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Sánchez centra su primera gran gira africana en la migración y la entrada de empresas españolas

El presidente elige Angola y Senegal para buscar un mayor papel de España en el continente

Pedro Sánchez (c), acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores de Angola, Tete Antonio (d), a su llegada este miércoles al aeropuerto internacional de Luanda (Angola). En vídeo, declaraciones del presidente del Gobierno.Vídeo: BORJA PUIG DE LA BELLACASA/MONCL / MONCLOA/EFE

Después de años de presencia colonial y pese a la cercanía geográfica, España ha perdido muchísimo peso en África. Casi todos los presidentes españoles han intentado remediar este problema, hasta ahora sin éxito. Pedro Sánchez inició en la noche del miércoles en Luanda, la capital de Angola, su primera gran gira africana con el objetivo de recuperar peso en un continente conocido por sus turbulencias económicas y sus bolsas de pobreza, pero con enormes expectativas de crecimiento y donde China ha tomado la delantera de Europa y EE UU. Sánchez es así el primer presidente español que visita Angola desde 1992, cuando lo hizo Felipe González.

La gira terminará el viernes en Dakar, la capital de Senegal, a la que Sánchez llegará este jueves por la noche. Senegal es un país estratégico al que sí han acudido todos los últimos presidentes en un intento, que también intentará rematar Sánchez, de ayudar a los senegaleses a reforzar el control de la inmigración irregular. Y, sobre todo, de convencerles para retomar los vuelos de repatriación desde España, interrumpidos desde 2018.

Así, el presidente se concentrará en la cuestión de la inmigración irregular, prioritaria en su visita a Senegal, y en la búsqueda de una mayor relación económica y de la entrada de empresas españolas en los grandes contratos públicos de unos países que están aún en construcción, el gran objetivo en el caso de Angola.


Sánchez ya ha visitado, siempre con la vista puesta en la crisis migratoria y en la seguridad en toda la región, Argelia, Malí y Mauritania, y tiene pendiente una gran cumbre bilateral en Marruecos que se ha retrasado en varias ocasiones.

Angola, que ya superó los años de durísima guerra civil después de independizarse de Portugal en 1975, ha sido históricamente un país devastado por los conflictos y la corrupción. Pero el actual presidente, João Lourenço, en el cargo desde 2017, está haciendo esfuerzos por romper con la venalidad y nepotismo del anterior mandatario, José Eduardo Dos Santos.

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Angola es un país petrolero —el 50% de su PIB y el 80% de sus ingresos públicos dependen de esta materia prima—, pero ahora trata de diversificarse. Varias empresas españolas están interesadas en grandes contratos públicos en energía, transportes, ingeniería, tratamiento de aguas o residuos, pero también en industria militar, y algunos de sus directivos viajan en el avión con Sánchez para entrar en esos acuerdos. Son compañías como Elecnor, Airbus, AEE Power, TSK, Rio, Sate, Globaltec, Redondo y García o Grupo Ahen. Con ese objetivo, Sánchez preside un encuentro empresarial Angola-España. Angola, que aún tiene en su bandera un escudo con claras reminiscencias a la hoz y el martillo comunistas, está en pleno proceso de reformas para dar entrada a empresas privadas internacionales en grandes infraestructuras públicas.

La primera etapa del viaje tiene, pues, un contenido más económico que político. Tanto Angola como Senegal están sufriendo con dureza la crisis de la pandemia, aunque no tanto por el número de contagiados —que no es relativamente elevado—, sino por las consecuencias económicas de los confinamientos y las limitaciones de movimientos en países con una enorme economía informal.

Sánchez busca también reforzar su papel internacional, algo que siempre ha cuidado. África es un continente importante para La Moncloa. La semana pasada estuvo en Madrid con Sánchez el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, que asistió a la presentación del Foco África 2023. Se trata de un proyecto estrella de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, que ha multiplicado sus visitas al continente.

Además de la agenda política y económica, el viaje del presidente también contempla gestos simbólicos, como la inauguración en Dakar de la primera sede de un Instituto Cervantes en el África subsahariana.

Momento cubre en Senegal

El momento cumbre del viaje llegará con su etapa final en Senegal. El país del África occidental es, desde hace años, clave y sólido aliado para la política española en África. Un hecho que se explica por su histórica estabilidad política, la cercanía geográfica —a solo dos horas y cuarto de Canarias en avión— y la presencia de una creciente colonia senegalesa en España, fruto de los flujos migratorios de las últimas dos décadas. Unos 70.000 empadronados convierten a España en el tercer país europeo, tras Francia e Italia, de destino de la diáspora senegalesa. El reciente repunte en la salida de cayucos desde este país hacia el archipiélago canario y la inminente reactivación de los vuelos de repatriación estarán en el centro de la visita de Pedro Sánchez a Dakar.

Sánchez se reunirá en Dakar con el presidente senegalés, Macky Sall, quien el año que viene ocupará la presidencia de turno de la Unión Africana. El pasado mes de noviembre y en plena crisis migratoria en Canarias, González Laya ya acordó con Sall el comienzo “en breve plazo” de vuelos de repatriación, pero hasta ahora no se ha producido ninguno. El tema resulta extremadamente delicado en Senegal. En apenas tres meses del año pasado fallecieron al menos 500 jóvenes intentando alcanzar las islas, según la Organización Mundial de las Migraciones (OIM). Ver regresar por la fuerza a quienes sí lo consiguieron no es un plato de buen gusto para sus familias y la ciudadanía.

El contexto sociopolítico tampoco ayuda. Hace apenas un mes, la detención de un líder opositor provocó que miles de jóvenes encolerizados tomaran las calles en la capital y otras ciudades en unas revueltas que mostraron la frustración y hartazgo de la población. Lo hacían no solo por el deterioro de la calidad democrática de los últimos años, con la sombra de la utilización política de la justicia y recortes a la libertad de expresión, sino sobre todo por las penurias económicas agravadas por la covid-19. Aun así, fuentes del Gobierno español señalan que no hay ningún problema con Senegal para reiniciar los vuelos de repatriación y confían en que ese hito se logrará en breve, y más después de la visita de Sánchez.

El crecimiento económico senegalés, que le llevó a dar el salto de país en vías de desarrollo a nación de renta media en la pasada década, se ha visto frenado en seco en 2020 con una caída del PIB del 0,7% frente a una previsión inicial de aumento del 6,8%, fijada por el FMI antes de la crisis. Un informe del Gobierno en septiembre aseguraba que un 85% de los hogares han visto reducidos sus ingresos, en un país donde apenas existen ayudas públicas al desempleo o la pobreza.

Patrullas conjuntas

Tras un encuentro empresarial, el primer destino de Sánchez en Senegal será el puerto de Dakar, donde visitará a los guardias civiles y policías nacionales desplegados en la zona que forman parte de las patrullas conjuntas para impedir la salida de cayucos. Una vez finalice la reunión con el presidente Sall, Sánchez firmará varios acuerdos en materia de cooperación, un área en el que España ha ido ganando peso con una contribución prevista de 128 millones de euros entre 2019 y 2023, un 125% más que en el periodo anterior. Este incremento se apoya sobre todo en la cooperación financiera con la concesión de créditos blandos en áreas como la gestión de residuos en Dakar o la irrigación en el Sahel, que vienen a sumarse a los 12 millones anuales de ayuda al desarrollo.

Los esfuerzos diplomáticos y en cooperación con Senegal, sin embargo, no se han visto hasta ahora acompañados por un aumento significativo de la presencia empresarial de España. Con 107 compañías instaladas en el país africano, el “creciente interés” de la narrativa oficial no acaba de arrancar, pese a los esfuerzos organizativos de los empresarios españoles, que se constituyeron en 2019 en Cámara Oficial de Comercio de España en Senegal.

Para concluir su visita a Dakar, Sánchez visitará la nueva sede del Instituto Cervantes, cuya inauguración está prevista para este verano, y a los militares del destacamento Marfil, que prestan apoyo logístico a la Operación Barkhane, liderada por Francia, de lucha contra el yihadismo en el Sahel. El presidente finalizará ahí una primera gira al África subsahariana que supone recuperar su agenda internacional, un asunto central de su mandato, justo cuando ha decidido lanzar un mensaje positivo de salida de la crisis de la covid-19 con un horizonte de vacunación que llevará a tener 33 millones de españoles inmunizados en septiembre, según los cálculos presentados por el presidente esta semana. Sánchez ofrece así gestos dentro y fuera de que quiere recuperar cuanto antes la normalidad anterior a la pandemia, aunque parece claro que no será algo inminente.

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