El ex ‘número dos’ de Interior niega que recibiese la documentación robada a Bárcenas
Francisco Martínez se escuda en su situación judicial para evitar explicar en el Congreso los mensajes que intercambió con Fernández Díaz sobre la Operación Kitchen
El ex secretario de Estado de Seguridad con el PP Francisco Martínez ha negado este martes, durante su comparecencia ante la comisión del Congreso que investiga el espionaje a Luis Bárcenas, que recibiera la documentación sustraída en 2013 al extesorero. Martínez, imputado desde enero de 2020 en el caso Kitchen, se ha escudado en esta situación judicial para no aclarar el contenido de los mensajes que intercambió con el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que implican a ambos en las actividades ilegales de la trama.
Al inicio de su comparecencia, el que fuera número dos de Interior ha leído una declaración en la que ha negado “de forma contundente y sin ningún matiz” que durante el tiempo que ocupó el cargo, entre enero de 2013 y noviembre de 2016, participara o tuviera conocimiento “de cualquier forma de utilización ilegal de efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior” para espiar a Bárcenas, aunque no ha negado que existiera el operativo. “No creo que hacer un seguimiento para obtener información de personas que estaban investigadas [en referencia a Bárcenas y su esposa, Rosalía Iglesias] sea delictivo”, ha dicho. Martínez —que ha rechazado que existiera un operativo llamado Kitchen— ha mostrado su convencimiento de que la información que se obtuvo de aquellos seguimientos fue entregada “a la autoridad judicial”, en referencia al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, entonces instructor del caso Gürtel y que, sin embargo, nunca recibió dato alguno obtenido de aquellas pesquisas.
El ex secretario de Estado ha intentado así desmentir las declaraciones de varios de los comparecientes que le han precedido, entre ellos los comisarios jubilados José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño, alias El Gordo, ambos también imputados. En el Congreso, Villarejo había dicho que Martínez era una de las personas que supuestamente contactaban con él “periódicamente” para transmitirle “inquietudes del presidente del Gobierno [Mariano Rajoy]” sobre el avance del espionaje a Bárcenas. García Castaño había afirmado ante el juez que el ex número dos le ordenó en persona participar en el operativo y que fue a él a quien le entregó, en un pendrive, el contenido obtenido de los teléfonos móviles que la trama sustrajo al extesorero y su esposa.
Este comisario, que colabora con la justicia, fue quien reveló la existencia de unas actas levantadas por el propio ex secretario de Estado ante notario con los mensajes telefónicos que este intercambió con el ministro Fernández Díaz, mensajes que revelan que ambos estaban al tanto de detalles del espionaje al extesorero. Preguntado por qué había formalizado esas actas cuando las informaciones sobre la Operación Kitchen ya lo salpicaban aunque no había sido imputado, Martínez ha explicado que con ello buscaba “la mejor forma” de defender “la legalidad” de sus actos en Interior. “Forma parte de una determinada estrategia de defensa procesal en la causa”, ha asegurado, antes de criticar la interpretación que de los mismos había hecho la policía en sus informes incorporados al sumario. Martínez ha negado que, como apuntaban algunos de esos mensajes, hubiera hablado del espionaje a Bárcenas con la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, con la que, ha asegurado, tuvo una relación mínima. “No era militante del PP y no tenía relación con la estructura orgánica [del partido]”, ha afirmado antes de recordar que fue sacado de las listas de los populares en las elecciones de 2019 para mostrar su desvinculación de la formación.
Sobre sus vínculos con Villarejo, ha detallado que lo conoció en 2012, tras reunirse con él en un hotel por indicación de Fernández Díaz, y que desde entonces mantuvo una relación que definió como “absolutamente profesional y policial”, pese a admitir que en una ocasión comieron juntas sus familias. Respecto a la autorización que hizo del pago con fondos reservados de una cantidad mensual a Sergio Ríos, entonces chófer de Bárcenas y que facilitaba información a la trama, Martínez ha asegurado que, aunque firmaba las entregas del dinero de esta partida a las diferentes unidades policiales, nunca entraba “ni en el detalle ni es la oportunidad” de los pagos concretos.
El ex secretario de Estado ha evitado este martes cargar contra Fernández Díaz, con el que reconoció haber tenido “un duro careo” con reproches e insultos en la Audiencia Nacional. Sí ha admitido que se sintió decepcionado con él porque no salió en su defensa cuando se le implicó en el caso Kitchen y que tuvo un “sentimiento de abandono” por parte del PP cuando la formación no le incluyó en las listas para las elecciones generales de 2019.
Antes de Francisco Martínez, ha comparecido en el Congreso Ignacio Cosidó, quien fuera director general de la Policía entre 2012 y 2016. Cosidó ha dedicado buena parte de su intervención ante la comisión del caso Kitchen a marcar distancias con los que aquellos años fueron sus superiores en Interior, Fernández Díaz y Francisco Martínez, y con los altos mandos policiales investigados por el espionaje a Luis Bárcenas. Los comisarios Villarejo y Eugenio Pino habían asegurado que el político conoció el operativo ilegal para sustraer documentos al extesorero. Cosidó, que no está imputado ni ha sido llamado a declarar como testigo en el caso Kitchen, lo ha negado y ha esgrimido para ello que entre las funciones del director general no estaba dirigir investigaciones. También ha asegurado que las únicas pesquisas sobre Bárcenas de las que tuvo noticia entonces fueron las del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz y la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Tras poner en duda varios diputados que no supiera nada de lo que ocurría a su alrededor —el despacho del comisario Pino era contiguo al suyo—, Cosidó se ha limitado a decir: “Me enteraba de lo que tenía que enterarme y era mi competencia”.
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