Acuerdo para impulsar el corredor ferroviario de la Costa del Sol

Debería ser la norma, pero es la excepción. Por eso ha sorprendido ver este mediodía salir sonrientes a todos los responsables políticos que han participado, en Málaga, en una reunión sobre los problemas de movilidad en la Costa del Sol. Han asistido 17 alcaldes y alcaldesas de Málaga y Cádiz, representantes de las diputaciones de ambas provincias y la Junta de Andalucía, además del secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano. Todos han destacado, sin reservas, el entendimiento mantenido durante un encuentro en el que se han tomado varias decisiones: arrancar un estudio de viabilidad para el corredor ferroviario entre Nerja y Algeciras, estudiar la posibilidad de bonificar a estudiantes y trabajadores el peaje de la autopista AP-7 y analizar distintos problemas de saturación de la autovía A-7, además de aumentar la capacidad del Cercanías y fomentar otras formas de transporte público urbano e interurbano.

Hasta esta mañana nadie sabía, a ciencia cierta, qué podía ocurrir en la reunión convocada desde el Ministerio de Transportes en Málaga. El Partido Popular, que gobierna en la inmensa mayoría de municipios del litoral malagueño y gaditano, se había encargado de calentar los días previos. “Esperamos que no vengan solo para una simple foto”, decía la presidenta provincial del PP malagueño, Patricia Navarro, la semana pasada. Lo hizo días después de que la alcaldesa de Torremolinos y presidenta del Consejo de Alcaldes de los populares, Margarita del Cid, señalara que la convocatoria se realizaba “muy tarde” y que se habían perdido “seis años” para los grandes proyectos de movilidad en la Costa del Sol, además de insistir en el sentimiento de agravio por las inversiones en el Cercanías de Madrid y en el ferrocarril de Cataluña o la gratuidad de la autopista AP-7 a su paso por Alicante. La ofensiva de los regidores, arrancada tras las últimas municipales, creció cuando el ministro de Transportes, Óscar Puente, puso en duda la necesidad de un tren. “No hay un solo papel con el que trabajar”, afirmó en abril. El propio Santano había abierto meses antes una herida que parecía difícil de cerrar cuando aseguró que no había datos que mostraran que el corredor ferroviario fuese “necesario”. Y ello, a pesar de que la zona ya está saturada —con atascos diarios— y el Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que la provincia malagueña sea la que más crezca en población —un 21%— en toda España entre los años 2024 y 2039.

La bronca política posterior llevó al secretario de Estado de Transportes a convocar a los municipios implicados a una reunión, justo la que se ha celebrado este miércoles, además de citar a la Junta de Andalucía y las diputaciones de Cádiz y Málaga. Era la primera vez que todas las partes se sentaban a hablar de un proyecto, el tren litoral, que ya empezó a planearse en los años 90. “Deberíamos haberla hecho antes, pero nunca es tarde”, ha reconocido Santano. Fuentes conocedoras de lo que ha ocurrido durante las alrededor de dos horas de encuentro se muestran sorprendidas por la respuesta que el Gobierno ha dado a todas las reclamaciones de los municipios. “Han dicho que sí a todo lo que se viene pidiendo en los últimos tiempos. Es un cambio radical frente a lo que estaban diciendo hasta ahora. Es sorprendente”, explican estas fuentes, que esperan que haya “voluntad real” para sacar todos los proyectos adelante. “Los problemas de movilidad no pasan solo porque el coche tenga más fluidez: pasan también porque traslademos a quienes usan el vehículo privado al transporte público”, ha remarcado Santano.

Respuestas a corto y largo plazo

El primer punto sobre la mesa ha sido el corredor ferroviario de la Costa del Sol. Nadie ha dudado de su relevancia para la futura movilidad por el litoral desde Nerja —al este de la provincia de Málaga— hasta Algeciras, ya en Cádiz. El acuerdo tomado este miércoles recoge la realización inmediata de un estudio de viabilidad que buscará “definir el modelo de tren” que mejor dé respuesta a las necesidades de la zona, según Santano. Después, a comienzos del próximo año, la idea es licitar el estudio informativo del proyecto. Se prevé que no se construya de una tacada, sino que se aborde en fases según la prioridad. Todo apunta que las primeras vías serían las que lleguen hasta Marbella —única ciudad de más de 100.000 habitantes sin conexión por tren— y Estepona. Representantes de las distintas administraciones han formado ya una mesa de trabajo específica sobre este ferrocarril, que no se espera que sea una realidad, como mínimo y con mucho optimismo, hasta dentro de diez años.

Si esa es la gran solución a los problemas de movilidad a largo plazo, “también hay que analizar medidas a corto plazo”, como ha indicado la consejera de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Rocío Díaz. Una segunda mesa técnica se centrará en estas actuaciones, que el Gobierno ve también con buenos ojos. Entre las más inmediatas se encuentran las posibles bonificaciones a viajeros recurrentes —como trabajadores o estudiantes— de la autopista AP-7, una de las más caras de España y donde, por ejemplo, los 35 kilómetros entre Calahonda y Marbella cuestan 8,60 euros en verano. Desviar más tráfico por esa carretera servirá, se espera, para aliviar la A-7. También se analiza la posibilidad de aumentar el tren de Cercanías —cuyas obras de desdoblamiento ya están previstas— en horarios nocturno, festivos o fechas especiales como la Semana Santa y la Feria de Málaga. Mejorar el servicio al turismo también es clave. “No tiene sentido que en un aeropuerto que llega a superar los 600 vuelos al día, el último tren salga a las 23.15″, relatan fuentes del PP.

La conexión norte al aeródromo malagueño, los accesos de la autovía A-7 desde municipios como Rincón de la Victoria o Torremolinos, un vial perimetral en la comarca de la Axarquía o la posibilidad de construir un tercer carril en distintos tramos también han sido vistos con buenos ojos desde el Ministerio de Transportes. “Hoy había más de dos millones de personas pendientes de nosotros. Salimos satisfechos. Hay una hoja de ruta y un plan de trabajo”, ha subrayado Francis Salado, presidente de la Diputación de Málaga. “Es una muestra de la capacidad de diálogo en algo que nos une: dar respuesta a los ciudadanos”, ha concluido el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.