_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Dos semanas de doble poder en Venezuela

Maduro se muestra aislado, incapaz de controlar la agenda política y de diseñar ningún futuro

Xavier Vidal-Folch
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, durante una marcha contra el gobierno de Nicolás Maduro.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, durante una marcha contra el gobierno de Nicolás Maduro.Miguel Gutiérrez (EFE)

En pocas horas el levantamiento de Juan Guaidó cumplirá dos semanas. Dos semanas de despliegue de un auténtico doble poder en Venezuela. Esa es la situación en que el poder declinante impera con (insuficientes) controles de fuerza, pero se muestra aislado, incapaz de controlar la agenda política y de diseñar ningún futuro: no lo es la apelación abstracta al diálogo o la propuesta de repetir unas elecciones parlamentarias que nadie pone en duda.

Y en la que el poder ascendente solo manda sobre sus propios —aunque crecientes— partidarios, pero mantiene el desafío al líder obsolescente, aumenta sus apoyos internos y exteriores, controla el ritmo de los acontecimientos y reparte receta evidente: repetir los comicios presidenciales, pues fueron fraudulentos.

El doble poder es efímero. No dura siempre. Aunque se prolongue. No duró en la Rusia de 1917, entre el abril tímido-reformista de Kerensky y la revolución de octubre, bolchevique y soviética. Ni el 20/12/1978 en España, que alumbró la salida sincrética de una ruptura (de contenido) pactada mediante reforma (en su formalización). Y ahora todo va más deprisa.

Los factores que decantan las situaciones de doble poder son: control y hegemonía interior; alianzas externas; evolución de la coyuntura económica; calidad de los liderazgos en hacer valer sus poderes, también el del respaldo de la legalidad.

En todos esos criterios Guaidó aventaja a Maduro. El militar no osa detener al presidente de la Asamblea (ya lo habría hecho) ni tampoco asesinarle, pues sus edecanes no quieren. El apoyo inicial que le brindó el ministro de Defensa ya apelaba a un difuso diálogo. La unidad de las Fuerzas Armadas empieza a registrar disensiones. Y el dominio de la calle es compartido, con ventaja para el presidente interino, también brindada por los millones de venezolanos exiliados.

El apoyo internacional se vierte abrumadoramente hacia el poder ascendente, con excepción de ciertas semidictaduras (Turquía o Rusia) y la condicionada (y decente) distancia de Uruguay y México. El del Parlamento Europeo y el grueso de la UE servirá para matizar la incomodidad que provoca el sesgo Trump.

La asfixia económica fagocita la corrupción militar. Y la habilidad de Guaidó —anunciando amnistías, recabando apoyo militar para la ayuda humanitaria, pugnando por disputar el voto de las chabolas— se antoja muy superior a la torpe cachaza del matarife. No lo olviden: este anota 40 opositores asesinados. En días.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_