Muri Veteres 2016, monastrell del altiplano

Curioso fenómeno el de Jumilla, pronosticado por Robert Parker como una de las denominaciones de origen con mayor proyección mundial, pero que, tras un arranque fulgurante, ha entrado en estancamiento. Por eso cabe felicitar la labor de Lorenzo Abellán y familia en busca de la mejor monas­trell del altiplano levantino, allí donde la dejó el inimitable viticultor y bodeguero Agapito Rico y donde convive, en difícil competencia, con los graneles. Se une así a logros como Casa Castillo y El Nido. Para hacerlo, en Carchelo cuentan con un viñedo modélico en las laderas de la sierra del Carche, tierra seca y perfumada de estepa y romero, donde las cepas extraen la canción del terruño. Una parcela de ocho hectáreas para este vino. Uvas sanas, sin tratamientos, escogidas y manufacturadas con la habitual pericia del enólogo Joaquín Gálvez, que ha elegido el roble francés para todas las fases de elaboración, rematada con una crianza de 12 meses.

Logra así un tinto poderoso pero esbelto, dotado de un paisaje aromático que integra la fruta negra en licor con las notas de algarroba seca, hierbas balsámicas y torrefactos, todo patinado por el delicado barniz de flores y especias. Concentrado, fresco y frutal, su fuerte temperamento consigue el milagro de aunar sensualidad mediterránea y elegancia continental.