La mujer que se atrevió a ser salvaje como un hombre: ocho rockeros españoles ilustres recuerdan a Janis Joplin
Murió hace 50 años, dejando una huella imborrable. Pedimos a varios vocalistas de nuestro país que nos expliquen qué tenía aquella voz que sigue tocando el alma
Es la chica de las gafas redondas, imagen recurrente en innumerables pósters; un indiscutible icono del movimiento hippy de los sesenta, del Verano del Amor; un ejemplo para muchas mujeres, pues se abrió paso a codazos, botella de Southern Comfort en mano, entre los Jagger, Morrison y Hendrix que disparaban su rock cargado de testosterona. Todo eso por lo que se la recuerda fue posible gracias a que Janis Joplin (1953-1970) maravilló con su portentosa voz. Rota, aguardentosa, descarnada y dotada a un tiempo de pasmosa sensibilidad. Con motivo del 50 aniversario de su muerte, hemos pedido a grandes vocalistas de rock de este país que nos expliquen en qué consistía aquel exacerbado talento.
Luz Casal: “Un espíritu libre”
La prima donna del rock español (Boimorto, La Coruña, 1958) creció escuchando a Janis y ensalza su autenticidad y su capacidad para emocionar con lo que salía de su garganta: “Para mí fue la primera mujer del rock. Para que te hagas una idea de la importancia que tiene en mi vida, el primer disco que me compré era el single de Mercedes Benz. Tenía una voz con un registro alto, muy excesivo: era la blanca que cantaba rock pero también blues, con una honestidad que se transmitía. No había impostura ni lección aprendida, porque no tuvo muchos referentes. Era un espíritu libre. Lo importante en la música popular no es la afinación, sino cómo te hace vibrar, y ella lo conseguía. Esa voz rota formaba parte de su naturaleza; no creo que la forzara, porque habría tenido problemas. Su voz era natural, lo mismo que su manera de expresarse”.
Miguel Ríos: “Absolutamente extraterrenal”
Miguel (Granada, 1944) no solo fue coetáneo de Joplin, sino que, de hecho, empezó a grabar antes que ella (debutó en 1962 con El twist). “Siempre me ha impresionado. La primera canción que me dejó tocado fue Mercedes Benz. Me pareció una cantante absolutamente extraterrenal. Cantaba mucho más como un tío que como una tía. Hacía el belting [cantar notas sacando la voz del pecho] forzando la voz, cantando en una tesitura que posiblemente no era la suya. Conseguía un desgarro acojonante. Me dejó alucinado porque yo oía dos voces: al emitir la nota hacía que saliera una subnota, logrando de esa especie de ronquido crear casi una armonía con su propia voz. Es como si tuviera un armonio en la garganta. La afinación a lo mejor no era su mejor virtud, pero viniendo del blues lo que valía era el alma. Era arrolladora, y se nota en su interpretación la angustia del propio tiempo que vivió”.
Carlos Tarque (M-Clan): “Un desgarro brutal”
En su disco en solitario de 2018, Tarque (Santiago de Chile, 1969) incluyó una canción compuesta para su hija titulada Janis, Amy, Billie, hablando de Jopin, Winehouse y Holiday. “No quiero que te sientas sola como Janis”, canta. “Más allá de su imagen llamativa y su rol de símbolo de la contracultura y la liberación de la mujer, tenía un chorro de voz bestial. Una especie de desgarro brutal, a veces incluso excesivo; una histeria llevada al límite. Fue de las primeras blancas, o la primera, que cantaba blues, hablaba del blues en sus canciones… Aparte de su voz, me gusta mucho su banda, con un sonido medio deslavazado pero genial. Caló tanto en las mujeres que todos hemos tenido una amiga que quería ser como Janis Joplin y vestía como ella, con sus gafitas y el pañuelo”.
Mercedes Ferrer: “Varias voces dentro de una”
Tiene un apego incluso astral a Janis: la madre de Mercedes (Madrid, 1963) nació el mismo día que el icono hippy (el 19 de enero de 1943). “Considero que Janis Jopin es mi madre”, bromea. Luego, ya en serio, añade: “Y pienso que es la madre de toda cantante que lleve en sí misma la bandera del rock, en el mundo entero. Fue pionera: una cantante blanca y, junto con Grace Slick, de Jefferson Airplane, de las primeras en cantar de una manera que hasta ese momento no se había escuchado. Antes solo las cantantes negras cantaban de ese modo. Ella, por otro lado, tenía una técnica, la diplofonía, que consiste en que su voz ronca se divide en varias voces diferentes. Es una especie de lloro, a través del cual se produce un choque que hace vibrar las cuerdas vocales de modo que parece que hay varias voces dentro de una. Es lo que propicia que sea tan difícil e inimitable. Su aportación va más allá de la música, es sociocultural: rompió moldes en lo referente a la libertad sexual”.
Nina (Morgan): “Tenía algo muy salvaje”
Comparte con Janis la voz rota. Carolina de Juan (Madrid, 1990) recuerda que la escuchó por primera vez en el coche de su hermana, en una cinta en directo. “Cuando empezó la canción, pensé: ‘Espera, ¿qué es esto?’. Me hice muy fan. A los 14 o 15 se convirtió casi en una enfermedad. Estaba enamorada de ella, me hice con todos sus discos, tenía pósters, camisetas… Para mí fue una influencia muy gorda. Era El Sentimiento. Imponía en conjunto: su presencia, tenía algo como muy salvaje, trasmite que el cantar es un momento de sentir libertad… Si ves conciertos como el del festival de Monterey acabas agarrándote al sofá con fuerza. Aparte, era rápida, graciosa, y a la vez triste, por cómo responde en algunas entrevistas. Era tan fácil conocer sus emociones según la ves y la escuchas que es lo que más destaca para mí. Era como transparente y te despierta esas ganas de libertad”.
Aurora Beltrán: “Masticaba lo que cantaba”
Con su banda, Tahúres Zurdos, Aurora (Pamplona, 1964) grabó una versión de Piece of my heart. “Cuando la escuché por primera vez, me quedé flipada. Parecía una mujer negra cantando. Indagué en su personalidad y parece que tenía bastantes problemas de autoestima, en el colegio la veían rara y la época que le tocó vivir era jodida… Era un personaje muy complejo. Creo que eso se reflejaba en su forma de cantar. Masticaba lo que cantaba. Es desgarrador escuchar a esta mujer. Tenía una tesitura impresionante, llegaba a unas notas altísimas y rompía la voz de una forma única. A mí se me sigue poniendo la carne de gallina cuando la escucho. Como cantante no ha habido otra”.
Rebeca Jiménez: “Arrolladora y única”
Asegura que fue uno de sus referentes. “Cuando empecé, pedí al universo tener la voz rota como Janis. Y es curioso, porque no la tenía así al principio”, dice Rebeca (Segovia, 1975). “Es una voz única: no la he vuelto a escuchar en toda la historia de la música. Hasta que apareció Amy Winehouse, la voz más personal, arrolladora y única ha sido la de Janis. Su manera de cantar, su timbre, su registro, esos agudos… Tiene su propio fraseo. Para mí, es como que llora por toda esa rabia que puede tener dentro por motivos personales. Cuando canta Cry baby, su voz por momentos llora y expresa esa rabia. Tenía una personalidad abrumadora, pero a la vez esa fragilidad por los momentos en los que se sentía sola o infeliz. Pearl es uno de los mejores discos de la historia”.
Rulo (Rulo y La Contrabanda): “Cantaba con la entrepierna y con el corazón”
A Raúl Gutiérrez (Reinosa, Cantabria, 1979), que empezó en La Fuga y creó en 2011 su propia banda, le fascinan los contrastes de la tejana. “Es capaz de arañar y de acariciar. Es lija y seda. No solo cantaba con ese grito desgarrador tan característico sino que era capaz de acariciar, y de hecho lo hacía en la misma canción de manera muy extrema. Más allá de ser la primera mujer rock star, es lo que más me llama la atención de ella: no es fácil de conseguir ese contraste; la gente tiende a una cosa u otra, y en ella era marca de la casa. Lo hace permanentemente. Tiene casi cuatro millones de oyentes mensuales en Spotify: hay muchos iconos en la música, pero ese dato se traduce en que eres una lumbreras y que hay canciones, hay obra con mayúsculas. Lo suyo es natural: a base de practicar puedes mejorar, pero lo tienes que tener; y ella lo tenía. Su imperfección es perfecta. Es una voz con mucha personalidad: hay quienes cantan increíble, pero el timbre de Janis es único. Empieza la canción y sabes que es Janis. Es lo más bonito que puede tener, para mí, una voz. Cantaba con la entrepierna y el corazón”.
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