Perdidos en el lago Malaui
Recorrido de isla en isla hasta su extremo sur, que alberga uno de los ecosistemas más importantes en el estudio de la evolución
El lago Malaui, “el lago de las estrellas” como lo denominó David Livingstone, es uno de los principales atractivos de Malaui. Con más 300 especies de cíclidos, además de un reclamo para biólogos es una joya para viajeros con ganas de perderse en sus playas ocultas de límpidas aguas. Salpicando el tercer lago más grande de África, un puñado de islas invitan a disfrutar de una experiencia náufraga.
01 Likoma
La isla de los mangos y los baobabs es la más grande del lago con sus 18 kilómetros cuadrados. En aguas mozambiqueñas pero perteneciente a Malaui, Likoma es, probablemente, la más remota de todas: llegar requiere más de siete horas de travesía desde Nkhata Bay a bordo de una embarcación local repleta de población local y suministros para los isleños. Un trayecto seguramente interesante para viajeros, pero evitable: para quienes quieran (y puedan) ahorrárselo, se puede volar en avioneta desde el aeropuerto de Lilongüe y aterrizar en Likoma en poco más de una hora.
De descendencia misionera, Likoma fue la sede de la iglesia anglicana en Malaui y ha heredado la catedral de San Pedro construida en 1905. En este paraje donde la rutina se detiene los locales alcanzaron la tasa de alfabetización más elevada del país gracias al trabajo de los anglicanos.
Likoma compagina descanso y deportes acuáticos tanto en el romántico resort de Kaya Mawa como en Mango Drift, perteneciente a la misma empresa que anterior y punto de encuentro de los mochileros que recalan en la isla: aunque la acampada está permitida en toda la playa los bungalós a un paso del agua ofrecen mayores comodidades. Ambos alojamientos cuentan un centro de actividades acuáticas donde poder hacer submarinismo, esquí acuático o kitesurf. Y el nuevo Ulisa Bay Lodge, aunque ubicado en un arenal más limitado, cuenta con un menú apetitoso y las cervezas más frías de toda la isla.
02 Chizumulu
Hermana de Likoma, se encuentra a tan sólo 12 kilómetros, la isla de Chizumulu está algo más abandonada. Con una población dedicada a la agricultura y a la pesca, cuenta con un único alojamiento, el pequeño hostal Wakwenda Retreat, cuyo restaurante se acomoda malabarísticamente en las altas rocas que presiden la bahía donde se ubica. Una oportunidad para conocer el día a día de una isla del lago y armonizar lecturas, chapuzones y el dolce far niente. Desconexión asegurada.
03 Mumbo y 11 más
Única reserva natural del país africano declarada patrimonio mundial, el parque nacional del Lago Malaui cuenta con doce islas dentro de sus 94 kilómetros cuadrados de extensión, que tiene como punto referencial la península del cabo Maclear, al sur del lago, desde la que se puede acceder a algunas de ellas. La distinción de la Unesco llegó en 1984 gracias a su belleza natural y, sobre todo, a albergar uno de los ecosistemas con mayor relevancia en el estudio de la evolución natural.
Mumbo es un edén rodeado de aguas cristalinas a unos 45 minutos en barco de Cape Maclear, abarcables también, para quienes cuenten con una buena forma física, en una travesía en kayak de unos 10 kilómetros, aproximadamente. En esta la isla inhabitada donde no hay electricidad solo hay una opción para alojarse, aunque no para todos los bolsillos: Mumbo Island Camp, probablemente entre los 100 mejores hoteles del mundo, es un lugar perfecto para un viaje íntimo donde olvidarse de los automatismos diarios. Por 150 euros la noche, la estancia incluye el transporte y todas las comidas y actividades incluidas.
Domwe y Thumbi resguardan la playa de Cape Maclear. En la primera, a pocos metros de la costa, loso visitantes cuentan con varias posibilidades de acampar y hasta un cocinero a su disposición, siempre y cuando lleven la comida consigo previamente. Por su parte, Thumbi se convierte en una expedición casi obligada. Plagada de lagartos monitor, cuenta con numerosas calas donde observar cíclidos de mil colores o tumbarse al sol sobre enormes rocas. Es además una buena escapatoria de Cape Maclear y se puede alcanzar en kayak sin mayor dificultad. También se organizan excursiones diarias a distintos puntos de la isla para bucear, preparar una barbacoa de pescado o aguardar al atardecer, bebida en mano.
04 Archipiélago de Maleri
A diferencia del resto de islas, este grupo se localiza a men os de dos horas de Lilongüe, lo que permite visitarlas en escapadas de fin de semana. Ya en el archipiélago, en la isla de Nankoma podremos alojarnos en el moderno hostal Blue Zebra, regentado por una española, que ofrece varios chalets dispersos por el paisaje isleño. Perfecto para ir de vacaciones con los más pequeños, cuenta con distintos tipos de estancias y una piscina en el centro del complejo. Un buen lugar para entretenerse con las actividades acuáticas y la naturaleza.
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