Pablo Iglesias, un gran desconocido
La salida del líder de Unidas Podemos de la política nacional suscita sorpresa en todo el arco parlamentario
Pablo Iglesias deja la política nacional. Su salida voluntaria del Gobierno de la nación y la apuesta por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para liderar en un futuro Unidas Podemos y para concurrir como candidata a la presidencia del Gobierno, marcan el camino para reorientar el proyecto vital, político y profesional de Iglesias. Esta decisión ha causado sorpresa, perplejidad y desconcierto en todo el arco parlamentario. Sin embargo, sus cercanos, quienes le conocen bien, no lo consideran en absoluto ajeno al marco político y emocional del líder de Podemos.
La pasión por la política de Pablo Iglesias recorre su ser, pero se acaba de poner de manifiesto que las apreciaciones pronunciadas en voz baja desde las últimas elecciones sobre su disposición, incluso sus ganas, de abandonar la primera línea no eran descabelladas, aunque movieran a la risa irónica.
Desde fuera, nadie creía en la facilidad que ha demostrado para dejar la primera línea. Tampoco en el PSOE. En su entorno recuerdan ahora que se propuso como vicepresidente del Gobierno tras las elecciones de 2019 y que luego se apartó cuando vio que era un obstáculo o la excusa del PSOE para aceptar de socio a Unidas Podemos. Su negativa de entonces a pactar una coalición gubernamental con Pedro Sánchez llevó a unas nuevas elecciones de las que tanto él como el líder socialista no salieron bien parados. Fallo con consecuencias: bajada de representación y fuerte subida de Vox.
Iglesias no lo ha pasado bien en el Gobierno. Las tensiones son máximas, y los revolcones que le ha dado el ala socialista del Gabinete tampoco le aportaban regocijo. El coste personal en su vida diaria, por el acoso en su domicilio, está muy presente. Los avatares en Murcia, con la respuesta de elecciones anticipadas en Madrid le han impulsado a dar la batalla política en la Comunidad con ganas y, de paso, a dejar el Consejo de Ministros y el Palacio del Congreso.
Campaña dura en Madrid
Las opiniones recogidas en su entorno prevén una campaña muy dura en Madrid y a Iglesias no le importa colocarse en el otro extremo que le separa de la popular Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña va a agitar todos los espantajos de la derecha contra la izquierda. Ahí estará Iglesias para hacer lo mismo, pero al revés. En esta campaña madrileña se escuchará con reiteración las menciones al terror “comunista” y “fascista”.
De Iglesias se enumeran los fallos en la aplicación concreta de estrategias políticas, pero muchos menos en el diseño; tiene buen trazo, según los analistas más severos con el líder de Unidas Podemos. El líder de UP obliga a su examigo Íñigo Errejón a abrir hueco a Unidas Podemos, una formación que hasta este lunes tenía todas las probabilidades de quedarse fuera de la Asamblea madrileña en las próximas elecciones.
Por el contrario, Más Madrid parece mantener una representación estimable. Pero Pablo Iglesias hace recaer sobre Errejón la responsabilidad de impedir la unidad de las candidaturas, a pesar de que las heridas entre ambos no están cerradas. El líder de Podemos ha hablado de “cicatrices”, pero los tejidos no están aún suturados, según lo sienten en Más País.
Iglesias y Errejón se hicieron mucho daño, pero es muy improbable que el segundo impida esa unidad y que la candidata de su formación, Mónica García, no forme tándem con Pablo Iglesias. Ambos serán adversarios del candidato del PSOE y de Pedro Sánchez, Ángel Gabilondo, que llamará al voto para “la izquierda de Gobierno”. Aún quedan por pasar muchas cosas, señalan enigmáticos en las filas socialistas, pero, además de perplejidad por el paso dado por Iglesias, comprenden que en Madrid la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso no puede ser una certeza absoluta.
Al margen de los resultados, Pablo Iglesias ha propiciado el movimiento con su abandono de la política nacional, la vicepresidencia y el escaño de diputado. Una decisión imprevisible propia de un personaje difícil de interpretar y encuadrar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.