El Congreso reforma el voto telemático para evitar casos como el del diputado Casero

La Mesa del Congreso aprobó este martes, con la sola abstención del único representante del PP que acudió a la cita, Adolfo Suárez Illana, una reforma de su reglamento para poner orden en el desarrollo de sus votaciones telemáticas, tan usadas desde la crisis de la covid-19. La nueva resolución oficializa así los usos y costumbres extendidos en este periodo y que se pusieron en cuestión, especialmente por los populares, en febrero pasado. Fue entonces cuando el Gobierno logró la aprobación de la relevante reforma laboral por un solo voto de margen, emitido de forma errónea por el sistema vigente en internet del diputado Alberto Casero. Los parlamentarios que utilicen desde ahora ese método tendrán que pedir permiso por escrito a la Mesa y justificarlo por un periodo. No podrán corregir ese voto, aunque se equivoquen, ni acudiendo al Parlamento presencialmente ni con llamadas. El sistema persigue que el voto telemático se generalice al final de las sesiones, para escuchar antes todos los debates.

Alberto Casero —el diputado que salió del anonimato de la cuarta fila de las bancadas del PP, el pasado 3 febrero, tras votar varias veces desde su casa en Madrid, en contra de los criterios de su partido y a favor de la convalidación de la reforma laboral patrocinada por el actual Gobierno— sigue acudiendo semanalmente al Congreso. Ya no es tampoco secretario de Organización del PP, tras la caída en desgracia de su jefe, el exsecretario general del partido, Teodoro García Egea. Aquel día se equivocó en varias ocasiones con su voto telemático. Casero alegó entonces un problema de gastroenteritis, emitió su voto desde su residencia y sostiene que, cuando se dio cuenta de que no era el acertado (tras pedirle el sistema una doble confirmación), intentó llamar a su grupo. Después hizo lo mismo con la Presidencia de la Cámara, nadie le contestó y acudió de urgencia al Congreso para solventar el error desde dentro del hemiciclo. No se le permitió.

El PP intentó, en un primer momento y al máximo nivel, poner en cuestión el método utilizado desde hace años (basado en una resolución de 2012 y en acuerdos de octubre de 2021 y febrero de 2022) para este voto telemático en el Congreso. Los populares apuntaron incluso contra la presidenta, Meritxell Batet. Los servicios tecnológicos de las Cortes desecharon totalmente la opción de un fallo técnico. El PP olvidó rápidamente entonces esas acusaciones y los órganos de gobierno del Congreso estudiaron métodos para clarificar y asegurar la validez del sistema. Es el objetivo de la resolución aprobada este martes, que modifica el apartado 2 del artículo 82 del reglamento, que regula el voto telemático de los parlamentarios, uno de sus derechos y obligaciones más trascendentes.

Por escrito, justificado y acotado en el tiempo

La nueva resolución tasa y ordena de una manera completa varios pronunciamientos anteriores de la Mesa. Lo primero que precisa es que, para poder disponer de esa opción, los diputados deben solicitarlo por escrito a ese órgano, justificarlo y acotarlo en el tiempo. La Mesa debe motivar su autorización, también por un periodo concreto. La Presidencia será la que precise para cada pleno el momento de inicio y finalización de ese tiempo de voto telemático, procurando “que el plazo fijado concluya una vez lo haya hecho el debate correspondiente”. Esta matización es una de las más importantes de la nueva norma, porque lo que pretende es algo teóricamente tan obvio, pero infrecuente, como que los diputados “no voten sobre asuntos que no hayan sido debatidos antes para escuchar previamente todos los argumentos de los distintos oradores”, según fuentes de la Cámara al tanto de las negociaciones que fructificaron en esta propuesta. Los diputados votan normalmente según les marca la dirección de su partido.

Los plenos del Congreso comienzan en la tarde del martes, con algunas proposiciones de la oposición, continúan el miércoles con las sesiones de control al Gobierno, y acaban los jueves con la discusión de los proyectos del Ejecutivo. Lo habitual ahora es que pueda haber votaciones los martes al final de la jornada, e incluso los jueves, en distintos momentos. El objetivo es que, como idea general, todas las votaciones se produzcan al final de la sesión de los jueves, como ocurrirá ya esta misma semana.

Lo que no cambia es el método tecnológico usado para votar telemáticamente. Los diputados entran con su contraseña en la intranet del Congreso. El sistema les pide una comprobación de su identidad con su firma digital. Se verifica su voto y se remite a la Presidencia para que lo pueda anunciar al inicio de la votación ya presencial. Si un diputado votase telemáticamente y luego lo quisiera hacer físicamente desde su escaño, por error, olvido o mala fe, solo se considerará válido su voto telemático. Un diputado que sea autorizado para votar a distancia, “lo haya hecho o no por ese procedimiento”, no podrá hacerlo de manera presencial. Ese requerimiento se ha incluido expresamente para solventar casos como el de una diputada de Podemos que había pedido votar a distancia en la comisión de reconstrucción de la covid-19, no lo hizo y luego intentó corregir esa situación ya desde la misma sala. No se autorizará.