Las piezas artesanales y solidarias de Ikea que solo tú (y nadie más) tendrás en casa
La casa sueca reivindica el oficio tradicional con Välgörande, una colección realizada por expertos artesanos de Rumanía y Tailandia, creando puestos de empleo y piezas totalmente exclusivas. Ninguna es igual a otra
Zoltan Bojodi nunca se había interesado por la cestería. Pero con 22 años perdió su trabajo y decidió poner en práctica sus recuerdos. Realizó su primera pieza de mimbre de memoria, como tantas veces había visto hacerlo a sus padres, y ese primer intento se vendió de inmediato. Desde un humilde taller a las afueras de Cluj, Rumanía, con manos mucho más versadas, Zoli mantiene viva la tradición familiar y un también un oficio en peligro de extinción. Porque la artesanía es el nuevo lujo y reivindicar el oficio tradicional en plena era digital, un ejercicio de transgresión. Y compromiso.
De eso trata la nueva colección de Ikea, Välgörande, una serie de piezas artesanales que fusionan su estética nórdica y atemporal con los conocimientos ancestrales de expertos locales de Rumanía y Tailandia. Como las pequeñas cestas de mimbre que se ha encargado de tejer en exclusiva Bojodi. Para formalizar el proyecto, el gigante sueco ha colaborado con dos fundaciones, Meteshukar ButiQ y Doi Tung DP, que fomentan el empleo en comunidades desfavorecidas para mejorar sus condiciones de vida, mantener viva su cultura y acabar de una vez por todas con los prejuicios.
El resultado es una colección funcional y contemporánea a la que hay que sumarle una serie de artículos de madera, como un rodillo de cocina, un bol para la sal o dos cucharas de miel a prueba de precisión; piezas de cerámica tailandesa, textiles de azul intenso y productos de papelería a precios asequibles. Porque lo hecho a mano tampoco tiene que ser sinónimo de caro.
El mantra: crea local, vende global
No se trata de filantropía, ni mucho menos caridad. "Estamos siendo testigos de una tendencia global en la que cada vez más empresas buscan proveedores que sean empresas sociales", explica Andrei M Georgescu, director de Mesteshukar ButiQ. Con sede en Bucarest, esta organización emplea a un total de 18 artesanos, en su mayoría de la comunidad romaní, para confeccionar artículos de moda y decoración. Un modo de proporcionar ingresos directos a cada profesional con la venta de cada producto.
Los coqueteos de esta organización con Ikea empezaron en 2016, y tras dos años de presentaciones, bocetos y prototipos, la relación se ha formalizado en la línea Välgörande. La importancia de la colección no solo está en su compromiso social, con el que crean puestos de trabajo y conservan las fantásticas habilidades que los romaníes han ido trasmitiendo de forma familiar; significa también que es posible introducir una empresa social de pequeña escala en un mercado global de forma ética y sostenible.
No hay dos piezas iguales
Todo amante del diseño se encuentra con un dilema cuando el tema de Ikea, y la consiguiente democraticación estética, sale a colación: ¿cómo conseguir una casa distinta a las demás si no queda hogar en el que no hayan colado sus muebles? Ellos mismos han ironizado con el lujo y las piezas únicas en alguna de sus campañas, pero con esta colección artesanal, los estetas más exigentes pueden estar convencidos de que no hay dos piezas iguales.
Los utensilios de cocina de Välgörande están confeccionados en madera de haya, mucho más robusta y apropiada para el contacto con la comida. Los artesanos emplean más de cinco minutos en confeccionar cada rodillo de cocina minimalista o cada una de sus finísimas cucharas para la miel, y el acabado final, para el que utilizan una herramienta de corte, determinará su éxito o fracaso. No sirve despistarse. "Hay que trabajar con una precisión enorme, de lo contrario, el producto no queda bien", explica el tornero Dan Virgil, que ha dedicado su vida a la artesanía desde que aprendió el ofico a los 14 años.
Contra el narcotráfico: artesanía tailandesa
Mucho más longeva es la relación de Ikea con la otra empresa social implicada en la colección, Doi Tung DP. Un proyecto de desarrollo que nació en Tailandia a principios de los años noventa con la misión de recuperar los bosques naturales devastados por la producción de opio en la región y mejorar la sanidad y la educación de las personas afectadas por el narcotráfico.
Para lograr la independencia económica de los habitantes de la zona, se les ofrecieron puestos de trabajo de tejido y alfarería. Y funcionó. En la actualidad hay casi 11.000 personas empleadas en esta iniciativa. La colaboración con Ikea comenzó hace 10 años y para esta ocasión han creado las piezas de cerámica, los textiles y los productos de papel. Artículos exclusivos hechos con cuidado y gusto, como se puede observar en las ondas irregulares de los platos y los bols de desayuno o los impecables manteles de tonos azules.
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