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En África, enseñar a las enfermeras a hacer cesáreas puede salvar vidas

Mujeres de muchos países en desarrollo necesitan atención obstétrica de urgencia, pero sin médicos no pueden acceder a ella y mueren en el parto. Educar al personal sanitario es la clave

En Mozambique, debido a la falta de cirujanos se ha enseñado a las comadronas a practicar cesáreas de urgencia.
En Mozambique, debido a la falta de cirujanos se ha enseñado a las comadronas a practicar cesáreas de urgencia. John Wessels ( AFP)
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Cuando, el pasado abril, la joven de 28 años Chisom Anekwe murió durante el parto, la noticia tuvo eco en toda Nigeria e hizo que mucha gente pusiera en duda la seguridad y la eficacia del sistema sanitario del país. En particular, su muerte llamó la atención sobre lo difícil que es para muchas mujeres acceder a una necesaria, y a veces vital, cesárea.

Su marido, Valentine, explicaba a un periodista que su mujer, en avanzado estado de gestación, había ingresado en el hospital con la tensión alta cuatro días antes de morir. Los médicos le dijeron que, debido a su estado, un parto natural era peligroso, así que se prepararon para practicarle una cesárea. Pero el ginecólogo supuestamente encargado de hacerla no estaba disponible, y Chisom se puso de parto.

Valentine cuenta que, cuando por fin llegó el ginecólogo, el bebé ya había muerto. El marido pidió a los médicos que llevasen a cabo la cesárea para sacar el bebé mortinato y pagó la intervención. En vez de hacerlo, el equipo del hospital provocó el parto, y Chisom murió poco después a consecuencia de las complicaciones.

Maple Dappa, amigo de la familia y excompañero de Chisom, declara que él cree que si el hospital hubiese llevado a cabo la operación antes o durante las primeras fases del parto, tanto ella como el bebé estarían vivos. "Las cosas se dieron por sentadas, olvidando que entre la vida y la muerte hay una milésima de segundo", lamenta.

Dappa y otros amigos de Chisom han puesto en marcha en las redes sociales las campañas #justice4chisom y #savethenextvictim para llamar la atención de las mujeres sobre la historia de Chisom, informarlas de sus derechos en cuestiones de salud, y —esperan— promover por fin reformas en el sistema sanitario del país.

El caso de Chisom no es el único. Los expertos en salud aseguran que muchas mujeres de la zona que necesitan una cesárea por causas médicas no tienen acceso a ella debido a la precariedad de los sistemas sanitarios y a la falta de recursos.

Salomé Maswime y Gwinyai Masukume, de la Universidad de Witwatersrand, señalan en su estudio que, en estos momentos, África es el continente con la tasa de cesáreas más baja del mundo, con un 7,3%. Frente a él, en Europa el porcentaje es de un 25%, y en Latinoamérica y el Caribe, de un 40,5%.

Hay muchos motivos que hacen que las mujeres de África tengan tan poco acceso a la operación, afirman Maswime y Masukume. Algunos de ellos son la escasez de comadronas, obstetras, anestesistas, personal de laboratorio y otros profesionales relacionados; el acceso limitado a la información sanitaria por parte de la gente corriente; y la falta de equipos.

"También hay factores que trascienden con mucho el sistema sanitario convencional", explica Masukume. "Para practicar una cesárea suele hacer falta electricidad, y alrededor de dos tercios de la población del África subsahariana no tiene acceso a ella".

"Además, cuando alguien decide buscar ayuda, llegar a tiempo a un centro sanitario puede ser complicado debido a las dificultades para desplazarse. En el África subsahariana, el 80% de las carreteras no están asfaltadas", añade.

Para practicar una cesárea suele hacer falta electricidad, y  dos tercios de la población del África subsahariana no tiene acceso a ella

Es difícil vencer los obstáculos infraestructurales para poder suministrar electricidad, transporte y saneamiento, pero Maswime y Masukume afirman que hay una manera de resolver algunos de los problemas relacionados con los recursos humanos. Consiste en enseñar a practicar cesáreas a personas que no sean médicos.

En un artículo sobre el tema, Caroline Schneeberger y Matthew Mathai señalaban que "trasladar tareas a trabajadores sanitarios con menos preparación [que un cirujano] para la atención obstétrica de urgencia puede mejorar el acceso a intervenciones capaces de salvar la vida, y por tanto, contribuir a reducir la morbilidad y la mortalidad maternas y neonatales".

Mozambique ha adoptado con éxito este método, denominado "desplazamiento de tareas", aplicado a cesáreas y a otras intervenciones quirúrgicas. Desde 1984, el país emplea con éxito a enfermeras con formación quirúrgica, conocidas como "técnicas de cirugía".

Las cosas se dieron por sentadas, olvidando que entre la vida y la muerte hay una milésima de segundo

El doctor Carlos Funzamo, investigador del ministerio de Sanidad de Mozambique, señala que empezó a formar a técnicas quirúrgicas para suplir la falta de médicos debido a que muchos habían huido de la guerra civil del país. El problema era especialmente grave en las zonas rurales.

"Desde la introducción de estas técnicas, el país ha conseguido reducir su tasa de mortalidad materna a más de la mitad gracias a que ahora somos capaces de ofrecer intervenciones quirúrgicas vitales en zonas en las que antes no se podía disponer de estos servicios", explica. El doctor cita diversos estudios que comparan la calidad del servicio prestado por estas técnicas quirúrgicas con el que dan los médicos y muestran "muy pocas diferencias en su trabajo".

"Las ventajas de emplear técnicas quirúrgicas superan con mucho a los inconvenientes", asegura. "Se ha demostrado que es una solución rentable para nuestro país".

Este texto fue publicado originalmente en inglés en la página web de Newsdeeply en este enlace.

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