La muerte por cesárea es 100 veces más frecuente en países en desarrollo
Un estudio de 12 millones de partos en todo el mundo arroja resultados "peor de los esperados", según los investigadores
La cesárea es la intervención quirúrgica más frecuente del mundo. Su aplicación —en muchas ocasiones convertida en abuso—, que tiene como fin último preservar la vida de la madre y el niño en situaciones complicadas, no siempre tiene éxito. Pero los países de ingresos medios y bajos se llevan la peor parte: en ellos, las madres tienen 100 veces más probabilidades de morir en la intervención que en los desarrollados.
Es lo que ha descubierto una investigación que acaba de publicar la revista The Lancet tras analizar 12 millones de embarazos. Según Soha Sobhy, de la Universidad Queen Mary de Londres y una de las autoras, este es el mayor estudio sobre la materia y los datos en países en desarrollo son “peor de lo esperado”.
Estos son los principales hallazgos de la investigación:
- El riesgo de muerte materna en una cesárea en países de ingresos bajos y medios es de 7,6 por cada 1.000 procedimientos. Lo compara con el Reino Unido, donde es de 8 en cada 100.000.
- La peor tasa la tiene África Subsahariana, con casi 11 muertes por cada millar de intervenciones.
- En los países en desarrollo mueren 56 niños por cada 1.000 procedimientos, tasa que en África Subsahariana sube hasta 82,5 por 1.000.
- La muerte perinatal, que incluye el fallecimiento durante el parto y en los siete primeros días de vida, fue de 85 por 1.000 en los países en desarrollo, con tasas que superan los 354 por 1.000 en Oriente Próximo y el norte de África.
- Las mujeres que se someten a una cesárea de urgencia tienen el doble de posibilidades de morir que aquellas a las que se les planifica.
- Un tercio de las muertes tras la cesárea se debieron a hemorragias posparto; la preeclampsia (la tensión alta durante el embarazo) fue causante de un 19% de los fallecimientos; la sepsis, de un 22% y las complicaciones con la anestesia estuvieron detrás de un 14% de los casos.
Con estos datos sobre la mesa, los investigadores piden a autoridades de los países afectados y a los profesionales de la salud que mejoren el acceso a la cirugía, promuevan el uso adecuado del procedimiento, brinden entornos quirúrgicos seguros y aumenten la reanimación neonatal. El hecho de que la hemorragia sea la causa más común de muerte materna tras la cesárea es indicativo, según ellos, de las brechas en las habilidades del personal involucrado en el parto en manejar situaciones imprevistas, así como de la necesidad de capacitación en esta área. También aconsejan evaluar por qué se realizan las intervenciones para reducir las innecesarias.
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