Cuatro horas de pleno cordial del Poder Judicial en medio de la tempestad
La reunión del CGPJ discurrió con menos tensión de la esperada por los propios vocales, que descartaron de inicio votar ya a candidatos y se centraron en fijar las reglas
Las reuniones del pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no son casi nunca distendidas, y menos en los últimos tiempos. La de este jueves llegaba, además, en medio de la tempestad que ha provocado el intento de un grupo mayoritario de vocales conservadores de bloquear la elección de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde elegir al órgano de gobierno de los jueces y todavía bajo el eco de la amenaza de dimisión lanzada por el presidente, Carlos Lesmes, en la apertura del año judicial. Pero para sorpresa de muchos de los asistentes, la sesión transcurrió sin tensión, en tono cordial y hasta “versallesco”, según define un miembro del Consejo, que evoca expresiones “un poco cargadas de florituras” y una cortesía tan excesiva e inusual —”hable usted primero, por favor”, “no, faltaría más, intervenga usted”— que por momentos sonó impostada.
Pero las espadas habían estado tan en alto esta semana que quizá a todos se les cansó la mano, admite un consejero conservador. Incluso el propio Lesmes, que suele llevar los plenos con puño de hierro, estaba este jueves un tanto relajado en las formas, hasta el punto de que, según varios consejeros, hubo momentos en que hablaban varios a la vez y era difícil seguir todas las intervenciones. Se vivieron instantes de “cierto guirigay”, en palabras de un vocal progresista.
También influyó que, tras tanta polémica, a la reunión se llegó con casi todo decidido y eran conscientes de ello: este jueves se debatirían exclusivamente las normas de procedimiento para la futura votación, que no tiene fecha y solo se celebrará cuando haya dos candidatos en firme. Aunque los progresistas anunciaron al inicio de la sesión que estaban preparados para proponer sus nombres, negociar y celebrar la votación, Lesmes explicó desde el principio que se limitarían a fijar “las reglas del juego”, tal y como habían exigido esta semana los ocho vocales conservadores que amenazaron con hacer fracasar cualquier negociación. Los consejeros propuestos por el PSOE preferían que se votara ya, pero aceptaron sin resistencia el aplazamiento sabiendo que el pacto este jueves era imposible.
Al poco de iniciarse la reunión, todos estuvieron de acuerdo en que se designara a un grupo de vocales para que redactaran las normas. El presidente quiso implicar de inicio al vocal progresista Enrique Lucas (propuesto para el Consejo por el PNV), uno de los mayores expertos en derecho electoral del actual CGPJ. Pero Lucas declinó el encargo porque su hermano Pablo, magistrado del Tribunal Supremo, es uno de los candidatos que prevé proponer el bloque progresista. Finalmente, se encomendó la tarea a Wenceslao Olea, José María Macías (ambos propuestos por el PP) y Álvaro Cuesta (PSOE). Y el presidente anunció un receso mientras estos debatían. Ese tiempo, que se prolongó alrededor de una hora, lo pasaron por separado los dos bloques, cada uno reunido con los suyos en una sala distinta.
Los encargados de redactar las normas debatieron varias opciones, como que se sometieran a votación siempre candidaturas cerradas, con dos nombres previamente acordados por los dos sectores. Pero concluyeron que esto podría limitar el derecho de votación de los consejeros a elegir a un candidato sí y a otro no, o forzarle a votar a uno que no quieran. El vocal Macías fue el que defendió con mayor contundencia, tanto fuera como dentro del pleno, la necesidad de votar nombres por separado y sus explicaciones acabaron convenciendo a la mayoría, según miembros de ambos sectores.
El borrador de reglas fijadas por los tres encargados se pasó después a cada grupo de vocales, que lo debatieron antes de volver al pleno. Una vez dentro, se discutieron detalles y se hicieron cambios, como incorporar que, una vez que un aspirante obtenga los apoyos necesarios, el segundo puede ser elegido en esa misma votación o en otra posterior, ya sea ese día o el siguiente (“votaciones simultáneas o sucesivas”, expresa el texto). También se decidió en qué casos tendrá que abstenerse el vocal Lucas si su hermano finalmente está entre los candidatos. Este debate fue especialmente “delicado”, señalan los consejeros, que finalmente acordaron que solo se abstendrá hasta que se descarte la candidatura de su hermano (porque sea elegido o porque no reúna votos bastantes). Esa abstención rebajará los votos necesarios a 11 (si acuden el resto de vocales) en vez de a los 12 que hacen falta con los 19 miembros del pleno, y deja a los progresistas con un voto menos (siete en vez de ocho, frente a los 11 conservadores, incluidos Lesmes).
Las discusiones más largas han sido eminentemente “técnicas”, según la mayoría de los vocales. Incluso para analizar cómo de grave era incumplir el plazo del 13 de septiembre impuesto por la ley, algunos conservadores esgrimieron normativa jurídica que ponían en duda ese plazo partiendo de que la reforma legal que la incluye es, opinión de estos consejeros, técnicamente muy deficiente. Aunque los progresistas abogaron por llegar a un acuerdo cuanto antes para que el próximo pleno se celebre sin sobrepasar la fecha límite, la mayoría —incluidos los vocales propuestos por el PSOE— acabaron admitiendo que no tendría sentido celebrar una votación sin un acuerdo previo porque incluso desgastaría a los aspirantes. Solo la vocal propuesta por IU, Concepción Sáez, defendió al final que se fijara ya la fecha del martes 13 para la siguiente reunión porque así lo establecía la ley, pero su petición no tuvo éxito y, según varios consejeros, provocó casi el único momento tenso de la sesión cuando Macías discrepó de su tesis. Tras más de cuatro horas de reunión, uno de los plenos más polémicos de los últimos años acabó con un acuerdo sobre un procedimiento pensado, según vocales de uno y otro signo, para votar dos nombres pactados. La parte fácil está hecha, la difícil, acordar esos dos nombres, no se ha iniciado.
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