_
_
_
_

El parto que llegó a ser película

En 2015, publicamos un artículo sobre los alumbramientos verticales que reducían la mortalidad materna e infantil en Churcampa, región andina de Perú. Marga Gutiérrez lo leyó y allá que se fue a comprobarlo. De su viaje surgió el documental, 'Cuerdas', donde vemos nacer a Jon Eymard a más de 3.000 metros de altura. Y este modo de parir se ha extendido

Alejandra Agudo
Más información
La mujer que trae niños al mundo entre montañas de basura
¿Quién cuida a las madres que más ven morir a sus hijos?
El pueblo que por fin entiende sus documentos
Aprender resiliencia en la sierra peruana

El 24 de abril de 2017, Victoria dio a luz a un bebé varón. Lo hizo de pie, agarrada a una cuerda colgada del techo. Su marido, detrás, la sujetaba mientras ella se balanceaba en cada empuje. En la sala, el personal médico los acompañaba para intervenir en caso de complicaciones. No hizo falta. Jon Eymard nació sano. Es el tercer hijo de este matrimonio de Churcampa, en la región andina de Perú, a más de 3.000 metros de altura. El íntimo instante de su nacimiento quedó grabado para siempre por el equipo de Marga Gutiérrez (Pamplona, 1977), directora del documental Cuerdas.

Casi un año y medio antes, un domingo de asueto por la mañana, Gutiérrez leyó un reportaje que llamó poderosamente su atención. El texto, publicado el 26 de noviembre de 2015 en Planeta Futuro, explicaba que en la provincia de Churcampa ya no morían mujeres durante el alumbramiento de sus hijos gracias a un proyecto de organizaciones locales y españolas como la Fundación Iberoamericana para el Desarrollo, la Agencia Española de Cooperación Internacional y Medicus Mundi. "Vi que había una historia", relata la directora. De aquella información, aquel día, nació su ópera prima. "Me puse en contacto con Medicus Mundi y una productora, Tripulante Produce. Estuve buscando a un director o directora, pero al final decidimos que lo haría yo", recuerda.

Con el apoyo de la ONG, Gutiérrez y su equipo buscaron la localización ideal en 600 kilómetros cuadrados de la provincia, así como a las familias que protagonizarían el documental. Entre el medio centenar que esperaban un bebé en esa zona, tenían que encontrar a aquellas que aceptasen ser grabadas en un momento tan íntimo como el parto. Para conseguirlo, se trasladaron a Perú y pasaron mucho tiempo con ellas. "Sin cámaras, solo charlando", explica Gutiérrez. "Victoria mostró interés. Y no daba crédito a que unos blanquitos quisieran vivir allí con ellos y contar su historia. Una existencia dura, a tantos miles de metros de altura, indígenas, quechuas...", relata.

Victoria, protagonista del documental 'Cuerdas'. Imagen cedida por Tripulante Produce.
Victoria, protagonista del documental 'Cuerdas'. Imagen cedida por Tripulante Produce.

Durante un mes y medio, Gutiérrez iba a desayunar con el matrimonio, preparaban mate, conversaban, pasaban el día. "Les enseñaba fotos de mis hijos", revela. Victoria le preguntaba cómo eran los hospitales en España, cómo dan a luz las mujeres. "Intentaba entender qué hacíamos allí", apunta la cineasta. La explicación es que su historia, inmortalizada en el documental Cuerdas, es una de éxito. No solo porque tuvo un buen parto, sin complicaciones, y tal como ella escogió que fuera, al modo tradicional; sino también porque comparte desenlace con el resto de madres del lugar: siguen vivas.

"El trabajo de Churcampa se extrapoló al resto de la región de Huancavelica y el decrecimiento de la mortalidad materna desde 2010 fue automático", explica Ignacio Sánchez, responsable de aquel proyecto de Medicus Mundi en Perú. Pese a que ya hace cinco años que acabó esta intervención de la ONG en la zona, su legado perdura. "En 2019, Churcampa siguió con cero muertes maternas y en Huancavelica siguió disminuyendo. El año pasado, hubo solo una en toda la región, lo cual está muy por debajo del promedio nacional", detalla.

Este logro ha sido posible gracias a lo que se llama "atención del parto con pertinencia cultural". En la práctica significa que la medicina moderna y las tradiciones se unen. Las mujeres pueden elegir cómo dar a luz: en la camilla obstétrica o de pie agarradas a una soga de pelo de llama, rugosa y con nudos para no resbalar. En ambos casos, asistidas por profesionales de la salud. Además de este singular paritorio a imagen y semejanza de una vivienda preparada para un alumbramiento, donde se colocaba una manta de cuero en el suelo y se amarraba la cuerda a la viga principal de la casa, las familias disponen de un hospedaje con cocina, amueblado y decorado al gusto local junto a la clínica. Allí pueden instalarse cuando el nacimiento es inminente para evitar largos y muchas veces imposibles traslados llegado el momento.  

Sala de parto con adecuación intercultural. Imagen cedida por Tripulante Produce.
Sala de parto con adecuación intercultural. Imagen cedida por Tripulante Produce.

Gracias a este tipo de medidas, las mujeres indígenas de los Andes peruanos volvieron a acercarse a las clínicas y a confiar en sus profesionales. Habían dejado de hacerlo porque sus madres, hermanas o amigas fueron, hace no tanto tiempo o no el suficiente como para olvidar, víctimas de esterilizaciones forzadas durante el Gobierno de Alberto Fujimori. Entre 1996 y 2000 se operó a 272.000 mujeres y 21.000 hombres en lo que se presentó como un programa para acceder a una ligadura de trompas o la vasectomía a aquellas mujeres y hombres que tuvieran tres hijos o más en las zonas más desfavorecidas de Perú. Son muchas las que afirman que se hizo contra su voluntad, mediante engaños o presiones, o poniendo la intervención como condición previa para acceder a programas de ayudas y alimentos.

Esta "violencia institucional", en palabras de Gutiérrez, alejó a las mujeres de los hospitales y los centros de salud. Por eso, una parte fundamental del proyecto de Medicus Mundi fue la labor de sensibilización entre las familias y la formación de las respetadas matronas tradicionales para que trabajasen conjuntamente con los profesionales del sistema sanitario. "Para que si identifican problemas de salud, deriven a las mujeres a los centros de salud", expone Sánchez. "Esto hace que la comunidad confíe más en los médicos si ellas les apoyan", agrega Gutiérrez.

Todos estos son temas que también recoge Cuerdas. "Es un documental arqueológico. Si empiezas a escarbar, salen muchas cosas", afirma la autora. Así, en sus 30 minutos, también trata cuestiones como la desigualdad de género, los derechos humanos, la vida indígena, los deseos básicos de los padres... "Al final, ellos desean que sus hijos tengan un buen futuro, como cualquiera de nosotros", dice. Victoria quiere que sus chicos estudien para ingenieros y le hubiera gustado que el tercero, Jon Eymard, hubiera sido una niña. "Para que me ayudase con las tareas de la casa", confiesa ante la cámara.

Antonio, matrona tradicional en Churcampa. Imagen cedida por Tripulante Produce.
Antonio, matrona tradicional en Churcampa. Imagen cedida por Tripulante Produce.

El efecto Churcampa

Proyectos como el de Medicos Mundi, su posterior apropiación nacional e implementación en territorios de características similares explican el progreso de Perú en la reducción de la mortalidad materna. Desde 2010, el número de fallecidas por complicaciones durante el parto ha descendido cada año respecto del anterior, pasando de 457 hace una década a 302 en 2019. La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2018 refleja que "el 93,7% de partos fueron asistidos por personal de salud calificado, es decir, por un médico, obstetra o enfermera; cobertura que incrementó sobre el 52,5% desde el periodo 1991-1992".

La experiencia de Churcampa se ha extendido a otras zonas del país. "Lamentablemente no existe una estadística de cuántas salas de parto vertical hay en Perú, pero sabemos que existen en todo el territorio, en costa, sierra y selva, tanto en los ámbitos públicos y privados", asegura Sánchez. El éxito del proyecto ha influido también en determinadas disposiciones nacionales. Es el caso de la Norma Técnica Nacional del Ministerio de Salud sobre la atención vertical del parto, en el marco de los derechos humanos con pertinencia cultural que menciona la experiencia de Medicus Mundi.

El efecto de lo conseguido en Churcampa ha llegado más allá. Si este modelo sirvió para reducir la mortalidad materna, ¿por qué no aplicarlo a todos los demás aspectos de la salud? Entre 2015 y 2020, la ONG ha desarrollado una nueva etapa para extender la experiencia a la atención primaria. "Para que ahora, además de las embarazadas, también los papás, los niños y el resto de la familia, se acerquen a los centros sanitarios", especifica Sánchez. Esto facilitará que los profesionales lleven a cabo labores de prevención a través de la promoción de la higiene y enseñanza sobre una adecuada alimentación.

Aunque la ONG todavía está en fase de evaluación de lo conseguido con esta intervención, Sánchez no duda en afirmar: "Este trabajo ha permitido, junto a una dura labor de incidencia política que llevó a parte de nuestro equipo a trabajar como asesores del ministerio, que el Gobierno peruano promulgase en enero de 2020 el Modelo de Cuidado Integral de Salud por Curso de Vida, para la Persona, Familia y Comunidad (MCI)". Otro logro político de esta etapa fue la aprobación de la Cobertura Universal en Salud (CUS) en noviembre de 2019. "Garantiza a todas las personas el derecho a la salud; algo que en España damos por hecho, pero que en otros países como Perú solo tenían quienes cotizaban o se consideraban población de riesgo (niños, embarazadas y ancianos)", especifica. Esta es la herencia de Churcampa.

El documental Cuerdas se puede ver este jueves 13 de enero en La Casa Encendida (19.00), en Madrid. La entrada es gratuita hasta completar aforo y habrá un debate después.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra newsletter.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_