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‘Huellas de Teresa’, un viaje literario, espiritual, monumental y culinario por la vida y sitios de la santa

Una nueva ruta recorre los 17 conventos fundados por la doctora de la iglesia, humanista y viajera, una red turística que celebra el Año Jubilar Teresiano

Yemas Santa Teresa
Yemas de Santa Teresa, el dulce más característico elaborado en los conventos carmelitas, en especial en Ávila.Albert Gonzalez (Alamy)
Ginés Donaire

“Dijéronme grandes bienes de la tierra y con razón que es deleitosa y de buen temple”, escribió Teresa de Jesús, a modo de inspiración, antes de fundar el monasterio de San José del Salvador de Beas de Segura (Jaén), uno de los 17 conventos creados en el siglo XVI por esta mujer humanista y viajera. Este legado arquitectónico, literario y espiritual se ha convertido ahora en una atractiva ruta turística que no solo difunde la obra de la que fue declarada como doctora de la Iglesia, sino que también ha sacado a la luz un rico patrimonio monumental que ha dejado de estar enclaustrado.

De alguna manera, la red Huellas de Teresa recrea el viaje que la santa emprendió en 1567 y que, durante dos décadas, la llevó desde Ávila a Caravaca de la Cruz, o desde Medina del Campo hasta Sevilla, pasando por otros enclaves teresianos como Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. Esta ruta cobra ahora un significado especial al celebrarse el Año Jubilar Teresiano.

El convento de Carmelitas Descalzas de Beas de Segura, en cuya construcción en 1575 tuvo que interceder el rey Felipe II, ha sufrido los avatares de la historia, los más graves durante la Guerra de la Independencia, pero aun así conserva importantes reliquias de los santos místicos Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, como ornamentos litúrgicos, varias reliquias de Santa Teresa y diversos enseres de la fundación primitiva. En Beas de Segura, tierra de frontera por los que pasaron literarios como Jorge Manrique, Francisco de Quevedo o Lope de Vega, se puede visitar también el centro de interpretación construido sobre los restos del antiguo castillo.

En tierras abulenses se escribieron algunas de las páginas más sobresalientes de la mística hebrea, islámica y cristiana: Juan de la Cruz, Pedro de Alcántara, Mosé de León, Nissim Ben Abraham o el morisco Mancebo de Arévalo. Pero Ávila es sobre todo la cuna de Teresa de Ahumada ―Santa Teresa de Jesús―. Fue la ciudad de su infancia, juventud y madurez, punto de partida y de retorno de sus fundaciones, una vida que coincide con la edad de oro de la localidad.

Una ruta que comienza en la iglesia y convento de Santa Teresa. El templo forma parte del conjunto con el convento carmelitano. Por debajo, la gran cripta abovedada de enterramientos, actual museo teresiano y centro de peregrinación de miles de personas que veneran su figura. Recomendable es también la visita al Centro de Interpretación de la Mística. También puede visitarse la casa natal de Teresa de Jesús, en el convento de los Carmelitas.

Celda de Santa Teresa en su museo en la ciudad de Ávila.
Celda de Santa Teresa en su museo en la ciudad de Ávila. Japhotos / Alamy

La plaza Mayor de Medina del Campo es el primer antecedente de la tipología de plazas mayores porticadas. En una de sus casas, junto a la Colegiata, se alojó temporalmente la comunidad carmelita. En el convento de San José, segunda fundación de Teresa de Jesús (1567), se puede visitar parte de la zona de clausura. Y en la capilla de San Juan de la Cruz, en la calle del Almirante, puede contemplarse un gran retablo relicario y numerosas obras de arte relacionadas con el carmelita, otro andariego.

La cuarta fundación Teresiana tuvo lugar en Valladolid, donde la santa fue nombrada en su día Vecina de Honor. En el convento actual, en el barrio llamado como Rondilla de Santa Teresa, la iglesia es un verdadero museo, con esculturas de Gregorio Fernández y obras de arte excepcionales en el claustro y en los coros. Guarda lo mejor de su tesoro, la celda que ocupara santa Teresa en sus estancias y otras dos joyas excepcionales: el autógrafo original de su Camino de Perfección y el bloque más numeroso de sus cartas también autógrafas.

En Sevilla se conserva el único retrato hecho en vida a Santa Teresa de Jesús, en el museo del Santo Ángel de los Carmelitas Descalzos. Este centro se ha ampliado recientemente y las nuevas salas albergan numerosas obras maestras de pintura y escultura.

El único retrato hecho en vida a Santa Teresa de Jesús se conserva en el museo del Santo Ángel de los Carmelitas Descalzos de Sevilla.
El único retrato hecho en vida a Santa Teresa de Jesús se conserva en el museo del Santo Ángel de los Carmelitas Descalzos de Sevilla. ALAMY

Y en Granada, el convento de San José, la penúltima de las fundaciones de Santa Teresa, se encuentra situado en la entrada al histórico y típico barrio del Realejo. El primer dueño del edificio (un antiguo palacio moro) fue Gonzalo Fernández de Aguilar y de Córdoba, más conocido como el Gran Capitán, donde vivió sus últimos años y murió en 1515.

Caravaca de la Cruz, en Murcia, está íntimamente ligada a la figura de Santa Teresa, pero también a San Juan de la Cruz. Por el antiguo monasterio de San José pasó hasta en siete ocasiones el monje carmelita. En junio de 1581, durante su segunda visita, las religiosas pidieron al santo que procurase fundar un monasterio de frailes en esta ciudad. Y así fue como en 1587 se estableció el convento de Nuestra Señora del Carmen de Carmelitas Descalzos, convirtiéndose la ciudad de la Cruz en uno de los escasos ejemplos que a la vez gozan de fundación teresiana y sanjuanista. En Caravaca se ha recuperado como lugar de peregrinación la Iglesia y el monasterio de San José.

En el municipio salmantino de Alba de Tormes se venera y custodia el sepulcro y las reliquias mayores (corazón y brazo izquierdo) de Teresa de Jesús. En 1571 se fundó el convento de la Anunciación, donde murió la santa. Y, dentro del Año Jubilar Teresiano, en esta antigua villa medieval puede visitarse la exposición Artis Momentum, con más de un centenar de piezas sobre el arte en el tiempo de Santa Teresa y donde artistas de todas las épocas han querido reflejar su figura sobre un lienzo, una escultura, una talla o un escrito. La exposición permanece abierta hasta octubre en el convento de San Juan de la Cruz.

Sepulcro de Santa Teresa en Alba de Tormes, Salamanca.
Sepulcro de Santa Teresa en Alba de Tormes, Salamanca.

La villa ducal de Pastrana, en Guadalajara, uno de los miembros la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España, alberga el convento del Carmen, fundado en 1569 por Santa Teresa y que estuvo influenciado por su tormentosa relación con Ana de Mendoza, la princesa de Éboli. Su iglesia y su claustro albergan el museo creado en 2015 con motivo del aniversario del nacimiento de la mística, un repaso por la historia artística (pictórica y escultórica) del monasterio desde su comienzo en el siglo XVI hasta su desaparición, por la Desamortización, en 1836.

En el norte de la provincia de Ciudad Real, Malagón nos permite adentrarnos en la arquitectura teresiana en el monasterio San José, donde plasmó el ideario de vida del Carmelo descalzo, y el Museo Teresa de Jesús. En la iglesia destaca el magnífico retablo del Altar Mayor, obra cumbre del escultor toledano Germán López Mejías y considerado como uno de los más bellos del barroco tardío español.

Siguiendo nuestro recorrido por Castilla-La Mancha llegamos a Villanueva de la Jara, en Cuenca, otro municipio donde abundan los lugares teresianos. Destaca la basílica de la Asunción, construida a finales del siglo XV, donde se produjo la recepción de la santa, como ella misma cuenta en el Libro de las Fundaciones. O los conventos de Santa Ana y del Carmen, cuya iglesia refleja un estilo de arquitectura carmelitana, obra de Fray Alberto de la Madre de Dios. La localidad cuenta también con el Centro Teresiano de Interpretación Las Moradas, abierto en 2015.

Toledo es la ciudad de recreo de Teresa de Jesús. La que le da la paz y calma que le permite escribir los pensamientos espirituales que la llevaron a ser doctora de la Iglesia y maestra de espirituales. En 1569 se fundó el convento de las Carmelitas Descalzas en plena judería toledana, aunque poco después se trasladó hasta la plaza de Santa Teresa de Jesús, próximo a la puerta del Cambrón. En 1577 Santa Teresa volvió a Toledo y se recluye en su convento, donde retomará la escritura del Libro de la Vida y también Las Moradas, obra cumbre de la mística y que cierra el círculo literario de santa Teresa y la ciudad de Toledo.

No obstante, fue en Segovia donde la madre Teresa comenzó a escribir su obra más sobresaliente y donde, además, se venera el sepulcro de Fray Luis de León, inseparable de la biografía de Teresa. Salamanca, la ciudad del Tormes, resultó clave para la difusión del mensaje de Teresa. Fray Luis de León, como primer editor, y la Escuela de Salamanca avalaron el valor de la obra teresiana. La Universidad de Salamanca, también, fue clave siglos después para dar a conocer su figura con Unamuno como entusiasta defensor de un doctorado honoris causa, del que ahora se celebra un siglo.

Plaza mayor de Salamanca, ciudad clave en la ruta teresiana.
Plaza mayor de Salamanca, ciudad clave en la ruta teresiana. Maremagnum / CORBIS / GETTY IMAGES

La fundación teresiana de Palencia se remonta al año 1580, en el corazón del populoso barrio de la Puebla. Pero un año más tarde el convento se trasladó junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Calle. Terminada la fundación de Palencia, Teresa partió hacia Soria, donde documentó su presencia en el Libro de las Fundaciones. Burgos representa el final del camino. La huella de una ya cansada Teresa de Jesús sigue vigente en la ciudad. El convento carmelita de San José y Santa Ana conserva muchas reliquias de la santa (alpargatas, velo, carta autógrafa…) y también una notable escultura de principios del siglo XVII.

Gran parte de este legado arquitectónico se ha convertido hoy en una singular y atractiva oferta de alojamientos para peregrinos y público en general. Es el caso de la hospedería de los Carmelitas Descalzos de Toledo, la de los Carmelitas de Segovia o la hospedería de Nuestra Señora del Carmen en Caravaca de la Cruz.

Esta experiencia de turismo espiritual conforma también un rico viaje gastronómico, con las afamadas yemas de Santa Teresa como dulce más característico. La empresa abulense del mismo nombre comercializa un envase personalizado que funde las yemas con la imagen corporativa de la Red de Ciudades Teresianas. En Caravaca de la Cruz son famosas las tortas fritas, que se suelen hacer en vísperas de la Cuaresma.

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