha sido del 5,5 al 5,3. Los electores del PP que le veían como el mejor presidenciable eran el 64% y ahora son el 53%”.

Dentro y fuera de la M-30

Un dirigente del PP con responsabilidades máximas en ejecutivas anteriores facilita una explicación sobre qué le podría estar ocurriendo al actual líder de la oposición: “Feijóo tuvo un gran éxito al ganar las elecciones generales del 23-J, pero luego, con su labor y su falta de equipo, ha perdido la capacidad que se le presuponía como presidente de la Xunta de Galicia de interlocución con la España de la periferia, la que debería de poder entenderse algún día con el PNV o con Junts, y a cambio Pedro Sánchez ha demostrado que conoce muy bien cómo está ahora la sociedad española más allá de los que nos votan a nosotros dentro de la M-30 madrileña, Pozuelo, Aravaca y los que van los domingos a misa”.

Un veterano diputado, que trabaja ahora para el equipo de Feijóo, ensalza del líder popular que “sabe sacar lo mejor de lo que tiene, como por ejemplo aprovechar muy bien los nuevos liderazgos autonómicos”. “Los reforzó y supo unir y coser a un partido muy fracturado y de inmediato convertirlo en un partido ganador”, afirma. Pero vislumbra un problema: “La tentación que debe evitar es caer en la trampa de la polarización a la que lleva Sánchez a la política española. Por eso, la renovación del Consejo General del Poder Judicial con el pacto con el PSOE ha sido un mazazo contra la estrategia de los muros de Sánchez”.

Uno de los presidentes autonómicos del PP más veteranos prefiere quedarse con uno de los valores que la mayoría de los responsables del partido consultados conceden a Feijóo: “Es una persona solvente, con evidente experiencia de Gobierno tras 14 años en la Xunta y buenos resultados de gestión, que es lo que debe exigirse a un presidente”. Este barón apunta como un factor a corregir el tipo de oposición que se está llevando a cabo: “No ha tenido mucha experiencia como líder de la oposición y le está costando adaptarse a ese papel”.

Un presidente popular al frente de una de las regiones con mayor apoyo para ese partido, apunta otro factor que les está implicando y en el que los barones están mostrando mucha generosidad hacia su líder: “Feijóo quiere tener mucha relación con los que estamos gobernando, porque le servimos de ejemplo de lo que se podría hacer al frente del Gobierno de España. Y es verdad que nos cita mucho en Madrid”. Algunos dirigentes territoriales precisan que determinados barones regionales pasan demasiado tiempo fuera de sus autonomías, en reuniones y manifestaciones convocadas por la dirección nacional. Otras fuentes apuntan que el propio Feijóo se ha quejado recientemente, en restringidos encuentros privados, de que no encuentra el nivel de excelencia y preparación que esperaba, ni en los cuadros del partido en Génova 13 ni tampoco en sus estructuras territoriales.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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