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Del plátano a las estrellas

El astrofísico Francisco Sánchez sale en defensa del telescopio gigante en Canarias: "No estropea el cielo, qué barbaridad"

Juan Cruz
Brian May, miembro de 'Queen' y astrofísico, cuando hacía su tesis en el Teide en 1971.
Brian May, miembro de 'Queen' y astrofísico, cuando hacía su tesis en el Teide en 1971.

Los canarios sienten que el plátano es natural de las islas. Fue plantado aquí en el siglo XIX, venía de Vietnam y pasó por Escocia. Fue traído por británicos que vivían en el Sitio Litre, un paraíso inglés radicado desde 1730 en el Puerto de la Cruz. Sobre la posible instalación del telescopio de treinta metros que podría venir a La Palma, y la oposición de ecologistas, el actual director del Instituto Astrofísico de Canarias, Rafael Rebolo, ha dicho: "Ojalá que los canarios se sientan tan orgullosos de su cielo como del plátano".

Pues el cielo es ahora, como el plátano, uno de los orgullos de Canarias..., y, como el plátano, nacido en otro país, exactamente en el país de las estrellas. El predecesor de Rebolo al frente del Astrofísico, Francisco Sánchez, que en 1961 puso la primera piedra de esta utopía, se halló aquí con la indiferencia y la lejanía que ahora le dan más valor a su experiencia.

Fue más fácil plantar los plátanos. Sánchez vivió en precario, y ahora ha contado en un libro ( Soñando estrellas. Así nació y se consolidó la Astrofísica en España ) aquella experiencia que unió ciencia y penuria. Toledano de 1936, nació a la Astrofísica por azar, se vino a la isla con su mujer, María Anselma Almeida, también científica, para poner rudimentos que parecían más útiles de choza que materiales para llegar a lo que ahora es la otra esencia de las islas, el cielo estrellado.

"Era un sitio como el mejor". Y se puso a competir con los cielos de Chile o de Hawai, abrió sede más cerca aun del cielo, en el Roque de los Muchachos de La Palma, y atrajo a científicos y a países y ahora lo que empezó siendo una choza de origen militar es, como quiere él y quiere Rebolo, algo de lo que los canarios (y los españoles) "se deben sentir orgullosos". "Canarias y España tenían que aprovechar este cielo, no sólo para hacer ciencia de primera, sino tecnología", dice Sánchez, sin nostalgia, con convencimiento. Fue una utopía, "y ahora es un milagro... Fui el primer catedrático autodidacta de Astrofísica, y ahora nuestra gente está distribuida por todo el mundo, y gente de todo el mundo viene aquí, desde chinos, japoneses, peruanos, alemanes..., jovenzuelos que se matan por hacer la tesis con nosotros".

Ahora, ante la posibilidad de tener otro telescopio en La Palma, se revuelve la oposición ecologista... "No saben, y es algo de lo que hay que saber: no se puede imaginar. El telescopio no estropea el cielo, qué barbaridad. Son instrumentos pasivos: nos ponemos a mirar, recogemos los fotones, los analizamos y sacamos conclusiones. No es un instrumento del que salen cosas al exterior. Qué ignorancia... Pero así ha pasado: para saber qué había en el Teide, la riqueza inmensa que había allá arriba, tuvo que venir Humboldt de Alemania. El cielo se ha ido descubriendo a empujones. A empujones hasta el final".

El universo no se apaga nunca. "Ni un segundo, siempre está la luz de las estrellas". Bajo esa luz halló inspiración para sus canciones el astrofísico inglés Brian May, guitarrista del grupo Queen. En el prólogo al libro de Sánchez, May dice que aquí se despertaba cada día "veía cielos ultramarinos y respiraba un aire vigorizante, y con el silencio de la naturaleza, tales vistas me penetraban el alma, y jamás me han dejado". Eso respiraban Francisco Sánchez y su mujer cuando, en 1961, sintieron cerca del Teide que estaban más cerca del cielo.

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