Eurovisión: La simbología oculta en los escenarios futuristas de Florian Wieder, el diseñador del festival
Si alguien quiere crear uno de los mayores espectáculos televisivos del mundo, no duda a quién debe llamar. Nervios de acero y una creatividad sin límites volcada en la pantalla. Esto es lo que significan todas esas formas y luces
Florian Wieder (Múnich, 1968) tiene nervios de acero. Tras unas gafas de pasta gruesa, que le otorgan cierta apariencia de empollón hipster, el responsable del diseño del festival de Eurovision no parece alterarse a pesar de los retrasos provocados por cuestiones burocráticas entre el gobierno israelí y la empresa encargada de la construcción del proscenio por el que pasaron ayer los representantes de los 26 países finalistas de la 64 edición del festival. Lleva desde el pasado 18 de abril en Tel Aviv, la ciudad que acogió el evento que los eurofans esperan durante meses con ansiedad, pero ni los nervios ni las prisas perturban su templanza germánica. Porque si alguien quiere crear uno de los mayores espectáculos televisivos del mundo, él es el hombre al que hay que llamar.
Nacido en Múnich, este diseñador y productor de televisión es todo un veterano de Eurovisión, además del culpable de que su escenografía cause estupor unas veces y temblores otras. No en vano, es conocido por haber diseñado la escenografía del mayor número de ediciones de la última década. Wieder estudió diseño y, al comienzo de su carrera, ejerció como músico y productor creativo.
En 1995, creó Wieder Design, una compañía de producción de entretenimiento con sede en Los Ángeles y Múnich, con la que realizó escenografías para artistas como Beyoncé, Kanye West, U2 o The Killers. Entre 2011 y 2015 ejerció de diseñador creativo para los MTV Video Music Awards. En la televisión británica ha sido el autor de escenarios del talent show The X Factor, mientras que en EE.UU. ha diseñado los de programas homólogos como American Idol. Su obra más conocida, sin embargo, lleva el sello eurovisivo.
1. Alemania, 2011 - Luces e innovación
De los últimos 10 años, en seis ha conceptualizado el set del festival, dejando su firma en la innovación y el diseño lumínico a gran escala. Hizo su debut en Düsseldorf (Alemania), en 2011, edición recordada por un escenario circular que conectaba con otro situado entre el público a través de una pasarela. El suelo tejido por líneas radiales con luces LED –una de las señas de identidad de Wieder– se duplicaba en el techo y culminaba en una pantalla gigante dividida en dos para mostrar a la audiencia y la Green room, en la que los artistas conocen los resultados de las votaciones.
2. Azerbaiyán, 2012 - De fuera adentro
En su segundo encargo, para la edición de Bakú 2012 (Azerbaiyán), optó por una planta poligonal rodeada por sus ya características pantallas de LED con formas angulosas que imitaban la estructura exterior del recinto del festival. Como novedad, la Green room se ubicó entre el público, tras haber estado durante décadas detrás del escenario.
3. Austria, 2015 - Un ojo al futuro
Para el 60 aniversario del certamen que acogió Austria en 2015, Wieder retomó la plataforma circular original rodeada por más de mil doscientos pilares individuales de iluminación LED. El objetivo, crear un portal con forma de ojo que representara, en palabras de la compañía de televisión austriaca ORF, "un puente entre el pasado, el presente y el futuro".
4. Ucrania, 2017 - Escenario personalizable
Amar pelos dois, la emotiva canción de Salvador Sobral, hizo romper la maldición de Portugal tras alzarse con la primera posición (solo lo había conseguido en su debut, en 1964) en la edición que acogió Kiev (Ucrania) en 2017. Para esta edición, basada en la diversidad, Wieder se decidió por una estructura a modo de huella que permitió a los espectadores situarse tan cerca como fuera posible de los artistas. Los paneles LED con movilidad independiente permitían que cada actuación contara con su propia escenografía. Gran dinamismo y recursos multimedia destacaron en un escenario donde se proyectaban imágenes para crear diferentes ambientes.
5. Portugal, 2017 - Carta de navegación
Un año más tarde, en Lisboa, Wieder se inspiró en la navegación y las hojas de ruta marítimas para crear un escenario que emulaba un viaje por la historia portuguesa a través de la música. Para ello, diseñó varias estructuras circulares en suspensión que envolvían el escenario para recrear una sensación de movimiento en el mar. En esta ocasión no recurrió a pantallas LED ni proyecciones de fondo, según declaró la organización de Eurovision, para centrar toda la atención en los artistas y la iluminación.
6. Israel, 2019 - La estrella de David y las 12 tribus
En esta última edición, que ha acogido la ciudad de Tel Aviv (Israel), el diseñador, que ha creado premiados sets para las galas de los Premios MTV o Factor X, ha ahondado en su cultura histórica dando protagonismo a las canciones competidoras. "En Tel Aviv vamos a centrarnos en el mensaje de la canción, esas voces que encajan a la perfección y hablan por sí solas. Ese es el objetivo que quisimos materializar en el escenario”, declaró al Wieder medio oficial del certamen.
"El país anfitrión no marca las normas pero conozco muy bien Israel, tanto profesional como personalmente, y por ello decidí jugar con la figura del triángulo, que simbolizara la estrella de David y las 12 tribus del pueblo judío. Todo ello traducido a un lenguaje artístico, no evidente como hice con la navegación en Portugal".
En términos técnicos, Wieder retoma los muros de LED con formas y sistemas que permitan reproducir imágenes en directo, algo de lo que tuvo que prescindir en Lisboa por cuestiones de presupuesto. Entre ellas, un homenaje a la obra del polaco Dov Ben David que en 1979 decoró el escenario del festival celebrado en Jerusalem, y que representaba el emblema de la televisión pública israelí. Lo hizo para acoger a la ganadora del certamen de 1978, Gali Atari, que volvió a cantar anoche la canción con la que se coronó hace ya 40 años.
Situado en algún punto oculto del recinto de la ciudad israelí, y siempre detrás de sus gafas de pasta, el hombre que se encarga de que todo brille en Eurovisión seguirá contemplando el espectáculo con un rictus impertérrito. Lo demás, queda en manos de los intérpretes.
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