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Las preguntas sobre el ‘caso Kitchen’ que ya han encontrado respuesta en el Congreso

Los testimonios de varios policías que han precedido a Villarejo en la comisión parlamentaria aportan información clave sobre el espionaje ilegal a Bárcenas

Óscar López-Fonseca
Varios diputados de la comisión Kitchen, durante la sesión del pasado 17 de marzo en la que compareció por videoconferencia el extesorero del PP Luis Bárcenas.
Varios diputados de la comisión Kitchen, durante la sesión del pasado 17 de marzo en la que compareció por videoconferencia el extesorero del PP Luis Bárcenas.Álvaro García

Algo más de dos meses de trabajo y 20 comparecencias han servido para que la comisión parlamentaria que investiga la Operación Kitchen de espionaje a Luis Bárcenas haya encontrado respuesta a buena parte de las preguntas que su creación pretendía despejar. A falta de que comparezcan el comisario jubilado José Manuel Villarejo, personaje clave en la trama parapolicial, y los cargos del PP salpicados por el escándalo, entre ellos el expresidente Mariano Rajoy y la que fuera su número dos en el partido, María Dolores de Cospedal, los diputados han recopilado información clave sobre lo que ocurrió, pese al silencio de varios de los implicados citados a comparecer y la negativa de la Audiencia Nacional a facilitar al Congreso la documentación sumarial requerida.

¿Cuál era el objetivo de la Operación Kitchen? El extesorero del PP Luis Bárcenas fue el primero en comparecer como víctima de la operación, organizada en 2013, para intentar sustraerle la documentación comprometedora para dirigentes del PP que entonces pudiera poseer. Bárcenas aprovechó su comparecencia en el Congreso para volver a señalar al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y otros miembros de la cúpula popular como instigadores de aquella trama. “Es una suposición, pero así lo creo”, recalcó. El extesorero acusó desde el primer momento “al PP de Rajoy” y a los entonces máximos responsables del Ministerio del Interior, Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez, ambos imputados en la causa, como el origen de las órdenes para poner en marcha el operativo de espionaje. También señaló a la ex número dos en el partido, María Dolores de Cospedal, y añadió a una tercera persona, cuya identidad declinó concretar. “Es evidente que eso [la orden del espionaje] tiene que ser de una persona del máximo nivel” dentro del PP, sostuvo. Bárcenas reiteró que la trama le robó documentos que no quiso especificar, aunque detalló que uno de ellos fue un audio supuestamente incriminatorio para Rajoy.

¿Quiénes conocían el espionaje a Bárcenas? El comisario jubilado Enrique García Castaño confirmó en el Congreso, como ya había hecho anteriormente ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, instructor del caso Kitchen, que recibió instrucciones del entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, para participar en el espionaje a Bárcenas. También, que facilitó al alto cargo de Interior un pendrive con la información que contenían los teléfonos de Bárcenas y su esposa, Rosalía Iglesias. García Castaño afirmó que, “por supuesto”, el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, estaba al tanto. E, incluso, que fueron este y Martínez quienes supuestamente ordenaron que en el operativo participara el comisario José Manuel Villarejo. El agente, que colabora con la justicia, también mostró su convencimiento de que tanto Rajoy como Cospedal estaban informados del espionaje a Bárcenas.

¿Cómo se financió la trama parapolicial? Otro mando policial, el comisario jubilado Felipe Lacasa, detalló en el Congreso que la falta de control estricto en los fondos reservados permitió a los integrantes de la llamada policía política acceder a dinero de esta partida para financiar el espionaje a Bárcenas. Lacasa, desde su puesto de secretario general de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional, entregaba a agentes y unidades estos fondos, destinados al pago, entre otros fines, de confidentes. El alto mando confirmó que mientras estuvo en el puesto dio dinero de esta partida a seis de los mandos policiales imputados por el caso Kitchen tras recibir “una orden verbal” del que entonces era su superior, el comisario Eugenio Pino. La investigación judicial ha acreditado que la trama desvió 53.266 euros de los fondos reservados para pagar a Sergio Ríos, chófer del extesorero, por facilitarle información, además de para comprarle una pistola y adquirir un ordenador para el ex número dos de Interior en el que pudiera consultar la documentación sustraída.

¿Qué episodio sacó a la luz el escándalo? El comisario jubilado Marcelino Martín-Blas detalló en el Congreso algunos detalles del enfrentamiento entre altos mandos policiales que desembocó en la llamada guerra de comisarios que terminó destapando, en 2018, el espionaje ilegal a Bárcenas cuando ya habían pasado cinco años. Martín-Blas aseguró a los diputados que fue cesado, en marzo de 2015, como jefe de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía Nacional por indagar sobre las actividades de Villarejo tras aparecer su nombre en la documentación intervenida a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, detenido en octubre de 2014 por su presunta participación en varias estafas. En su comparecencia, Martín-Blas sacó a relucir los supuestos intentos de sus superiores, entre ellos el comisario Eugenio Pino, director adjunto operativo (DAO) de la Policía y presunto muñidor del operativo, por torpedear sus pesquisas sobre Villarejo.

¿Qué investigación judicial se vio afectada? La documentación que la trama Kitchen presuntamente consiguió sustraer a Bárcenas nunca llegó ni a los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional que investigan al extesorero dentro del caso Gürtel ni al juez de la Audiencia Nacional que entonces instruía la causa, Pablo Ruz. El inspector jefe Manuel Morocho, al frente de las pesquisas que destaparon la existencia de una caja b en el PP durante 20 años, detalló en el Congreso las trabas que la cúpula policial en la etapa como ministro del Interior de Jorge Fernández Díaz puso a la investigación del caso Gürtel. El agente explicó que, en enero de 2015, cuando eran más intensas las pesquisas sobre la supuesta financiación irregular del PP, fue destinado a otras funciones para evitar el avance de la investigación. Morocho señaló al comisario Pino, presunto urdidor de la Operación Kitchen, como la persona que dificultó y retrasó sus pesquisas sobre los llamados papeles de Bárcenas.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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