Íñigo Errejón: “Junts tiene que hacerse cargo del esfuerzo que está haciendo el Gobierno”

Íñigo Errejón (Madrid, 40 años) se convierte en portavoz parlamentario de Sumar apenas seis meses después de las generales del 23-J y tras la votación fallida en el Congreso de la ley de amnistía. El diputado pide a Junts que se “haga cargo” del esfuerzo “democrático” que hace el Gobierno con esa norma. Entre sus tareas inmediatas, prepara el documento político de la primera asamblea de la organización que lidera Yolanda Díaz.

Pregunta. ¿Está en peligro la legislatura?

Respuesta. No, pero no conviene estirar demasiado. No está en peligro porque nadie tiene una alternativa mejor, pero no puede seguir dependiendo de improvisaciones de última hora ni de cálculos pequeñitos y partidistas. La legislatura se inició porque existía una mayoría defensiva, que evitó un Gobierno de la derecha con la extrema derecha. Pero no basta. Nuestra principal tarea es pasar de la mayoría defensiva a una a favor que tenga una agenda compartida. No se puede estar legislando ni negociando todo el rato en el último minuto.

P. ¿Y cómo se sale de este embrollo? ¿Es aceptable amnistiar las acusaciones de terrorismo?

R. Hace dos meses, José María Aznar dijo aquello de que “el que pueda hacer algo que lo haga”. Fue una orden para todo el bloque reaccionario, que no es solo el PP y Vox, sino un conglomerado presente en el poder económico, en el mediático, en muchos sectores de poder del Estado, y que tiene la noción de que el Estado le pertenece por las buenas o por las malas. Algunos de sus resortes son que un juez se pase meses con una instrucción sin ver en absoluto terrorismo y que cuando los legisladores a quienes nos han votado para hacer las leyes empezamos a tramitar una ley, descubra que es un caso de terrorismo que a un señor le dé un infarto en el aeropuerto. Hay claramente una ofensiva contra la soberanía popular. La ley de amnistía tiene que salir sólida e impecable porque se la va a mirar con lupa. Lo que ayer [por el martes] votábamos cumplía esos requisitos y estábamos de acuerdo en el 99%. No entiendo que haya un 1% que haga que esa oportunidad se pierda. Ahora vuelve a comisión y se tiene que trabajar con seriedad y soluciones imaginativas.

P. ¿Ve entonces margen para el acuerdo?

R. El Gobierno está haciendo un esfuerzo democrático muy importante. Nosotros hemos defendido siempre que no podía ser que por haber abierto un colegio o por participar en protestas alguna gente pudiera acabar en prisión. Estamos haciendo un trayecto democrático y de normalización de la situación política, un esfuerzo del Gobierno y de la sociedad progresista española. Junts tiene que hacerse cargo de ese esfuerzo y de que las oportunidades hay que aprovecharlas.

P. ¿Y no desgasta mucho dar la impresión de estar al albur de los cambios de humor de Junts?

R. El Gobierno ayer [por el martes] no dio esa imagen, más bien marcó una posición firme, que además ya estaba negociada con las formaciones independentistas. Los sectores de la judicatura que querían que la ley no saliera consiguieron poner una pequeña zancadilla al desarrollo de una legislatura de avance social y plurinacional. Me parece una mala noticia, también para los cientos de ciudadanos que van a ser amnistiados en Cataluña. Pero tampoco es trágico. Hay que trabajar con responsabilidad y con mirada larga, más allá de los intereses de partido. Porque, ¿alguien cree que el retorno a las políticas de castigo y venganza va a mejorar la relación entre Cataluña y España?

P. Por momentos parece que los siete diputados de Junts tienen más capacidad de influencia que Sumar. ¿Qué margen tienen para negociar sus posiciones? Hay una nueva discrepancia con la ampliación del aeropuerto de Barajas.

R. Hay un principio de funcionamiento normal, que es que cada ministerio se ocupa de las competencias de su ministerio. Cuando Transportes apuesta por un modelo de la cultura del pelotazo, de las macroinfraestructuras, en lugar de ocuparse de inversiones que son más útiles para los españoles... Decía el ministro [Óscar] Puente que si yo pensaba que se podía ir a Hong Kong o a Buenos Aires en tren, pues hombre, obviamente no, a Hong Kong y a Buenos Aires se puede ir ya en avión desde Barajas.

No se puede estar legislando todo el rato en el último minuto

P. ¿Le sorprendió esa reacción?

R. No me lo esperaba, porque estamos hablando de una cosa seria que no se puede ventilar con una bromita en Twitter. El problema de los españoles no es ese, es que si alguien de Badajoz que trabaja o estudia en Madrid tiene que volver a Badajoz, tiene una odisea en tren. Nos parece bien tener un Gobierno que va a las cumbres internacionales a lucir posición ecologista, pero la posición ecologista se tiene que concretar luego aquí en casa. Nosotros hacemos compatible dos cosas: plena lealtad al Gobierno y, al mismo tiempo, marcar con buen tono, pero con mucha firmeza en las ideas, las posiciones en las cosas que no compartimos. Llevamos en la práctica dos meses de legislatura. Hemos subido el salario mínimo un 5% a dos millones y medio de trabajadores, hemos planteado la reducción de la jornada laboral, que hay que ampliar la cartera de servicios de la sanidad pública para incluir las gafas, las lentillas, la salud bucodental y queremos ampliar la salud mental. Para dos meses, claramente tenemos una posición de vanguardia.

P. Para construir la mayoría a favor, que decía al principio, ¿la incorporación de Junts complica los objetivos de Sumar en la faceta socioeconómica?

R. Ciertamente pone las negociaciones y los acuerdos más difíciles. Lo que pasa es que es lo que han votado los españoles, un reflejo de lo que es nuestro país ahora y con esos bueyes hay que arar. Creo que se puede llegar a acuerdos, que entre los votantes de Junts también hay gente que prefiere tener media hora libre más para hacer la compra y no tener que concentrarlo todo en los grandes almacenes los sábados, para estar con su pareja, para ver más a sus hijos o para hacer deporte.

P. Se pone al frente como portavoz de una coalición amplia de partidos, entre los que está IU. En Podemos nunca fue partidario de aliarse a ellos, ¿ha cambiado en algo su posición?

R. Ha cambiado España, porque estamos hablando de un arco temporal de una década. El 23-J salvamos el partido por los pelos y gracias a un importante ejercicio de generosidad. Logramos ponernos de acuerdo fuerzas políticas de trayectorias diferentes para que hubiera Gobierno progresista en España y no una involución antiigualitarista, reaccionaria y desdemocratizante. Hace una década, las posiciones transformadoras estábamos más bien a la ofensiva en términos culturales-intelectuales y una década después estamos en un momento de un cierto desencanto con la política.

P. ¿Siente que este nombramiento es una especie de restitución para usted?

R. No, no. Las cuestiones del pasado no se resuelven en general en el futuro. Y Sumar no está aquí para solucionar cuestiones de hace una década.

P. ¿En qué ha cambiado su concepción política desde la primera etapa como portavoz?

R. En qué no… La principal, en la gestión de una relación diferente con el tiempo y con las prisas. Hace 10 años teníamos mucha prisa y la prisa a veces va unida al ímpetu y a la audacia y eso está bien, pero hemos aprendido que hay cosas muy importantes que se hacen a un ritmo más lento y que se hacen con otra gestión de las expectativas, de las diferencias. Acabamos de abrir la mesa de diálogo social para la reducción de la jornada laboral. Esa mesa nosotros queremos que vaya rápido, saldrá bien, pero requiere mucho trabajo lento, del que no se ve.

P. Uno de los papeles del portavoz parlamentario también es el de negociar con otros grupos, ¿su perfil facilita los acuerdos con Podemos?

R. Sí, tenemos que negociar con todos los grupos parlamentarios en un Parlamento muy fraccionado y lo vamos a seguir haciendo como hasta ahora. Nos vamos a poder seguir entendiendo con todos.

P. ¿Queda algo del primer Podemos en el que usted participó?

R. Queda una organización y, por tanto, las evaluaciones sobre esa organización las tiene que hacer esa organización. La política española hoy es diferente también por las cosas que pasaron hace 10 años y ha contribuido a cambios políticos positivos y muy importantes.

En Podemos queda una organización. Las evaluaciones sobre la misma las tiene que hacer la organización

P. Es el encargado, junto a Marta Lois, de elaborar el documento político de Sumar. ¿Cuál ha sido la reflexión como líder de Más País para acabar en una posición tan relevante en este proyecto?

R. El documento es una primera elaboración en un momento de incertidumbre, de crisis de horizonte, en el que parece que las izquierdas en todas partes están en una posición a la defensiva. Queremos volver a dar horizonte y para nosotros ese horizonte tiene una palabra clara, democracia, ser una fuerza por la democracia. Desde Más País nos sentimos plenamente cómodos en Sumar y por tanto hay que arrimar el hombro como los que más. Cuando encuentras plena sintonía en las ideas, las siglas importan menos.

P. ¿Y orgánicamente no tiene sentido ya Más País?

R. El horizonte de destino es Sumar. Respeto que hay formaciones políticas que quieren participar manteniendo su perímetro político y orgánico. Sumar necesita a esas organizaciones políticas y esas organizaciones políticas necesitan a Sumar. Tenemos que trabajar cooperando. En nuestro caso la reflexión ha sido que hay que volcarse a construir el movimiento Sumar porque Sumar tiene que ser y va a ser la suma de las partes y algo más.

P. ¿Qué va a ser Sumar: un partido, una coalición, una federación de partidos…?

R. Sumar ha sido una coalición electoral que ha permitido que haya Gobierno. Ahora se tiene que construir como una fuerza política en la que quepan ciudadanos que no vienen de adscripción partidista y en la que quepan partidos que quieren seguir manteniendo su perímetro organizativo. Tenemos que ensamblar las dos cosas.

Desde Más País nos sentimos cómodos en Sumar. Cuando encuentras sintonía de ideas, las siglas importan menos”

P. ¿Hay espacio en Galicia para otra papeleta a la izquierda del PSOE?

R. Siempre lo ha habido. Cada vez que se han hecho las cosas bien, se ha manifestado. Lo ha habido en las últimas generales.

P. Pero ahora son dos: está Podemos por un lado y ustedes por otro.

R. Pero lo ha habido. En las generales ganamos en votos, no en escaños, por la distribución provincial que sobrerrepresenta a las provincias menos pobladas, pero en las generales el voto progresista ganó en Galicia. ¿Qué significa eso? Que si Galicia vota como votó en julio, hay Gobierno progresista en la Xunta.

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P. ¿Si Sumar no entra en el Parlamento, quedaría tocado el proyecto?

R. Sumar está dentro del Parlamento gallego. Hace falta simplemente que los gallegos vayan a votar.

P. En clave interna, ¿hay que hacer alguna autocrítica después de que las bases de Podemos hayan decidido no ir con ustedes?

R. El otro partido decidió su posición y nosotros hicimos lo que estuvo en nuestra mano. En todo caso, las encuestas que han salido después demuestran que nuestra irrupción en campaña es el factor decisivo para que en Galicia pueda haber un Gobierno que será de colaboración entre tres fuerzas progresistas al que nosotros aportamos una diferencia: una fuerza que se atreve y que es seria y lo hace.