Pablo Casado pide a Pedro Sánchez que dimita y convoque elecciones
El presidente reconoce que los indultos “no van a resolver lo que pasa en Cataluña” y pide a los independentistas “un ejercicio de reflexión”
Agotada ya la reserva de los adjetivos más tremebundos para descalificar los indultos a los líderes del procés, Pablo Casado ha subido un peldaño más y se ha situado en el nivel de las exigencias. El líder del PP se ha presentado este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso con una reclamación tajante: que dimita el presidente y convoque elecciones anticipadas para comprobar si los ciudadanos respaldan la medida. Casado se lo ha exigido a Pedro Sánchez después de haberle augurado las expectativas más sombrías: “Está usted muerto electoralmente”. El presidente ha ignorado la solicitud, ha pasado de puntillas ante los ataques de Casado para “no entrar en sus provocaciones” y se ha concentrado en el debate con los independentistas, a los que ha invitado a un “ejercicio de reflexión”.
Las claques de socialistas y populares se preparaban para una jornada de grandes duelos en el Congreso. El ruido se adivinaba ya desde la llegada al hemiciclo de Sánchez y Casado, acogida en ambos casos con grandes ovaciones de los suyos, a la espera del choque dialéctico. Esa excitación, poco habitual, ha brindado al líder del PP el pretexto para el arranque de su pregunta al presidente del Gobierno con una amonestación a los socialistas: “Están ustedes aplaudiendo un día aciago para la historia de la democracia en España”. Y, de inmediato, fuego a discreción: Sánchez llegó al poder mintiendo, ha “desarmado” al Estado, se la “ha clavado por la espalda” a los españoles, ha “traicionado su juramento de defender la unidad nacional”... “¿Quién se cree usted que es para hablar de una nueva España con 120 escaños?”, le ha espetado el líder del PP.
Ya en la anterior sesión de control, el presidente evidenció que su táctica ahora es no enredarse demasiado en la réplica a la espiral de descalificaciones de la derecha. Y este miércoles lo ha mostrado aún más claramente, comenzando por el sarcasmo inicial: “Le agradezco su tono constructivo, señor Casado...”. Luego le ha llamado “faltón” y ha pasado a su propia lista de reproches: “Usted insulta a todos: a los obispos catalanes, a los empresarios catalanes que le dan a usted muchas vueltas en la vida, a los sindicatos... ¡Y dice que no representan a nadie!”. El presidente ha recordado también que la Cámara, por dos veces, la última este martes, ha respaldado las medidas de gracia con el apoyo de más de 190 de los 350 diputados.
El líder del PP ha dejado para el final el titular que traía preparado de casa y que sus servicios de prensa propagaron de inmediato: “Usted debería dimitir hoy mismo y someter esta decisión al juicio de los españoles, porque los ha engañado”. Sánchez había agotado su tiempo en la primera réplica y ni se ha molestado en contestar.
Y a continuación, los independentistas. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha comenzado limitándose a una pregunta: ¿qué planes tiene para después de los indultos? Sánchez ha reaccionado inmediatamente devolviéndole el interrogante: “¿Y qué planes tiene ERC?, ¿y la Generalitat?”. El presidente ha aleccionado al portavoz de Esquerra: “No podemos seguir fracturando la sociedad catalana”. Y ha añadido: “Yo no voy a convencerle a usted de que la mejor salida no es la independencia. Pero lo que sí le voy a pedir es la defensa del pacto constitucional, de la legalidad democrática y del Estatuto de autonomía”. Rufián se ha mostrado conciliador e incluso le ha agradecido “su valentía ante la jauría”.
En la discusión pública sobre los indultos, Sánchez lleva una cruz a cuestas de la que difícilmente se podrá librar: su larga lista de declaraciones, entre 2014 y 2019, en contra de las medidas de gracia para políticos condenados y en favor del cumplimiento íntegro de las penas impuestas a los líderes del procés. No hay diputado de la derecha que tome la palabra en el Congreso sin tener a mano declaraciones del líder socialista contradictorias con sus decisiones de hoy. Esta vez, también los independentistas habían hurgado en la hemeroteca. Rufián lo ha hecho para sondear, sin obtener respuesta clara, las verdaderas intenciones del presidente: “¿Lo que usted hace es valentía o es necesidad?”.
La portavoz de Junts, Miriam Nogueras, ha ido por un camino parecido, con un cierto deje de ironía: “Nos vendría bien saber cuál es el Pedro Sánchez real, el que dice que nos estima o el que quiere detener a Puigdemont”. El Sánchez real no tenía mucho interés en dejarse arrastrar a esas zonas resbaladizas y ha optado por los mensajes amistosos, sin dejar de formular peticiones a la portavoz de Junts. En un punto le ha dado la razón a Nogueras. “Las medidas de gracia no van a resolver lo que pasa en Cataluña”, ha admitido, sino que tiene que haber un “ejercicio de reflexión” al que ha invitado a sumarse al independentismo.
Acabado el turno de las preguntas al presidente, las flechas de la derecha se han dirigido a otros miembros del Gobierno. La vicepresidenta, Carmen Calvo, ha tratado de quitarse de encima al portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, calificando a este partido de “filofascista”. El PP ha vuelto a ver defraudadas sus esperanzas de abrir una fisura en el Gobierno a propósito de los indultos con la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien llevaba dos semanas sin pronunciarse con claridad ante la Cámara y esta vez ha sido muy contundente.
La temperatura ha subido especialmente con las preguntas del diputado de Vox Ignacio Gil-Lázaro al ministro de Política Territorial y primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. Gil-Lázaro se las ha arreglado para, en una intervención de dos minutos y medio, ametrallar al Gobierno con un impresionante despliegue de denuestos: desvergüenza, traición, insulto, desprecio, vileza, repugnante, peligro para la democracia, cobarde, miserable, patraña, indignidad... Iceta ha respondido con una vibrante intervención que ha levantado a los socialistas de sus escaños. “No ha nacido nadie que me humille a mí y menos que humille a España”, le ha replicado a voz en grito, antes de concluir: “No va a haber amnistía, no va a haber autodeterminación, lo que va a haber es política, diálogo y consenso”.
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