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Eli Russell Linnetz, el diseñador que no quería diseñar y arrasa con su estilo californiano

En el negocio de la moda lo tienen por un diseñador crecido en el fragor de la celebridad y las nuevas sensibilidades, pero lo único que el creador de ERL quiere hacer es contar historias a través de la ropa

Eli Russell Linnetz
Eli Russell Linnetz, fotografiado en suestudio de Venice Beach (Los Ángeles), el pasado mayo, mientras ultimaba la colección primavera-verano 2024 que presentó en la feria Pitti Immagine Uomode Florencia.Adali Schell (The New York Times

Cuatro días fuera de casa son demasiados días para Eli Russell Linnetz. “Ya he tenido suficiente, estoy deseando volver. Es que no me gusta viajar”, confiesa. Lo dice riendo, aunque el deje es de agotamiento, derrumbado en una silla mientras ultima su nueva colección. Lástima que se haya quitado del café. Aún le quedan dos extenuantes jornadas por delante, una jalonada de ajustes de confección, pruebas de vestuario y entrevistas como esta desde primera hora de la mañana, y otra que concluirá al anochecer con el primer desfile de su cacareada etiqueta, ERL. Las iniciales de la penúltima sensación de la moda, la abreviatura que resume la circunstancia del negocio del vestir en tiempos multipantalla: sin ruido no hay rock and roll.

Uno de los surferos llegados desde las playas de Los Ángeles para el desfile posa cubierto de lentejuelas.
Uno de los surferos llegados desde las playas de Los Ángeles para el desfile posa cubierto de lentejuelas.Astra Marina Cabras

La partitura de ERL es ensordecedora. Punk con riffs de guitarras surf, rap-trap de lírica californiana, melodías de Broadway, bandas sonoras palomiteras y pegajoso estribillo pop, sobre el papel resulta una cacofonía, pero al interpretarla suena a jitazo irremediable, cada nota en su sitio: la que apela al relato generacional, la que despierta el sentimiento de pertenencia, la que evoca cierta nostalgia, la que conecta con los valores de consumo actuales, la que hace vibrar a los directores ejecutivos del tinglado del lujo. Por eso su autor está en Florencia, diseñador estelar invitado de la feria Pitti Immagine Uomo a mayor gloria de su 104ª edición en redes sociales. Que te convoque el mayor escaparate global del prêt-à-porter masculino (Raf Simons, Virgil Abloh, Rick Owens, Martin Margiela, Jun Takahashi o Telfar han sido celebrados allí) quiere decir, en cualquier caso, que eres éxito de crítica y público, que ya no hay quien te tosa. “Voy sobrado de confianza, estoy superseguro de todo lo que hago”, concede. Y apostilla: “El dinero no me importa. Siempre me he movido en ambientes por encima de mis posibilidades económicas. Si tengo pasta, bien y, si no, también. Lo que me gusta cuando la hay es gastarla en mis proyectos artísticos”.

ERL ha redefinido su silueta baggy con tejidos metalizados elásticos.
ERL ha redefinido su silueta baggy con tejidos metalizados elásticos.Astra Marina Cabras

Linnetz, que en noviembre cumplirá 33 años, es lo que antes se decía un hombre del Renacimiento, ese tipo de culo inquieto cuyos intereses se encadenan con guiones. Cineasta guion fotógrafo guion productor musical guion diseñador gráfico guion creador de moda. Es posible que falte algún guion. “Aquí me siento conectado con aquellos sufridos artistas renacentistas, es una emoción genuina”, refiere, señalando los problemas que le causa la precariedad: “Tener recursos limitados resulta muy duro cuando tu imaginación es infinita”. A la vista del despliegue de prendas y accesorios custodiado en una de las edificaciones de la Fortezza da Basso, sede del salón florentino, queda claro lo desbordante de la suya. “Cuando hago una colección es como si dirigiera una película. Esta se sitúa dentro de 100 años, con Florencia sumergida en el mar y convertida en nuevo destino surfero”, explica. “Entonces unos chicos de California que han ido a pillar olas se cuelan en la fiesta que la mujer del embajador estadounidense ha montado en su villa, se ponen la ropa del marido y se hacen pasar por ricachones”, continúa el argumento. Tafetanes, sedas metalizadas, lana fría recamada de cristales, lentejuelas, ­jacquard (el de la dramática capa en cuya confección han participado los departamentos de vestuario de las óperas de Florencia y Los Ángeles), parece que esta vez el presupuesto le ha dado para no tener que acudir a las tiendas de segunda mano y beneficencia donde se aprovisiona habitualmente de tejidos. “Bueno, no tanto”, chiva.

Linnetz repasa los percheros en los que cuelga la colección presentada en Pitti Immagine Uomo, la mayor feria de moda masculina del mundo.
Linnetz repasa los percheros en los que cuelga la colección presentada en Pitti Immagine Uomo, la mayor feria de moda masculina del mundo.Adali Schell (The New York Times

Que haya fundido parte de la ayuda financiera que Pitti ofrece a sus invitados en volar hasta la capital toscana al contingente de surferos vecinos de su Venice Beach natal que desfiló para él en el Palazzo Corsini, a mediados del pasado junio, no está descartado. Tampoco que este haya sido su último show. “El primero y el último”, dice sin aguantar la risa. “No sé cuánto tiempo voy a seguir. La verdad es que no me gusta vestir a nadie en la vida real, todo se reduce al mundo de fantasía que tengo en la cabeza”, cuenta. Linnetz, que estudió Guion Cinematográfico en la Universidad del Sur de California, considera su ocupación actual un “accidente”. De familia no le viene, desde luego: “Mi padre es abogado, supongo que se debe a que mi madre me hacía tragar de pequeño un montón de viejos musicales”. Ella le enseñó, además, a coser a máquina, habilidad que le sirvió para pagarse la carrera empleado en el departamento de vestuario de su universidad. El resto lo solucionó con grandes dosis de autoestima. Y echándole morro.

El plumífero, otro de los emblemas de ERL, ahora en versión edredón de seda metalizada.
El plumífero, otro de los emblemas de ERL, ahora en versión edredón de seda metalizada.Vanni Bassetti

Una cosa que hay que saber de Eli Russell Linnetz es que no se detiene ante nada. “En el instituto estaba en el equipo de lucha libre y el entrenador siempre me decía: ‘Ya tendrás tiempo de dormir cuando te mueras”. Con 14 años le envió un currículo falso a Marc Jacobs (“Nunca me respondió”), a los 15 ganó un concurso que lo colocó como asistente del dramaturgo y cineasta David Mamet y a los 17 llamó la atención de Kanye West, junto al que liberó su potencial como artista visual hasta 2016 (“Lo dejé por distintos motivos, hace siglos que no hablamos. No tengo nada más que decir. Bueno, sí, que entonces ya estaba tan loco como para darme mi primera gran oportunidad”, despacha a propósito del controvertido rapero). Luego ejerció de fotógrafo, requerido por Kim Kar­dashian, Selena Gomez, Grimes y Lady Gaga, para la que terminó concibiendo la escenografía de su espectáculo en el hotel MGM de Las Vegas, Enigma, robot gigante incluido. Y, por fin, en 2018 comparecía como diseñador con marca propia. Abreviando: un día se le ocurrió pedir audiencia con Ronnie Cooke Newhouse, fundadora y directora creativa de la agencia especializada en publicidad de lujo House + Holme, que, impresionada por su carisma, se lo llevó a París para trabajar en la campaña de un perfume de Comme des Garçons. Allí conoció a Adrian ­Joffe, presidente del emporio cimentado sobre la firma de culto de su mujer, la fenomenal Rei Kawakubo, y ni corto ni perezoso le preguntó si le dejaría hacer ropa. “Ahora que lo pienso, igual fui un poco atrevido”, concluye.

Un modelo emula la Estatua de la Libertad en la fantasía futurista de Linnetz.
Un modelo emula la Estatua de la Libertad en la fantasía futurista de Linnetz.Vanni Bassetti

Al cobijo del programa-incubadora de nuevos talentos de CdG y su división comercial, la cadena de tiendas concepto Dover Street Market (lanzadera de creadores emergentes a los que ayuda a producir y distribuir sus colecciones), el impacto de ERL ha sido prácticamente instantáneo. Sobre todo por la capacidad de su ideólogo para tocar la fibra sensible de los afiliados al mito de la subcultura juvenil genuinamente americana. De hecho, hay quien lo considera una genuina expresión de la dude culture, exaltación del colegueo con olor a tigre —del vestuario de instituto a la fraternidad universitaria— y la masculinidad gregaria, a pesar de la fluidez de sus prendas y el nada disimulado homoerotismo de las imágenes de sus catálogos. “A lo mejor es una broma. A lo mejor se están riendo de mí. No lo sé. Nunca he pensado en términos de géneros. Prefiero moverme en la ambigüedad”, reflexiona.

El primer desfile de la marca ha venido con su primera línea de gafas de sol.
El primer desfile de la marca ha venido con su primera línea de gafas de sol.Vanni Bassetti

De colgarle una etiqueta, que sea la de California Couture, interpretación estilística de la que dio cuenta el monumental manto de patchwork que envolvió al rapero A$AP Rocky en la gala del Met de 2019 y ha sublimado la colección cápsula primavera-verano 2023 de Dior Men, en la que ha intervenido en calidad de diseñador invitado (nada de simple colaborador). “En realidad, no soy de lanzar mensajes ni hacer declaraciones de principios con mis diseños”, remata. “Creo que es mejor no decir demasiado, solo comunicar lo que tienes en la cabeza y dejar que la gente interprete tu arte. Y si alguien quiere pensar que soy otro capullo americano, pues vale. Mientras pueda hacer lo que me gusta, por mí ya estaría”.

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