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Una fiesta fuera de serie

Vicky Luengo y Eneko Sagardoy son protagonistas de dos de las ficciones españolas más aclamadas de la temporada: Antidisturbios y Patria. Amigos y cómplices, disfrutan del éxito en un momento tan atípico como las celebraciones que nos esperan. Sin más alfombra roja que la moqueta de casa ni mejores galas que las que permitan acomodarse en el sofá.

Vicky Luengo acude sola a su cita de esa mañana. El hotel de ocho plantas está cerrado a cal y canto. Le abren la puerta lateral y le indican que suba al segundo piso. Cuando sale del ascensor, la oscuridad le impide avanzar por los pasillos en penumbra. Tras unos minutos, logra dar con la única estancia iluminada del edificio, la 216. Media hora más tarde, la secuencia se repetirá con Eneko Sagardoy. “Pero ¿qué es esto?”, exclama al entrar en la habitación. Los dos actores se miran y gritan al unísono: “¡Es como en El resplandor!”. Y estallan a reír. Empieza la fiesta.

Eneko lleva camisa de Gucci y pantalón de Sandro. Vicky, camisa de Miu Miu, pantalón de Chanel, collar de Tous y bálsamo de labios Beurre de Lèvres, de Biotherm.
Eneko lleva camisa de Gucci y pantalón de Sandro. Vicky, camisa de Miu Miu, pantalón de Chanel, collar de Tous y bálsamo de labios Beurre de Lèvres, de Biotherm.Fotografía: Adrià Cañameras | Estilismo: Berta Álvarez

Los protagonistas de esta sesión de fotos navideña se colaron en nuestras casas por la puerta grande de las series: ella, como la inspectora Laia Urquijo, protagonista de Antidisturbios (Movistar +); él, como Gorka Garmendia en Patria (HBO). La actriz catalana de 30 años, que se ha estrenado este 2020 en el Festival de San Sebastián, siente una maraña de emociones: “Profesionalmente ha sido un año muy bonito, pero también muy complicado. Es una sensación agridulce”. Sagardoy, que en 2018 se hizo con el Goya a mejor actor revelación por Handia, pone peso en el lado positivo de la balanza: “Hacemos que todo esto sea un poco más llevadero. La ficción siempre ayuda, y ahora más que nunca necesitamos desconectarnos”.

Las dos producciones compiten por el premio a la mejor serie en los Forqué, que por primera vez se abre a esta categoría. Luengo comparte además nominación en el apartado a mejor actriz con las madres de Patria: Ane Gabarain y Elena Irureta. Sagardoy, hijo de Gaba­rain en la pantalla, vive la conquista de las actrices vascas como si fuera propia: “Han sido mis referentes. Me han enseñado que en nuestro idioma también se podía subir al escenario y hacer cine”, cuenta emocionado.

Luengo y Sagardoy son amigos y compartieron verano en la capital madrileña mientras se enfrascaban juntos en dos productos de ficción. “Hay momentos en que los proyectos todavía están a la sombra y encuentras cómplices. Se genera un espacio donde intercambiar opiniones”, explica él. Luengo lo utilizaba para trabajar a Laia: “Construía en su cabeza la imagen del personaje que yo tengo en la mía. Es muy especial compartir eso”.

Vicky lleva polo de Salvatore Ferragamo; Eneko, jersey de Alexander McQueen y pantalón de Prada. Ambos han utilizado la loción de cuerpo Lait Corporel, de Biotherm.
Vicky lleva polo de Salvatore Ferragamo; Eneko, jersey de Alexander McQueen y pantalón de Prada. Ambos han utilizado la loción de cuerpo Lait Corporel, de Biotherm.Fotografía: Adrià Cañameras | Estilismo: Berta Álvarez

Fue el teatro el culpable de que se cruzaran por primera vez. Fueron a ver una obra en la que actuaba un amigo en común, Ricardo Gómez. Tenían asientos contiguos. Cenaron todos juntos y conectaron enseguida. “Coincidimos mucho en la crítica de la obra, ¿te acuerdas? Rollo actores intensos de teatro”, ríe Sagardoy. “Imagínate que cuando nos conocimos en Bilbao te ponen una foto de este momento, ¿qué hubieras creído?”, pregunta Luengo mientras posan juntos sobre la cama: “¡Que no iba a pasar nunca!”, grita él entre carcajadas.

Música y ropa de gala. “Es lo más parecido a una fiesta que he vivido el último año”, reconoce ella. El traje de Sagardoy parece haberle dado ganas de bailar, desde que lo lleva puesto no para. La energía va in crescendo y culmina el movimiento con un aplauso. “¿Eres tú el típico que está en la discoteca y da palmadas, no?”, le pregunta su amiga sin dar crédito. “Siempre hay uno de esos”, dice mientras lo imita. “Es verdad que yo aplaudo mucho bailando”, confiesa Sagardoy. Y, una vez más, estallan en una carcajada.

A la protagonista de Antidisturbios le asoman un par de moratones minúsculos detrás de las rodillas. Gajes del oficio. Son los dedos de Daniel Pérez, actor con el que ensaya Principiantes, una adaptación teatral de Andrés Lima que empezará la gira en febrero. Tiene otro par de marcas en la piel, pero grabadas con tinta. La del tobillo es indescifrable; un 21 en hindú: “Quería una numeración que no se entendiera. Tenía 17 años cuando me lo hice”, se justifica sonriente. “Es la fecha en que se murió mi yayo, era como mi padre”. El dibujo que se esconde bajo el brazo es más reciente. Dos pequeños peces separados por una esfera: “Me lo hice con otra de las actrices de La pecera de Eva, Susana Abaitua, que se convirtió en una gran amiga”, y que casualmente protagoniza Patria junto a Sagardoy.

Vicky, con vestido de Prada, zapatos de Salvatore Ferragamo y pulseras de Chaumet. La actriz ha usado la hidratante Blue Therapy Red Algae Uplift, de Biotherm, que da firmeza a la piel.
Vicky, con vestido de Prada, zapatos de Salvatore Ferragamo y pulseras de Chaumet. La actriz ha usado la hidratante Blue Therapy Red Algae Uplift, de Biotherm, que da firmeza a la piel.Fotografía: Adrià Cañameras | Estilismo: Berta Álvarez

Es el séptimo trabajo en el que se embarca el vasco donde ETA está presente. Y tiene claro que no va a ser el último. “Si hay contadores de historias que sienten la necesidad de hablar sobre algo es porque la sociedad necesita escucharlo. Todas las ficciones que impulsen un diálogo de la realidad van a ser sanadoras”, concluye. El actor entiende Patria como parte de un mosaico más amplio. “Ha puesto la cámara en un lugar muy necesario. La veremos formar parte de un mapa con distintos ángulos que será rico para todos”.

“Hacemos que todo esto sea más llevadero. La ficción siempre ayuda, y ahora más que nunca necesitamos desconectar”

El teatro también es la cuna artística de ambos. Un arranque temprano. Para Luengo, su vocación fue tan precoz que ni siquiera recuerda el momento en que lo decidió: “Mi madre cuenta que con 10 años le pedí que me apuntara en una escuela de teatro musical en Barcelona. Nunca he querido ser otra cosa”. Nacida en Palma, con cuatro años se fue a Cataluña, y con 18, a Madrid a rodar su primera película: El pacto. También empezó a estudiar publicidad, psicología y comunicación audiovisual. “Pero no por tener un plan b”, aclara. Justo después se pregunta: “¿Debería tenerlo?”.

Vicky, con chaqueta de Carolina Herrera New York y pendiente de Schiaparelli. Para suavizar las líneas de expresión, la actriz ha utilizado el contorno de ojos Life Plankton Eye, de Biotherm.
Vicky, con chaqueta de Carolina Herrera New York y pendiente de Schiaparelli. Para suavizar las líneas de expresión, la actriz ha utilizado el contorno de ojos Life Plankton Eye, de Biotherm.Fotografía: Adrià Cañameras | Estilismo: Berta Álvarez

No han trabajado en nada que no sea interpretar. En la ikastola en la que estudiaba Sagardoy, el teatro era obligatorio. “Afortunadamente”, apunta. Así que aprendió a recitar casi a la vez que a multiplicar. El actor, de 26 años y nacido en Durango, estableció un fuerte vínculo con el escenario y con su mentor, José Martín Urrutia. “Falleció la noche que gané el Goya. Fue muy simbólico”. Si viera lo que está haciendo su aprendiz ahora, no se lo creería. “Txotxe fue mi gran amigo. Obtuve la ilusión, el respeto y el amor con el que salen bien las cosas. Que es más importante un proceso sano que un resultado increíble”.

Hay algo que le atrae especialmente. “Estar en el otro lado de la cámara y construir equipos que puedan crear algo emocionante”. Todavía se considera primerizo en un mundo de dimensiones tan grandes como las del espectáculo. Sin embargo, se siente con la fuerza para llegar donde quiera: “En los últimos años [ese mundo] se me ha empequeñecido. Es mucho más desinflado de lo que nos venden”, confiesa. “Y eso, en vez de desilusionarme, me relaja y hace que me sienta más cerca de todo y todos, más cerca de que todo es posible”, cuenta el actor, que a partir de abril representará la versión en euskera de La clausura del amor.

Vicky, con vestido de Off-White, camisa de Saint Laurent by Anthony Vaccarello y anillo de Tiffany & Co. Eneko, con traje de Sandro, jersey de Loreak Mendian y el hidratante facial Aquapower para hombre, con efecto antibolsas, de Biotherm.
Vicky, con vestido de Off-White, camisa de Saint Laurent by Anthony Vaccarello y anillo de Tiffany & Co. Eneko, con traje de Sandro, jersey de Loreak Mendian y el hidratante facial Aquapower para hombre, con efecto antibolsas, de Biotherm.Fotografía: Adrià Cañameras | Estilismo: Berta Álvarez

Aunque quizá no sean propósitos para Año Nuevo, porque sería precipitado, los intérpretes esbozan algún que otro sueño a largo plazo. Para él, tener un Goya está lejos de ser su meta más alta: “Que la gente me recuerde por un buen trabajo, eso es más difícil que conseguir un premio”. Luengo fantasea con tener un proyecto propio en el futuro: “Contar con mi voz algo que yo quiera expresar. Sería una de las cosas que más feliz me haría”, aunque le da vértigo pensar en el colofón de su carrera.

Ya es de noche cuando termina la sesión de fotos. En unos minutos apagarán las luces de la 216. La única habitación iluminada de este edificio cerrado que esa tarde parece el escenario del filme de Kubrick. Embriagados por la música, el baile y las risas, Sagardoy y Luengo quieren alargar el encuentro. Piden un solo taxi para irse juntos. Han quedado a cenar con unos amigos comunes. Y para el día siguiente ya han reservado entradas para ir al teatro, la pasión que les presentó aquella tarde en Bilbao.

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