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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

¿Quiénes son los mejores vecinos de España?

El Pilar en Madrid y Creu Coberta en Barcelona, los barrios más solidarios, sociales y sostenibles según un concurso que homenajea a personas que ayudan a crear comunidades más fuertes

Esta semana se han entregado los premios, una placa de calle con su nombre, a los mejores vecinos de Barcelona y Madrid
Esta semana se han entregado los premios, una placa de calle con su nombre, a los mejores vecinos de Barcelona y Madrid(c) Aleksandra Dynas / Nextdoor

No todo es terrible cuando uno analiza la pandemia. Sabemos ya que el confinamiento ha traído también novedades muy positivas. La App y plataforma de barrio Nextdoor nos ayuda a poner caras concretas a ese lado positivo del drama. Esta misma semana, Nextdoor, que lleva ya dos años en España y que se presenta como la app de barrio más grande del mundo, ha entregado los premios Super Vecino/a 2020 en Madrid y Barcelona. Los galardones homenajean a esas personas que, “gracias a su solidaridad y su tiempo invertido en los demás, ayudan a crear barrios más fuertes y unidos”, según se lee en su nota de prensa.

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A finales de septiembre se entregarán los galardones a los mejores vecinos y a los mejores barrios de Sevilla, Valencia y Zaragoza en cada una de las tres categorías: social, solidaridad y sostenibilidad. Cada persona galardonada tiene una historia diferente que contar, y cada uno recibirá como premio, de manera simbólica, una placa de calle con su nombre.

Juan Antonio Collantes, vecino del barrio de Simancas (Madrid) ha sido premiado en la categoría social. Se trata de un informático actualmente en paro que, cuando se decretó el confinamiento, creó un grupo para que los vecinos pudieran desahogarse a través del ordenador. En su grupo “Covid-19, no estás solo, habla” publicó poemas y palabras de ánimo para todos. La pequeña comunidad cuenta ya con 170 personas y no todas residentes en Madrid.

Daniel Ribao, por su parte, es un vecino de Aravaca (Madrid) que ha ganado en la categoría sostenibilidad por su iniciativa de crear una “casita de madera” que instaló en el parque para que los vecinos pudieran intercambiarse libros. Esta iniciativa tiene mucho recorrido en Francia, donde yo vivo, y hemos hablado ya de ella en el artículo Los clásicos cambian de manos en el parque. Ribao aprovecha la jubilación para dar rienda suelta a una de sus aficiones: la carpintería, pasión heredada de su padre, que era ebanista. Ya ha instalado varias “casas de libros” en el parque y tiene un pedido incluso de Valladolid.

Juan Antonio Collantes, en la mercería de su barrio, con una de las vecinas fan de los textos de ánimo que publica
Juan Antonio Collantes, en la mercería de su barrio, con una de las vecinas fan de los textos de ánimo que publica(c) Aleksandra Dynas / Nextdoor

Otra persona galardonada es Consol García, una jubilada de 66 años del barrio de la Sagrada Familia (Barcelona). García tiene dos hijos que viven en el extranjero, en Londres y en Singapur respectivamente. Durante el confinamiento sintió que la soledad le pesaba demasiado y, aunque tenía amigos de toda la vida, pocos con su mismo perfil. Eso le llevó a buscar conocer personas en su entorno cercano, gente de su edad y en su misma situación personal. Por todo ello se decidió a publicar un anuncio en Nextdoor. Consiguió en poco tiempo que unas 60 personas en sus mismas circunstancias la contactaran, y así pudieron empezar todos juntos a combatir la soledad.

En la categoría de barrios, El Pilar de Madrid ha sido premiado por su labor asociativa, comunitaria y humanitaria. Crearon la iniciativa Operación Kilo para recoger alimentos no perecederos para los más necesitados del barrio. También, como ejemplo, crearon una red de ayuda para llevar las compras a casa de las personas mayores. El barrio de Creu Coberta, en Barcelona, se ha alzado con el galardón por su sensibilidad especial para incentivar el consumo de proximidad. Colaboran además estrechamente con el Ayuntamiento de la ciudad para promover la diversidad y la igualdad de oportunidades sin importar el origen, la edad, el sexo o el nivel socioeconómico.

Daniel Ribao, hoy jubilado, trabajó de maestro y aprendió de su padre el oficio de ebanistería, que le apasiona
Daniel Ribao, hoy jubilado, trabajó de maestro y aprendió de su padre el oficio de ebanistería, que le apasiona(c) Aleksandra Dynas / Nextdoor

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