Líridas 2019: dónde y cuándo ver la lluvia de estrellas
La lluvia de líridas no es la primera del año, pero sí uno de sus eventos astronómicos más importantes. Te contamos cómo disfrutarla en su máximo esplendor
Primero las cuadrántidas estrenaron 2019 en la noche del 3 al 4 de enero y, hace tan solo unos días, les llegó el turno de cruzar el cielo a las virgínidas. Ahora el calendario astronómico se acerca a una de sus citas claves: las líridas 2019. Esta lluvia de estrellas tiene lugar cada año en el mes de abril por estas fechas, siendo la noche del 22 al 23, es decir, la del próximo lunes, su mayor momento de actividad.
Como es habitual cuando se bautiza una lluvia de meteoros, las líridas deben su nombre al origen del que parecen provenir todas sus estrellas fugaces, algún punto (en la jerga astronómica se llama radiante) en la constelación Lyra, muy cerca de la que es su estrella más brillante, llamada Vega.
¿Pero qué son y por qué se producen las líridas?
Esta lluvia de estrellas está formada, básicamente, por polvo y rocas: partículas que se desprenden del cometa Thatcher cuando este pasa por el sistema solar, algo que ocurre una vez cada 415 años. En concreto, estos desechos cósmicos se originan cuando la Tierra, durante su viaje alrededor del Sol, atraviesa un anillo lleno de los fragmentos de este comenta, que colisionan con la atmósfera terrestre y se queman: el resultado son las estrellas fugaces o meteoros.
Para observar este fenómeno, que se repite en la naturaleza desde hace miles de años y cuyos primeros registros - recogidos en el libro chino de crónicas Zuo Zhuan - datan del año 687 a.C., son imprescindibles algunos factores que en las Líridas 2019 es improbable que se den. Al respecto, el Instituto Geográfico Nacional ya ha adelantado que este año no será fácil distinguirlas. Las lluvias que ha dejado la Semana Santa, sumado a que la luna se encuentra ya en el plenilunio (en su fase más brillante), no nos ayudarán a ello.
De cualquier forma, aquellos que no pierdan la esperanza de disfrutar de la última lluvia de estrellas hasta las acuáridas de principios de mayo deberán buscar sitios oscuros, libres de toda contaminación lumínica y de obstáculos demasiado altos como rascacielos. Será más sencillo aún si se encuentran en el sur de la Península y cerca del Mediterráneo y la buena noticia es que no harán falta instrumentos ópticos.
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