La Guardia Civil fue a ciegas
Ni siquiera un mando clave del operativo del referéndum del 1-O sabía cuáles eran las órdenes reales del Gobierno
La sesión de ayer se prometía anodina. Pero, como en la vida, saltó la liebre. La liebre es el comandante de la Guardia Civil número P9654OQ. Era el jefe de la oficina de policía judicial de Barcelona.
Y ni siquiera él, un mando clave del operativo del referéndum del 1 de octubre, sabía cuáles eran las órdenes reales del Gobierno.
Así que, por escala jerárquica, se infiere que los guardias civiles y los policías nacionales actuaron a ciegas. O por intuición. O según la agudeza de su mando a ras de colegio.
Desconocían, aseguró, la instrucción 4/2017, de 29 de septiembre de 2017, del secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto —el máximo responsable del Gobierno central desplazado a Barcelona—, que los instruía sobre los “criterios de actuación” (página 4) que debían seguir “durante la fase operativa”: en la jornada del referéndum ilegal.
Lean despacio. Así escribió Nieto el primer criterio: “Toda intervención debe estar presidida por la premisa general de priorizar la seguridad, tanto de los efectivos policiales como de los ciudadanos, sobre la eficacia, y preservar la pacífica convivencia. Se hará un uso mínimo y proporcionado de la fuerza, evitando cualquier exceso en su empleo”.
Esas fueron las órdenes. Pero todos sabemos, porque lo vimos en directo o diferido, que en algunos colegios no se cumplieron.
Y ayer aprendimos que si no se cumplieron fue porque no circularon hacia abajo. No llegaron ni al comandante P9654OQ, al menos según este cargo de la Benemérita testificó ayer:
—En concreto, no.
Así contestó a la pregunta de si se les había dado copia de esa instrucción trascendental. “Tampoco” se la explicaron en el briefing previo a la jornada de votación, afirmó.
—Sí nos dijeron que había que actuar con proporcionalidad —añadió. O sea, solo (y solo verbalmente) la última frase del primer criterio, literalmente transcrito aquí arriba.
Eso sí, el comandante opinó que, al cabo, la de las fuerzas de seguridad del Estado “fue una actuación proporcionada”, pese a algunas resoluciones judiciales ya discrepantes.
¿Quién cortocircuitó la instrucción? Cuando se sepa, sabremos quién fue la mano negra más negra de aquel día negro.
Hubo más. A algunos cuerpos también se les ocultó una parte clave del auto judicial (27/9/2017) de la magistrada Mercedes Armas, del Tribunal Superior catalán.
Ella ordenaba impedir “la consecución del referéndum, sin afectar la normal convivencia ciudadana”. Volveremos sobre este escándalo.
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