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Columna
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Indo-Pacífico: apuesta y respuesta

Un nuevo espacio se está abriendo camino en la imaginación de la geopolítica mundial. Gradualmente está desplazando al eje Asia-Pacífico en los foros diplomáticos y 'think tanks'

Eva Borreguero
Puerto en Tokio, Japón. Toru Hanai
Puerto en Tokio, Japón. Toru HanaiToru Hanai (REUTERS)

Un nuevo espacio se está abriendo camino en la imaginación de la geopolítica mundial. Gradualmente está desplazando al eje Asia-Pacífico en los foros diplomáticos y think tanks. Se trata del Indo-Pacífico, un constructo que refleja el modo actual de comprender las relaciones internacionales. Configura una mega-región compuesta por los dos océanos de referencia, que confluyen en los estrechos de Malaca y Sunda, los grandes corredores del comercio marítimo. Según algunas fuentes, por estas aguas discurre el 70% de los productos petrolíferos. Su límite costero forma un arco que se despliega por África oriental, el golfo Pérsico, el subcontinente indio, las cadenas de islas del Pacífico para cerrarse en Australia. El término, de significado variable según la óptica desde que se mire, es susceptible de abarcar la costa oeste americana, legitimando así mismo la presencia estadounidense en el área. Conecta los centros de producción de Asia Oriental, con el litoral del Océano Indico, donde se encuentran los países con mayor crecimiento de población, y EE UU.

Esta apuesta asiática por la multilateralidad cuenta entre sus principales propulsores con India (posicionada en el corazón de la nueva centralidad), Japón, Australia y EE UU. Como toda idea, contiene una serie de valores y principios: un “Indo-Pacífico Libre y Abierto”, lo bautizó hace 10 años el mandatario japonés Shinzo Abe. Libre e inclusivo para la navegación. Abierto a la cooperación transnacional, el respeto al derecho internacional y la transparencia institucional. Y, cómo no, responde también al avance de China, presente en la zona a través del ramal marítimo de la Ruta de la Seda, con el objetivo de evitar una expansión territorial y militar como la acontecida en el mar del Sur de China. Las consecuencias defensivas quedan patentes en la nomenclatura de los documentos oficiales: el reciente Informe Estratégico del Indo-Pacífico del Departamento de Defensa estadounidense y el documento Francia y la seguridad en el Indo-Pacífico. La Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) presentó el pasado sábado en la cumbre de Bangkok las Perspectivas de ASEAN en el Indo-Pacífico. Prosperidad y vigilancia, asociación y conflicto. Además de un solapamiento de intereses entre las principales potencias, China se expande en vertical e India, en horizontal, señala Robert Kaplan, el espacio también ofrece un marco de interacción que garantice el bienestar de un amplio dominio común, interconectado por una tupida red de inversiones y vínculos comerciales.

El cambio de foco trasciende la semántica de la geografía, una mutación que apunta a los escenarios futuros, un paso más en el desplazamiento del centro de gravedad de la economía global hacia Oriente. La Unión Europea, si bien ha mostrado su interés, todavía no se ha pronunciado.@evabor3

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Sobre la firma

Eva Borreguero
Es profesora de Ciencia Política en la UCM, especializada en Asia Meridional. Ha sido Fulbright Scholar en la Universidad de Georgetown y Directora de Programas Educativos en Casa Asia (2007-2011). Autora de 'Hindú. Nacionalismo religioso y política en la India contemporánea'. Colabora y escribe artículos de opinión en EL PAÍS.

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