El impacto del 94% de las especies exóticas marinas se desconoce
El cangrejo verde europeo y la macroalga ‘Caulerpa cylindracea’ son las más perjudiciales para la biodiversidad
Una investigación publicada en la revista Nature Ecology & Evolution, afirma que solo se conoce el efecto en la biodiversidad del 6% de las especies exóticas marinas. El desplazamiento de estos grupos de fauna fuera de sus rangos geográficos nativos ha aumentado en las últimas cinco décadas, convirtiéndose así en una de las principales amenazas ambientales.
De las 1.260 especies exóticas registradas en el GRIIS (Global Register of Introduced and Invasive Species), solo 76 han sido cuantificadas en el estudio para analizar sus consecuencias en el medio ambiente, lo que significa que los efectos de la mayoría de las especies exóticas, en torno a un 94%, no han sido cuantificados rigurosamente. Esto es debido a dos factores como apunta la investigadora de la King Abdullah University of Science and Technology, Andrea Anton, primera autora del estudio: "La falta de medios y recursos en las universidades y centros de investigación y la dificultad de estudiar las especies que no son abundantes”, explica. Julia Santana, también autora e investigadora del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (IMEDEA), añade que el impacto ecológico de las demás es, en casi todos los casos, modesto por lo que “cabe la posibilidad de que los resultados de algunas investigaciones no se hayan divulgado debido al sesgo hacia la publicación de resultados significativos por parte de las revistas científicas”.
El análisis global del impacto de las especies exóticas sobre los ecosistemas marinos de forma sistemática ha sido una de las claves del estudio, ya que no se había podido observar anteriormente en ninguna otra investigación. Aunque su presencia en ciertos entornos tiene consecuencias ecológicas desastrosas, como por ejemplo la desaparición de otras especies nativas, la magnitud de estos impactos es mínima comparada con los efectos que tienen que ver con las amenazas del ser humano, como, por ejemplo, la pesca, según la investigación. En general, los descubrimientos indican que, analizadas en conjunto, estas reducen significativamente las propiedades ecológicas de las comunidades nativas marinas. Sin embargo, la mayoría tienen unos efectos modestos en los entornos marinos e incluso pueden llegar a ser efectos positivos.
“Cabe la posibilidad de que los resultados de algunas investigaciones no se hayan divulgado debido al sesgo hacia la publicación de resultados significativos por parte de las revistas científicas”
La principal autora de la investigación comenta que los resultados cuantitativos de este trabajo “contribuyen a resolver el debate actual sobre si el efecto ecológico de las especies exóticas se basa en impactos o en percepciones”. Además, con él se podrá identificar las más invasivas en los ecosistemas marinos y, por ende, se podrá establecer un control sobre ellas y su posible erradicación, de esta forma "se priorizan las especies exóticas invasoras y sus vías de introducción, se controlarán o erradicarán las especies prioritarias, y se habrán establecerán medidas para gestionar las vías de introducción a fin de evitar su introducción y establecimiento".
El impacto de las especies estudiadas varía dependiendo de la localidad y el tiempo donde se analice. Sin embargo, los productores primarios (plantas, algas y bacterias que producen materia orgánica) y depredadores exóticos han resultado tener los efectos más significativos en los entornos en los que se encuentran, clasificándose como los grupos más disruptivos de todas las especies exóticas marinas. En cambio, los productores primarios y los grupos de diferentes ejemplares nativos marinos en un mismo sistema, son los conjuntos de especies que se han visto más afectados.
El estudio se ha centrado en 19 de las especies exóticas que fueron escogidas por tener al menos tres estudios cuantitativos realizados sobre ellos y que, según Núria Marbà, investigadora científica del IMEDEA, “cumplían nuestro criterio de selección, permitiendo de esta forma un análisis de efectos ecológicos más robusto e individual”. Los investigadores concluyen que solo dos de estas han sido las que han tenido un efecto ecológico negativo significativo: el cangrejo verde europeo y la macroalga Caulerpa cylindracea. El primero “es nativo en Europa y el norte de África y su forma de introducirse en otros entornos es mediante el lastre de los barcos” explica el científico del IMEDEA Scott Bennett. Tiene unos efectos más negativos sobre sus presas, como por ejemplo las almejas y otros bivalvos. En cambio, la macroalga Caulerpa cylindracea, nativa de Australia occidental y que se puede encontrar en el Mediterráneo, ejerce los mayores efectos negativos sobre la abundancia y diversidad de otras macroalgas.
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