¿Se digitalizará el euro?
Recién ha salido un informe del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) sobre la moneda digital emitida por bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés). Vamos a ver qué impactos se producirán si todos los billetes y las monedas de euro son sustituidos por la moneda digital.
El efectivo está desapareciendo, al menos en algunos países. En Suecia el uso de metálicos es ya poco común y el Riksbank (banco central) está estudiando la posibilidad de emitir la e-crona. También Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de España, se manifestó a favor de la emisión de una moneda electrónica por el banco central cuando compareció en el Congreso de los Diputados en noviembre de 2017.
La digitalización del dinero de curso legal, sin embargo, plantea una pregunta muy importante: ¿En qué se difiere entre CBDC y el depósito en la banca privada?
Hoy en día, el dinero de curso legal son los metálicos y existen físicamente, con sus ventajas e inconvenientes. Si bien es un medio tangible y fácil de usar, sobre todo al pagar en un bar o en una feria, no es apropiado para realizar transacciones en grandes cantidades, incluso hasta 2012 cuando se permitía pagar más de 2.500 € en efectivo en España, pues el transporte de estos medios físicos significaba el riesgo de extravío, hurto, robo y/o atraco.
El cambio más relevante para todos nosotros es que el dinero será al 100% seguro
Tampoco era el mejor medio de pago para las transacciones online en que existen otras formas más cómodas, por ejemplo, transferencia bancaria online, tarjeta de crédito y Paypal. Era debido a estos inconvenientes que han surgido otros medios de pago para facilitar nuestra vida económica, pero el CBDC, al ser una moneda electrónica, tiene el potencial de superar algunas, si no todas, estas desventajas.
El cambio más relevante para todos nosotros es que el dinero será al 100% seguro. Hoy en día no se garantiza la seguridad si depositamos más de 100.000 € en una cuenta bancaria, pero el saldo en CBDC en las propias cuentas bancarias del banco central será totalmente garantizado, del mismo modo que hoy en día nadie teme que los billetes de euro pierdan su validez.
Es probable que mucha gente traslade sus depósitos en diferentes entidades financieras a una cuenta del banco central, sobre todo hoy en día cuando el tipo de interés es prácticamente nulo, lo que podría arriesgar el modelo de negocio de la banca privada. Si se ofrecen los mismos servicios bancarios (confirmación del saldo, transferencia y pago online, entre otros), ¿por qué necesitamos ser clientes de la banca privada, sobre todo si no pedimos préstamos?
El informe menciona, asimismo, la posibilidad de aplicar la tasa de interés negativo = oxidación. Obviamente la digitalización de la moneda es un paso importante para la puesta en marcha de una tal moneda, ya que el propio proceso de oxidación será mucho más sencillo para una moneda digital que para una metálica. Pero la puesta en marcha de una moneda oxidable significa también la separación entre el medio de intercambio y el de ahorro, puesto que se trata de una moneda no atesorable.
La CBDC oxidable puede ser una solución para los bancos que necesitan otra forma de realizar sus propias actividades comerciales. Ya que una moneda oxidable deja de ser un medio de ahorro, quienes quieren guardar el valor para su uso en el futuro se verán obligados a depositarla en una cuenta bancaria para evitar la pérdida paulatina. Se necesitará realizar un estudio profundo, no obstante, para que la CBDC y los depósitos en cuentas bancarias jueguen sus propios papeles distintos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.