El lobo vuelve a Holanda 150 años después de su desaparición por culpa de la caza
El mamífero carnívoro está cada vez más presente en Europa, y los granjeros holandeses piden subsidios para proteger a sus ovejas con cercas eléctricas. El lobo ya ha matado a 134 ejemplares desde enero
El Protocolo del Lobo (2013) es el novelesco título del programa del Gobierno holandés destinado a gestionar el regreso del mamífero carnívoro. Desaparecido del país en el siglo XIX debido a la caza, en 2015 fue avistado uno, y en 2016 otro. Las autoridades regionales calculan que hay ahora dos ejemplares en la zona centro y este: “unos adolescentes que aún no cazan ciervos, y asaltan a las ovejas”. Aunque el lobo (Canis lupus) es una especie en peligro protegida por la Directiva Europea Hábitats, las denuncias de los granjeros se han multiplicado: en 2017 perdieron 21 corderos; este año, son ya 134 cabezas muertas, según el Ministerio de Economía y Medioambiente. Los afectados piden al Gobierno ayuda para proteger a los rebaños con cercas eléctricas.
Aunque los perros matan más corderos que los lobos en Holanda (hasta 13.000 al año), según la Asociación para los Mamíferos, infunden menos temor a un gremio que cuenta con una cabaña ovina de 800.000 cabezas. Y si bien los expertos oficiales esperan que los lobos avistados “aprendan pronto a cazar ciervos, su presa favorita, y se olviden de los corderos”, su regreso no es solo un fenómeno local.
Los afectados han recibido ya 2.000 de los 15.000 euros calculados en concepto de daños por las 134 ovejas muertas hasta la fecha
El invierno pasado llegó uno a Bélgica, y están más asentados en Polonia, Italia, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia, entre otros. En Rusia puede haber hasta 50.000, según la Liga Finlandesa de la Naturaleza. En Alemania, la Asociación de Cazadores de Baja Sajonia ha avistado 16 manadas de diverso tamaño y varias parejas sin crías. En la localidad de Meppen, a 20 kilómetros de la frontera con Holanda, ha aparecido este año una familia con seis lobatos. “Dado que necesitan un territorio de unos 200 kilómetros cuadrados, es probable que se muevan por ambos países”, según Nature Today, el portal holandés dedicado a supervisar la flora y fauna locales.
En España, hay unas 300 manadas al noroeste del país, según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Entre 500 y 650 ejemplares de lobo ibérico murieron en 2017 cazados, envenenados o atropellados, según el informe Por la convivencia del hombre y el lobo, fundado en datos del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico y el Observatorio de Sostenibilidad.
El lobo tiene gran capacidad de adaptación, puesto que su dieta incluye desde yak a cerdos, y de antílopes a rebecos, en función del territorio. Y ovejas, desde luego. Las imágenes televisivas de lobos corriendo a lo largo de carreteras comarcales, no lejos de rebaños que permanecen al aire libre, han llevado al Gobierno holandés a tratar de aunar la conservación del carnívoro y su coexistencia con el hombre. Wolven in Nederland (Lobos en Holanda, en neerlandés), entidad formada por varios grupos ecologistas y la Federación de Cazadores, sigue su evolución, y dice que “caben unas 20 manadas”. De modo que los granjeros “deben adaptarse a su presencia guardando los rebaños con vallas electrificadas”. “Ahora el problema son los lobos itinerantes. Cuando se asientan en un territorio, su presa es la fauna salvaje”, añaden.
Le presentación del nuevo Protocolo holandés del Lobo está prevista para octubre, y los afectados han recibido ya 2.000 de los 15.000 euros calculados en concepto de daños por las 134 ovejas muertas hasta la fecha. Aunque la cifra puede variar. Por una cabeza así atacada se paga entre 33 y 306 euros, y la Asociación de Granjeros y Horticultores reclaman a las autoridades “al menos un subsidio para las cercas, de 1,20 metros de altura, como en Suecia y Alemania, porque el lobo solo se puede cazar con un permiso especial”. Por su parte, el Partido holandés de los Animales, que tiene 5 escaños en un Parlamento de 150, ha pedido a las provincias “que se preparen mejor para afrontar la llegada del lobo, que enriquece y equilibra la naturaleza”.
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