Nada que objetar al pan: rico en hidratos de carbono que se transformarán en glucógeno, el combustible por excelencia para el organismo. Un panecillo aporta unas 80 calorías, vitaminas del grupo B y 8 gramos de fibra por cada 100 gramos de pan, siempre que sea integral. Según la composición, aportará más o menos sal, que aunque debamos mantener su ingesta controlada (5 gramos diarios, según la Organización Mundial de la Salud), puede ayudarnos cuando hacemos deporte con mucho calor: "La hiponatremia es un gran problema en deportes de resistencia. Surge cuando el sodio en sangre desciende por debajo de 135 mmol/litro en sangre y los síntomas son dolor cabeza, nauseas, confusión, malestar, hasta edema pulmonar, edema cerebral, coma y muerte", sentencia la nutricionista Belén Rodríguez Doñate, dietista-nutricionista y directora de la empresa de entrenamiento y asesoramiento nutricional para deportistas Tu Gestor de Salud.
Lo del vino, en cambio, no hay por dónde cogerlo. "El alcohol acelera la deshidratación", explica Andrea de Sanus Vitae. El American College of Sports Medicine recuerda que además las bebidas etílicas interfieren en la actividad del sistema nervioso central comprometiendo las capacidades motoras, la coordinación, el equilibrio y la toma de decisiones.