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Economía de lo vivido

En el centro de Sabadell se ubica este apartamento de 160 metros cuadrados reformado y pensado por el estudio de interiorismo Alquián para una familia que buscaba luz, amplitud y conservar casi intacto el espíritu de su anterior casa, que se les había quedado pequeña.

Vista parcial del salón que, en realidad, es doble. El baúl es una antigua caja de un almacén textil. “Nos gustó mucho porque pone su procedencia, de Sabadell, y le daba contexto: aquí la industria textil es muy importante” explica David Moya, de Alquián. La pareja de lámparas es de Miguel Milá. El resto de los objetos y muebles provienen de la anterior casa de los propietarios, cuyo proyecto de interiorismo también corrió a cargo de Alquián. El robot lo hizo Nicolás, uno de los hijos de la pareja.
Vista parcial del salón que, en realidad, es doble. El baúl es una antigua caja de un almacén textil. “Nos gustó mucho porque pone su procedencia, de Sabadell, y le daba contexto: aquí la industria textil es muy importante” explica David Moya, de Alquián. La pareja de lámparas es de Miguel Milá. El resto de los objetos y muebles provienen de la anterior casa de los propietarios, cuyo proyecto de interiorismo también corrió a cargo de Alquián. El robot lo hizo Nicolás, uno de los hijos de la pareja.Asier Rua

Una reforma estructural mínima (algo de tabiquería para unificar una casa que, como todas las que ya tienen más de un siglo, estaba compartimentada de más) y una labor esencialmente de reestructuración y ordenación de espacios. Así fue el proyecto que David Moya y Juan Martínez (Alquián) pensaron para los actuales inquilinos de este piso, una familia formada por Julia Torrijos, paisajista, y Xavier Salcedo, diseñador gráfico, junto a sus hijos, Nicolás y Elías, y el perro Taco. La intervención se centró en recuperar suelos hidráulicos y algunas piezas, como la magnífica puerta de vidrio y plomo, abrir la casa a la luz y, sobre todo, conservar las cicatrices de la vivienda: “Esta casa tuvo una primera reforma en los años treinta-cuarenta y luego otra en los sesenta-setenta. Queríamos que se vieran esas etapas”. Aunque el verdadero reto fue que la mano del interiorista se viera lo menos posible. “Ellos querían incorporar el espíritu de su antigua casa, que también habíamos hecho nosotros, conservando sus muebles, sus enseres… Así que la dificultad ha sido encajarlo todo y distribuirlo con sentido”, dicen los interioristas. Para ello, optaron por hacer un lienzo lo más desnudo posible: blanco, madera y suelos hidráulicos para una casa muy viva. “Aquí todo está vivido si no es por ellos, por alguien. ¡Para un mueble de Ikea que hay [en la cocina] es de segunda mano!”, dice Moya.

El perro 'Taco' da la bienvenida. Vista del recibidor donde hay un carrito bar 'vintage'. La puerta de vidrio y plomo está recuperada y es original de la casa, y la cubierta de mármol del radiador en hierro fundido también es original de la casa. “Estos cubrerradiadores que se ponían antiguamente son ideales para aprovechar los rincones muertos. Nosotros hemos colocado una lámpara: nos gusta poner muchos puntos de luz en nuestros proyectos”, dice Juan Martínez, de Alquián.
El perro 'Taco' da la bienvenida. Vista del recibidor donde hay un carrito bar 'vintage'. La puerta de vidrio y plomo está recuperada y es original de la casa, y la cubierta de mármol del radiador en hierro fundido también es original de la casa. “Estos cubrerradiadores que se ponían antiguamente son ideales para aprovechar los rincones muertos. Nosotros hemos colocado una lámpara: nos gusta poner muchos puntos de luz en nuestros proyectos”, dice Juan Martínez, de Alquián.Asier Rua
El estudio de Julia Torrijos y Xavier Salcedo, que, gracias a la abertura hecha por Alquián, recibe muchísima luz (antes era un cuarto ciego). La mesa para los dos ordenadores, las estanterías modulares y a medida con baldas de lado a lado y el suelo hidráulico recuperado de la construcción original.
El estudio de Julia Torrijos y Xavier Salcedo, que, gracias a la abertura hecha por Alquián, recibe muchísima luz (antes era un cuarto ciego). La mesa para los dos ordenadores, las estanterías modulares y a medida con baldas de lado a lado y el suelo hidráulico recuperado de la construcción original.Asier Rua
El comedor, presidido por una mesa de mármol con estructura en acero y unas sillas setenteras a juego con el ambiente de esta sala. “Son originales de los setenta, como se puede comprobar en los tonos naranjas y marrones tan de moda en aquella década”, dice Juan Martínez.
El comedor, presidido por una mesa de mármol con estructura en acero y unas sillas setenteras a juego con el ambiente de esta sala. “Son originales de los setenta, como se puede comprobar en los tonos naranjas y marrones tan de moda en aquella década”, dice Juan Martínez.Asier Rua
Otra vista del comedor y el recibidor. La lámpara de techo proviene de la anterior vivienda de los inquilinos y puede apreciarse el techo de madera recuperado de la casa original.
Otra vista del comedor y el recibidor. La lámpara de techo proviene de la anterior vivienda de los inquilinos y puede apreciarse el techo de madera recuperado de la casa original.Asier Rua
La cocina. El mueble colgado arriba es el que había originalmente y fue restaurado y pintado. “El resto son muebles que vienen de aquí y de allá y se han ido encajando casi como un tetris”, explican los autores. La cabeza de toro de paja proviene de Cabo de Gata, lugar en el que la familia suele veranear. Los platos en la pared son de cerámica de Bjørn Wiinblad.
La cocina. El mueble colgado arriba es el que había originalmente y fue restaurado y pintado. “El resto son muebles que vienen de aquí y de allá y se han ido encajando casi como un tetris”, explican los autores. La cabeza de toro de paja proviene de Cabo de Gata, lugar en el que la familia suele veranear. Los platos en la pared son de cerámica de Bjørn Wiinblad.Asier Rua
El baño principal está prácticamente conservado de la primera reforma que vivió la casa en los años treinta. “Por suerte encontramos un espejo muy similar al que ya había que estaba roto”, dice Martínez. “Es de acero cromado de los años treinta, igual que el aplique, que es una opalina blanca”.
El baño principal está prácticamente conservado de la primera reforma que vivió la casa en los años treinta. “Por suerte encontramos un espejo muy similar al que ya había que estaba roto”, dice Martínez. “Es de acero cromado de los años treinta, igual que el aplique, que es una opalina blanca”.Asier Rua
El dormitorio principal da a la calle peatonal. “Es supersencillo. No hay ni cabezal en la cama. No hay cortinas, ni las habrá. Es lo mínimo”, explica Juan.
El dormitorio principal da a la calle peatonal. “Es supersencillo. No hay ni cabezal en la cama. No hay cortinas, ni las habrá. Es lo mínimo”, explica Juan.Asier Rua
 'Taco', Xavier Salcedo y Julia Torrijos, en el patio. “Aquí buscamos una mesa de los años cincuenta de gresite de colores y unas hamacas de las de toda la vida: de madera con la lona verde botella. Luego el tema plantas se lo dejamos a Julia, que para eso es paisajista”, dice Martínez entre risas.
'Taco', Xavier Salcedo y Julia Torrijos, en el patio. “Aquí buscamos una mesa de los años cincuenta de gresite de colores y unas hamacas de las de toda la vida: de madera con la lona verde botella. Luego el tema plantas se lo dejamos a Julia, que para eso es paisajista”, dice Martínez entre risas.Asier Rua

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