Lo que no pueda hacer una familia
La isla griega de Lesbos se convirtió a principios de marzo en un enclave de tensión, caos y cargas policiales ante la llegada de multitud de migrantes que buscan solicitar asilo en territorio europeo. En la fotografía vemos a una de las familias que desembarcaron en Lesbos. Los niños todavía visten los chalecos salvavidas que les pusieron para realizar la travesía marítima desde la costa de Turquía. Los dos críos mayores están tristes y agotados; uno de ellos, medio derrumbado y asiéndose de la pierna de su padre. El hombre también está exhausto, pero podría sacar fuerzas de flaqueza para permanecer las horas que hiciera falta amparando de pie a los dos y con el renacuajo montado a sus hombros, engullido por el salvavidas y tocándole su barba rasposa de varios días. La mujer, igual. Sosteniendo al bebé, aguantando, envolviéndola en una manta con un osito feliz. La familia. Puede ser un espacio problemático, sí, pero también un bastión de cuidados y amor hasta en situaciones extremas.
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