Camila Ferraro, primera mujer chef revelación de Madrid Fusión
La cocinera sevillana del restaurante Sobretablas reivindica la "humildad y el sacrificio” de un oficio que obliga a las mujeres a mayores renuncias
“Uy, madre mía, esto es que es muy fuerte”, lanzaba desde el escenario un visiblemente emocionado José Carlos Capel, crítico gastronómico de El País y presidente de Madrid Fusión. Para los que estaban en el público, sus palabras fueron como un spoiler; el premio al Cocinero Revelación 2020 iba a ser, por primera vez en la historia del congreso, que celebra este año su 18ª edición, para una mujer. “¡Camila Ferraro, de Sobretablas en Sevilla!”, se leyó a micrófono abierto. Sus compañeros, entre los que estaban los también premiados Xune Andrade (de Monte, Asturias) y Samuel Naveira y Génesis Cardona (Mu-Na, León) rompieron a aplausos.
Algo ya inédito era la presencia de varias cocineras entre los nominados, como Vicky Sevilla (de Arrels, Sagunto), también entre las favoritas. “Al escuchar a Capel me imaginé que ganaba una mujer. Es muy importante que empecemos a salir a la luz y que las chicas que empiezan a estudiar tengan referentes. Es un momento de inflexión”, confiesa Camila Ferraro (Sevilla, 1987). Una sensación que comparte Julia Pérez, directora del portal gastronómico Gastroactitud. “¡Por fin!”, aplaude, “esto es un ejemplo de lo que va a venir, la eclosión ha comenzado y vamos a recoger el trabajo que estas chicas llevan muchos años haciendo”.
Ferraro ha pasado por algunas de las cocinas más relevantes de España; entre ellas, la de Ángel León y la de los hermanos Roca. “Del Celler me llevo esa humildad y ese sacrificio, el esfuerzo y constancia que hay detrás de un plato, de una receta que haces, sin importar cuánto tiempo te pueda llevar, sin tomar atajos”, relata. Otra de las personas que más le ha enseñado ha sido su madre. “Nuestras mujeres siempre han estado allí, inspirándonos. La forma de cocinar de mi madre no era clásica, se atrevía con recetas nuevas”.
La chef, que como el resto de candidatos al premio ha visto aumentar las reservas en sus restaurantes esta semana a consecuencia de la nominación, quiere hacer un alegato por la alta cocina y la simplicidad, la base del congreso de este año. “La cocina nunca debería de dejar de ser un oficio meticuloso, limpio, que necesita tiempo y donde no podemos dar recetas de primera con ingredientes de tercera”.
Un sacrificio mayor para las mujeres
Reivindica también Ferraro “la humildad y el sacrificio” del trabajo que ha elegido. “Es una profesión muy dura para unos y otros, pero las chicas, en general, sacrifican más, posponen la maternidad o renuncian a ella”, apunta, “tienes que tener mucha valentía, pasar por muchas casas, hacerte un hueco; ojalá la proporción sea, al menos de cincuenta a cincuenta”, subraya. El teléfono de la sevillana no deja de sonar. La felicitan amigos y compañeros y muchas cocineras. Como la premiada chef Maca de Castro. “¡Estoy muy, muy contenta! Todo está cambiando y lo importante sería que no fuera noticia. Camila es una gran cocinera”, exclama al otro lado del teléfono.
Sin duda, esta página nueva de la historia de la gastronomía es un reflejo de la sociedad que respira en las calles. Y de la sororidad. Aunque ella no utiliza este término, la chef sí remarca que “la unión de las mujeres, un carácter menos competitivo y la necesidad y el gusto por ayudarse” está haciendo “mucho bien” a la alta cocina. Lo cuenta después de que su compañera Vicky Sevilla se acerque a saludarla. Ambas se funden en un sentido abrazo. “De verdad que no sabes qué contenta estoy de que lo hayas ganado tú, de que lo gane una mujer, es como ganarlo todas”, exclama. Ferraro, señalándola, responde: “Con el corazón en la mano te digo que quería que ganara ella”
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