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Sánchez y Meloni exhiben “sintonía” y evitan cualquier tipo de distancia en su primer encuentro

El líder socialdemócrata y la ultraderechista italiana aliada de Vox destacan sus coincidencias

Pedro Sánchez y Giorgia Meloni, este miércoles en el Palazzo Chigi de Roma.Foto: ROBERTO MONALDO
Carlos E. Cué

Llegó el momento más esperado, y no pasó casi nada. O incluso lo contrario de lo previsible. Cinco meses después de que Italia se convirtiera en el primer gran país europeo en manos de la ultraderecha, algo que causó un gran impacto en España, Pedro Sánchez organizó al fin su primera reunión bilateral en Roma con Giorgia Meloni, la amiga italiana de Vox. Pero casi nada, ni en los discursos ni en los gestos ni en el contenido de la reunión de este miércoles, parecía mostrar esa excepcionalidad. Sánchez, que está en una gira europea para garantizar el éxito de la presidencia española, trató a Meloni como una primera ministra más, y ella correspondió también evitando cualquier tipo de choque. Al contrario, la italiana habló abiertamente de “sintonía” y el español correspondió: “querida Giorgia, vas a encontrar a un Gobierno español que quiere tener las mejores relaciones con el Gobierno italiano. Estoy encantado de estar aquí”.

En el Palazzo Chigi, la espectacular sede de la presidencia del Gobierno italiano, no quedaba ningún resto en Meloni de la mitinera que clamaba contra “la cultura LGTB” en Marbella, en el acto central de Vox en la campaña de las elecciones andaluzas, con Santiago Abascal y Macarena Olona. Tampoco en Sánchez quedaba resto del líder socialdemócrata que clama contra la ultraderecha no solo en sus mítines, sino también en foros destacados como el de Davos, donde dijo que hay que “impedir [que la ultraderecha] llegue a las instituciones y destruya la UE desde dentro. Especialmente en los países en que estas fuerzas de ultraderecha tienen el apoyo de los grandes partidos conservadores, que les están abriendo las puertas del Gobierno”. “Mi tarea en este viaje es trabar alianzas para que la presidencia española de la UE sea un éxito. Debo respetar la legitimidad de los gobiernos europeos y sacar adelante expedientes”, explicaba después Sánchez a los periodistas en el avión de regreso de la capital italiana.

En Roma, lejos de los mítines, todo han sido buenas palabras. España e Italia están obligadas a entenderse, gobierne quien gobierne, y esta es una gira para buscar puntos de encuentro para que la presidencia española de la UE sea un éxito, explican fuentes de La Moncloa. El hecho de que no hubiera preguntas, y solo una declaración institucional de los dos, una decisión de Meloni, facilitó que el foco no se pusiera en las enormes diferencias políticas que los separan.

Sánchez y Meloni, este miércoles en el Palazzo Chigi de Roma.
Sánchez y Meloni, este miércoles en el Palazzo Chigi de Roma.Filippo Attili (EFE)

El presidente español no hizo ninguna referencia crítica a Meloni, a la ultraderecha europea o cuestiones muy polémicas como el tratamiento del Gobierno italiano a los homosexuales, que aún no pueden casarse en este país y a quienes la primera ministra les ha prohibido que registren a sus hijos. Ni siquiera planteó la habitual fórmula de “todos saben que hay muchas diferencias entre nosotros”. En Palazzo Chigi no parecía haber ninguna importante.

Incluso en inmigración, el asunto más sensible, ambos mostraron sintonía. Y mientras hablaba Sánchez, Meloni asentía. El presidente español insistió en que la migración “es un problema europeo que exige respuestas europeas” y pidió centrarse más en ayudar a los países de origen, mientras la mandataria italiana insistía en la necesidad de reforzar más las fronteras. Esto fue lo único parecido a una discrepancia en una comparecencia llena de sintonía, que contrasta con el discurso casi diario de Sánchez contra la ultraderecha. El presidente insiste en que son foros distintos, y él, como primer ministro del país que va a ocupar la presidencia europea, está obligado a este tipo de discurso mucho más suave frente a Meloni. Incluso ante los periodistas en el avión señaló que había estado “cómodo” con Meloni porque habían discutido de agenda europea y ahí hay muchas coincidencias entre Italia y España. La Moncloa lleva meses diciendo que Meloni se ha moderado mucho desde que llegó al Gobierno y la interlocución con Sánchez es fluida. Lo que parece más difícil es trasladar esta imagen de sintonía a la política española, donde el miedo a la llegada de Vox a La Moncloa es uno de los elementos centrales de la campaña socialista.

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