El satélite que bucea con su láser para entender las migraciones en el mar
El 'Calipso' penetra hasta 20 metros de profundidad y permite comprender los movimentos esenciales para el ecosistema de los océanos
Al caer la noche, millones de especies marinas, como los calamares y los kriles, suben desde las profundidades del océano hasta la superficie para alimentarse del fitoplancton. El satélite Calipso, de la NASA y del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés, está dotado con un láser que consigue, desde el espacio, penetrar hasta 20 metros de profundidad en el mar y ofrece, por primera vez, unos datos globales de la mayor migración animal que son esenciales para el ecosistema y el ciclo del carbono. Mike Behrenfeld, unos de los investigadores a la cabeza del proyecto y profesor en la Universidad Estatal de Oregón (EE UU), resalta que este láser, que se ha puesto en marcha hace 10 años, tiene la sensibilidad necesaria para proporcionar mediciones oceánicas científicamente útiles desde el espacio. El dispositivo permite entender el impacto del cambio climático sobre el sistema marino a lo largo del tiempo y sobre todo, resolver misterios del océano.
Calipso ha dado información cada 16 días durante 10 años y es tan solo un primer modelo para hacer un mejor análisis en el futuro y entender la importancia de esta migración vertical diaria (DVM) para el medioambiente, según explica Behrenfeld. Gracias a este láser, los investigadores han probado un aspecto curioso del mundo marino: las migraciones no solo están vinculadas con la cantidad de alimento (fitoplancton) a la superficie. Los animales diminutos huyen de los depredadores que salen a atacar por la noche. En las aguas claras, en las cuales las especies se convierten en presas más vulnerables, hay menos fitoplancton pero mucho más viajes a la superficie. Y del mismo modo, en las aguas más turbias hay más comida pero menos migración nocturna. Las especies se mueven tanto de día como de noche porque, en ese entorno más borroso, el depredador pierde poder. “Este cálculo fue una de las cosas más sorprendentes que constatamos a lo largo de nuestro estudio. Nos abre un mundo totalmente nuevo sobre la fuerza de la migración y la influencia del área analizada”, desarrolla el científico.
Por otra parte, los investigadores observan que la variación del clima conlleva a cambios en la población de los animales migratorios. A lo largo del estudio (de 2008 a 2017), las mediciones de Calipso revelan un incremento de migraciones en las aguas subtropicales del norte y el sur del océano Pacífico, el norte del Atlántico y el sur del Índico, mientras que en las aguas tropicales la biomasa disminuye. Estos cambios se podrían deber al clima que afecta la producción de fitoplancton. Esta especie a la superficie marina es un importante agente en el ciclo de carbono de la Tierra y por lo tanto una base de referencia para entender cómo el cambio climático afecta el planeta.
Esta migración clave para el ecosistema se descubrió hace unos 200 años, pero la carencia de material y técnicas impedían obtener datos contundentes, según asegura el experto. Hace dos décadas, la cosa fue mejorando gracias a la tecnología acústica pero seguía sin ser suficiente. “Este sistema no nos ofrecía una imagen global del proceso y hoy, por fin, la hemos conseguido”, añade.
El dispositivo está diseñado para analizar las nubes y las partículas de gas de la atmósfera, pero no consigue ir más allá que los 20 metros de profundidad. El siguiente paso que Behrenfeld promete dar es mejorar esta tecnología. “Nos ha dado un resultado curioso y la esperanza más grande que tengo es poder ir más allá y así entender como nuestras fuentes naturales y el clima van cambiando y cambiarán en el futuro”, concluye.
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