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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Monedas sociales desde las 3 funciones del dinero

Thomas Maluck vía Flickr / Creative Commons
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Hay un elemento fundamental que necesitamos tener en cuenta para entender la naturaleza del dinero: sus tres funciones principales. Me gustaría dedicar este post para definirlas y compararlas con las prácticas de las monedas sociales.

Las tres funciones fundamentales de cualquier moneda son: medida de valor (si un litro de gasolina vale 1,20 €, 10 litros de gasolina equivalen a una comida de 12 €), medio de intercambio (me das un libro de 10 euros y a cambio te doy un billete de 10) y medio de ahorro (seguiré ahorrando dinero para poder comprar un coche en 2 años).

Como medida de valor, la mayoría de las monedas sociales son adecuadas por su estabilidad (equivalente a la moneda oficial o a hora). La única excepción preocupante son las criptomonedas cuya cotización con la moneda oficial (principalmente el dólar estadounidense) fluctúa tan violentamente, pues su valor permanente cambiante hará difícil que las transacciones en este medio sean impulsadas.

En cuanto a la función de dinero como medio de intercambio, es imprescindible acordarse de la definición del dinero por Bernard Lietaer, experto mundial en monedas sociales y complementarias, de "un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio." Del mismo modo que podemos alterar el estatuto de una asociación para que funcione bajo una regla de juego más apropiada para su realidad, podemos crear nuestra propia regla para que sirva nuestra moneda social para lograr nuestras propias metas, por ejemplo:

Como medida de valor las monedas sociales son adecuadas por su estabilidad salvo la excepción preocupante de las criptomonedas

Además, sus otras características, distintas que las del dinero de curso legal generan otros impactos positivos, por ejemplo:

En cuanto al medio de ahorro, precisamente contrario a la idea de medio de intercambio (no puedes ahorrar si gastas el 100% de tu ingreso y viceversa), las monedas sociales cumplen esta función mejor que en moneda oficial en una hiperinflación. La subida desmesurada de precios imposibilita que el valor económico no sea almacenado en esta forma por mucho tiempo y entre otras opciones se presenta la de usar una moneda social como medio de ahorro, aunque se trata de un uso poco sólito. En algunos países donde la inseguridad es uno de los problemas más graves, funcionan las monedas sociales como un medio de ahorro contra robo. Ha habido casos en que los asaltantes se llevaron sólo la moneda oficial sin tocar la moneda local, ya que no valdría nada fuera de la zona (y el uso masivo de este medio de intercambio dentro de la zona generaría sospechas).

Pero el aspecto más relevante de la moneda social como medio de ahorro para mis lectores en España será la posibilidad de poder recibir algo que no se consiga fácilmente. Uno de los ejemplos es el uso de bancos del tiempo en Japón en la asistencia a los mayores, o sea una persona cuida a los mayores y acumula horas para poder gastarlas cuando esa misma persona sea tan mayor como para necesitar pedir esas ayudas. Pero cualquier otro servicio o bien a producirse en el fututo tiene la posibilidad de ser aceptada como respaldo.

Espero que este punto de vista os sirva para que podáis diseñar una moneda social más apropiada para vuestras necesidades.

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