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GENTE

Simoneta Gómez Acebo

Primera boda en la familia real tras la restauración de la Monarquía

Rocío García

Simoneta Gómez Acebo, hija de los duques de Badajoz y sobrina de los reyes de España, se casó ayer en Palma de Mallorca con José Miguel Fernández Sastrón, de 31 años, un empresario del sonido, nieto del famoso empresario Pepín Fernández. Éa boda contó con la presencia de los reyes Juan Carlos y Sofia, el príncipe de Asturias y las infantas Elena y Cristina. La ceremonia fue oficiada en la catedral por el obispo Teodoro Úbeda.Simoneta Gómez Acebo, de 22 años, hizo a pie el corto recorrido que separa la seo del palacio real de la Almudaina, convertido ayer en la casa de la novia, acompañada de su padre y padrino, Luis Gómez Acebo. La novia vestía un traje de seda blanco de falda estrecha y enorme cola diseñado por Gianfranco Ferré, de la casa Christian Dior, y tocada de una espectacular diadema de perlas y brillantes que fue propiedad de la reina María Cristina. Precediendo el paso de la novia, sus abuelos maternos, don Juan de Borbón y doña María de las Mercedes, y su madre, la infanta Pilar de Borbón, vestida con un traje en tonos verde pálido.

Los reyes de España, acompañados de sus dos hijas, llegaron a la catedral un cuarto de hora antes de la aparición de la novia. El príncipe Felipe de Borbón lo había hecho minutos antes, conduciendo su propio vehículo, un Seat Ibiza blanco, con su primo Alfonso Zurita.

La boda despertó una enorme expectación. Miles de personas se arremolinaron emociona das en los alrededores de la catedral aplaudiendo entusiasmadas la llegada de los invitados Entre los más vitoreados, la pa reja formada por Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal. Tras la ceremonia religiosa el nuevo matrimonio, acompañado de los Reyes y demás familiares, se sometió a una sesión fotográfica en el salón gótico del palacio de la Almudaina.

La expectación de la primera boda de: un miembro de la familia real española desde la restauración de la Monarquía ha sido enorme a lo largo de toda lít semana. La continua llegada de invitados al aeropuerto mallorquín, muchos de ellos fácilmente identificables por las delicadas sombrereras portadas con primor por las damas, fue la nota dominante. Allí llegaron, entre otros, los duques de Alba, los barones Thyssen, el empresario Plácido Arango y los banqueros Juan March y Claudio Boada. Los preparativos se vieron afectados por un imprevisto: Juan Cabrera, el encargado de organizar el banquete nupcial, tuvo que ser intervenido de urgencia de un coágulo en la cabeza.

El ágape para los 800 invitados se celebró en uno de los salones del Palacio de Congresos del Pueblo Español. Los delicados adornos centrales florales con velas amarillas, verdes y blancas chocaban con las corrientes sillas de plástico blancas dispuestas para el evento.

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