Política cultural de México: legado y futuro
La extinción de un mecanismo administrativo no equivale a la desaparición de los apoyos
Los artistas y creadores mexicanos son el corazón de nuestra cultura, en el ámbito de la creación es donde la libertad adquiere el mayor de los sentidos. En los últimos días la comunidad cultural de México ha debatido intensamente sobre su presente y su futuro. Sobre el rol que debe jugar el Estado como parte del ecosistema cultural, las estrategias para garantizar más recursos y la búsqueda de modelos sostenibles. Esta deliberación pública se da en el contexto de una emergencia sanitaria mundial que ha obligado a todo el mundo a replantearse aquello que llamamos “normalidad”, y cómo será la vida social una vez que superemos la pandemia.
La ley de austeridad republicana exige al poder ejecutivo extinguir aquellos fideicomisos que no tengan estructura o que no estén previstos en la legislación. El pasado 2 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador expidió un decreto para hacer cumplir esta ley. Como el propio instrumento faculta, presentamos la defensa de aquellos que consideremos que deberían quedar exentos del decreto.
El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) es un sistema en el que sociedad y gobierno trabajan desde hace 31 años. Se trata de un fondo que permite dar estímulos y promover un sistema de excelencia artística. Con los años se consolidó como una pieza clave para entender el panorama cultural de México en las últimas décadas. Gracias a este fondo fueron beneficiadas exposiciones, puestas en escena, bienales, libros, proyectos de investigación. El legado del FONCA ha enriquecido nuestra ya de por sí potente vida cultural.
La decisión acordada entre las Secretarías de Cultura, Hacienda y Función Pública fue la de mantener un programa de estímulos a la creación dentro de la estructura orgánica de la Secretaría de Cultura en donde permanezca la idea de sistema de evaluación entre pares, las becas y convocatorias, así como la posibilidad de coinversión en proyectos. Esto último ha sido un reclamo de la comunidad y este nuevo panorama representa una oportunidad para brindarle certeza jurídica y presupuestal a un proyecto exitoso que refleje mejor la diversidad de nuestras culturas. Este programa será más incluyente, democrático, solidario y continuará por la senda de la excelencia artística.
Una de las virtudes del FONCA es el Sistema Nacional de Creadores, que ha generado una red importante de artistas de excelencia que colaboran y dialogan a través de los mecanismos que el fondo ha dispuesto para ello. A partir de ahora se convertirá en un instrumento orgánico de formación, acompañamiento y promoción de los creadores y agrupaciones en ciernes y de los artistas consolidados. Poniendo énfasis en los jóvenes y en la articulación con los estados de la República.
Desde el inicio de la Administración renunciamos a la posibilidad de que fueran funcionarios públicos quienes decidieran la conformación de los consejos consultivos y los jurados del FONCA. Por primera vez todo se hace por insaculación desde la base de datos general del fondo, de una base de datos de cientos a una de miles. Además, reforzamos nuestro compromiso con la diversidad al incluir más convocatorias para comunidades y lenguas indígenas y revisamos las reglas desde la perspectiva de género.
La formación de un sistema artístico robusto beneficia de forma directa a los públicos y las audiencias, son ellos el centro de nuestra política. Durante este proceso de transición ningún compromiso del FONCA se verá afectado.
En el caso del cine, las noticias también son buenas. Se fusionan los dos fideicomisos existentes: el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), de tal manera que contaremos con un fideicomiso robusto para apoyar el cine de calidad. El cine mexicano está en uno de sus mejores momentos y los apoyos públicos han sido fundamentales para la consolidación de una industria fuerte y exitosa. A través del Instituto Mexicano de Cinematografía se han ampliado las miradas y alcances de los programas, incluyendo a las comunidades indígenas; hace un par de meses, en Chiapas, inauguramos el primer centro de postproducción para cine hecho por indígenas y afrodescendientes.
En el caso del Antiguo Colegio de San Ildefonso, su administración queda sin cambios. Este mecanismo único permite el concurso de la Secretaría de Cultura, el Gobierno de la Ciudad de México y la Universidad Nacional Autónoma de México. Este lugar ha sido testigo y centro de los cambios sociales y políticos más importantes del México contemporáneo. El 30 de julio de 1968 el ejército derribó la puerta de lo que entonces era la Preparatoria 1, esa escalada en la represión gubernamental contra los jóvenes marcó una época que dio comienzo al largo proceso de democratización de México.
La crisis de la covid-19 definirá a una generación. Hoy las casas son el epicentro cultural del mundo a través de las pantallas y los dispositivos. El museo, el rol social de los artistas, la importancia de “lo público” en el campo cultural se ponen sobre la mesa para imaginar otro mundo cuando retomemos la vida fuera de casa. El gremio cultural mexicano ha sido solidario, los artistas han llamado a la población a seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y han puesto su talento al servicio de la sociedad. Desde la Secretaría de Cultura lanzamos el programa Contigo en la Distancia que ofrece contenido de calidad de instituciones públicas y privadas, al tiempo que es un espacio de generación de comunidad y nuevas producciones.
Como decía George Steiner, una de las tristezas que agobia al ser humano es la brevedad de su existencia, por eso inventó la escritura y desarrolló la memoria, para que, a través de la palabra, los libros y el arte sea eterno y no perezca de melancolía. La cultura nos da sentido en la pandemia.
Para un gobierno emanado de un movimiento social no es opción darle la espalda a la cultura, en eso el presidente ha sido claro. La extinción de un mecanismo administrativo no equivale a la desaparición de los apoyos construidos entre el gobierno y la sociedad. Tenemos claro que solo con ella podremos transformar al país. De la mano de la comunidad artística todo; sin ellos, nada.
Alejandra Frausto Guerrero es secretaria de Cultura de México.
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