La bola milagrosa
SABÍAMOS que las pelotas de golf, además de ser prácticamente indestructibles, tienen un rebote impresionante. Eso se debe a que están recubiertas de una resina muy resistente. Lo que ignorábamos, hasta ahora, es que pueden rodar sobre el agua. Esa es la impresión que da en la fotografía la bola golpeada por José María Olazábal en el hoyo 16 durante una sesión de entrenamiento previa al Masters de Augusta. El jugador de Hondarribia, que se ha puesto dos veces la chaqueta verde en Georgia, ha logrado un efecto óptico espectacular: dos pelotas paralelas impactan en el agua y corren pegadas: una sobre la superficie y la otra bajo ella. ¿O es al revés?
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