La negociación con Ciudadanos para la reforma laboral: un voto gratis a cambio de “sacar de la ecuación” a los socios nacionalistas

La presencia de los diputados de Ciudadanos en el Congreso se advirtió este jueves, no solo por las mismas mascarillas naranjas que llevaron al hemiciclo, sino porque sus nueve escaños fueron cruciales para una votación salvada por el error del diputado del PP, Alberto Casero. Parlamentarios de la formación de Inés Arrimadas afirmaban, antes del embrollo vivido tras la convalidación de la reforma, estar “muy contentos” por haber “sacado de la ecuación a los socios nacionalistas del Gobierno”. Una postura que defendió la presidenta del partido durante su intervención en el debate. “Hoy es un día importante para España porque, por primera vez en mucho tiempo, los que suelen ganar en el mercadeo político pierden. Hoy pierde Bildu, Esquerra y el sectarismo que quería hacer de nuestro país un país mucho peor para la contratación laboral”, subrayó Arrimadas en el estrado.

Las conversaciones formales entre el Gobierno y Ciudadanos no se materializaron hasta la tarde de este miércoles, solo un día antes de que la reforma laboral llegara al Congreso, cuando Cs recibió la llamada del Ejecutivo. El portavoz del partido, Edmundo Bal, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, hablaron varias veces por teléfono, en unas negociaciones que fuentes de la dirección de Cs califican de “fatigosas” y “tensas”. Bal también mantuvo contactos con el portavoz del PSOE, Héctor Gómez, y con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Tras haber desdeñado los votos de los diputados de Ciudadanos desde hace semanas, la vicepresidenta segunda les mostró un agradecimiento “protocolario”, según revelan las mismas fuentes. La llamada definitiva llegó después, entre Bolaños y Arrimadas, que confirmó los nueve síes de su formación.

Hasta este miércoles, los contactos entre Bolaños y Bal se habían limitado a una conversación de diez minutos en el pleno del martes de la semana pasada, y en la que el portavoz de Cs confirmó en persona al ministro de la Presidencia un “sí” sin pedir “nada a cambio” si no se modificaba “ni una coma” de la reforma, como ya había anticipado Bal en público días atrás. Con quien sí había mantenido contactos puntuales fue con el portavoz socialista, Héctor Gómez.

Ciudadanos trasladó este miércoles al Ejecutivo su “preocupación” por las concesiones que pudieran hacerse al PNV: Cs no iba a aceptar bajo ningún concepto la prevalencia del convenio autonómico sobre el nacional. El partido de Arrimadas pidió también un compromiso al Gobierno de que, en el futuro, tampoco “cederían ante sus socios nacionalistas” en lo que a la normativa laboral se refiere. “Yo le dije a Félix Bolaños que si cedían a que el convenio autonómico tuviera preferencia legal sobre el convenio nacional, nosotros nos íbamos al no”, ha reafirmado Bal este viernes en la sede del partido.

Los diputados de Ciudadanos están convencidos de que gracias a anunciar su apoyo a la reforma desde principios de enero, el Gobierno “no se ha doblegado” a las exigencias de ERC ni de Bildu, que han rechazado convalidar la norma al considerar que “es insuficiente”. “Los nacionalistas han perdido la fuerza negociadora gracias a nosotros. Es una reforma buena, y más allá de la estrategia política, esto ha sido un servicio para España”, afirma otro parlamentario de Cs. “Ayer Esquerra y Bildu perdieron. No van a meter sus zarpas sobre algo tan importante como es el empleo de los españoles y eso fue gracias a mi partido. Porque nos comportamos con sentido de Estado, hicimos política útil”, ha remachado Bal. “Gracias a Ciudadanos nos salvamos de que el empleo de los españoles quede en manos de Otegui y de Rufián, y de que el mercado laboral esté troceado en 17. Nos salvamos de la precariedad en el empleo”, ha añadido.

Fuentes del Ejecutivo sostienen que la mayoría de la investidura se mantiene, y que no tiene por qué cambiar nada para el futuro. Lo que sí esperan es que Ciudadanos se incorpore a otras normas. Desde Cs insisten en que esta es la política que vienen aplicando y aplicarán el resto de la legislatura. “Nuestro apoyo tiene que ver con el contenido de las iniciativas, no con quién las propone”, añade otro diputado. Antes habían votado a favor de los dos estados de alarma, de la ley de eutanasia, de la de bienestar animal o de la de seguridad vial. Pero advierten de que votarán en contra de la ley de vivienda o la de memoria, algo que “les diferencia” del resto. “El PP va a votar siempre que no a cualquier iniciativa del Gobierno de signo contrario, igual que el PSOE y Unidas Podemos votarían en contra de cualquier reforma laboral del PP, incluso aunque contase con los agentes sociales”, ha manifestó al respecto Arrimadas en su intervención.

Respecto al error del diputado Alberto Casero, la postura del partido es acatar lo que establezcan los servicios jurídicos de la Cámara o, llegado el caso, los tribunales. El partido prefiere que se anule el decreto si existe cualquier “sombra de dudas” sobre su legalidad. “Que se aclare sea en el sentido que sea por criterios jurídicos, no por criterios políticos u oportunistas. Creo que es importante que la Mesa discuta sobre este particular. La Mesa puede asesorarse por los letrados de la Cámara”, ha afirmado Bal, este viernes.