Letizia estrena la última gran joya de los Borbones
La reina se pone por primera vez la tiara rusa en la cena de Estado con el presidente de China, donde también lució las pulseras gemelas y unos pendientes de diamantes
La noche del miércoles, y pese al escrutinio habitual, nadie se fijó en el vestido que llevaba la reina Letizia. Diseñado por Felipe Varela, de terciopelo negro, cuello redondo, manga larga y sin más adornos que un breve drapeado en la cintura, con él la reina Letizia potenciaba el efecto de lienzo en blanco (en este caso en negro) para lucir lo realmente importante: las joyas.
La Reina sacó lo mejor de su joyero para recibir en una cena de gala al presidente de China, Xi Jinping, y su esposa, la otrora soprano Peng Liyuan, en su visita oficial a Madrid. Son contadas las ocasiones en las que doña Letizia luce piezas tan espectaculares: la primera fue durante la visita del presidente argentino Mauricio Macri y su esposa, Juliana Awada, a España, donde se puso por primera vez el vestido negro que llevó anoche y también la tiara Flor de Lis, una de las más importantes de los Borbones. También en julio de 2017 durante la visita a Londres hizo gala de las más preciadas piezas.
Para esta ocasión, la Reina ha sacado del joyero la última de las grandes bazas que le quedaban por lucir en público: la tiara Rusa. Realizada en platino, brillantes y con una veintena de perlas, esta joya de pasar es la única que no había lucido en público. Se la pudo ver con la mayoría de ellas (Floral, probablemente su favorita y que ha llevado en numerosos actos; Melleiro, Prusiana, Princesa y la realizada por Cartier) en su etapa de princesa, pero le faltaban dos, que ha evitado ponerse en los momentos más duros de la crisis y cuando la monarquía pasaba horas bajas de popularidad: la Flor de Lis, emblema de los Borbones y creada por la joyería Ansorena que sacó en febrero de 2017, y la Rusa, que se le ha visto ahora.
La tiara Rusa se creó para la reina María Cristina de Austria, la madre de Alfonso XIII, de acuerdo con el gusto de la época. Después pasó a su hijo y de ahí a María de las Mercedes, la madre del rey emérito Juan Carlos. De ahí que la hayan utilizado tanto su nuera, la reina Sofía, como sus hijas: la ha usado la infanta Pilar y la hija de esta, Simoneta Gómez Acebo, que la llevó en su boda en Palma de Mallorca acompañando a su vestido de Christian Dior, en septiembre de 1990. María de las Mercedes se la dejó a sus tres hijos, pero el entonces Rey llegó a un acuerdo con sus hermanas para quedársela.
No solo la diadema: la Reina usó otras cuatro joyas claves del joyero de los Borbones para este importante acto, ya que era la primera vez en 13 años que un presidente de China venía a España en visita oficial. Para empezar, los grandes pendientes de brillantes que pertenecieron a Victoria Eugenia, y que la infanta Cristina lució en su boda con Iñaki Urdangarin. Después, optó por otro par, en este caso las pulseras gemelas. Se trata de un juego de dos brazaletes realizados por Cartier que desmontó la bisabuela de Felipe VI para crear estas joyas, y que la ahora reina ha usado desde hace año y medio en numerosas ocasiones, tanto en pareja como separadas.
Para completar el conjunto, la Reina también lució dos broches. Sobre el pecho, el de la Flor de Lis, de diamantes, representativa de los Borbones. Una pieza que se saca a su vez de la tiara Princesa, que Felipe VI le regaló en 2009 por su quinto aniversario de boda y que solo ha lucido una vez, en 2015 en la celebración del cumpleaños de la reina Margarita. Y para unir la banda que la acredita como miembro de la Orden de la Gran Cruz de Carlos III (la distinción civil más alta en España), el broche de la misma orden, de oro amarillo y diamantes, a la cadera.
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