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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

“Queremos que los jóvenes sepan preservar la historia y la cultura de Mozambique”

Las danzas tradicionales de Xindiro Companhia, una alternativa para jóvenes desfavorecidos de Maputo

Algunos integrantes de Xindiro Companhia.
Algunos integrantes de Xindiro Companhia.Cortesía de Mauro Pinto
Tiziana Trotta
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La vida en Mozambique, uno de los países a la cola del índice de desarrollo humano del PNUD (el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), es dura. Aún más si eres un niño, como asegura también la clasificación anual de Save the Children de los peores lugares para la infancia. Inácio Mavunga puede dar fe de ello. Pero, a pesar de las dificultades, nunca perdió de vista su objetivo: ser bailarín. “Quería demostrarle a mi padre que podía hacerlo y así fue”, explica orgulloso el coordinador de Xindiro Companhia, una asociación cultural sin ánimo de lucro que trabaja con niños y jóvenes de Maxaquene, un barrio periférico de Maputo, la capital.

“Lo que me motiva para dedicarme a este trabajo es una larga y triste historia. La mía”, cuenta a través del correo electrónico. “Cuando mis padres se separaron, fue todo muy difícil para mí y tuve que dejar la escuela”. Mavunga no pudo volver a las aulas hasta ser involucrado en un programa de Unesco (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que le proporcionó dinero para hacer frente al pago de la matrícula y del transporte. “Cuando superé esa crisis, pensé: ¿por qué no puedo ayudar a los demás que también están en dificultad?”.

El bailarín Inácio Mavunga no es capaz de estimar con cuántos niños ha trabajado hasta ahora. “Quizás unos 1.800”, se arriesga

Para hacerlo, se sirvió de Xindiro Companhia, la asociación dedicada a la danza y al canto con la que colaboraba.  En 1998, el grupo, formado cuatro años antes por iniciativa de un profesor de la escuela primaria del barrio, se extendió para acoger a potenciales artistas jóvenes provenientes de contextos desfavorecidos. Hoy componen el equipo 48 profesionales, de los cuales la mitad son niños, que llevan los ritmos de la tradición mozambiqueña a los escenarios de todo el mundo, de Portugal —el mes pasado participaron en el Festival Evora Africa en Évora— a Noruega, de Zimbabue a Sudáfrica, Francia o Países Bajos.

“Han cambiado muchas cosas desde aquel entonces y hemos evolucionado mucho”, señala Mavunga. “Ahora, además de la Xindiro compañia, contamos con Xindiro Junior, Xindiririnho y Xindiro dance. Nuestros 24 profesores trabajan en 12 escuelas primarias y estamos ofreciendo formación a 40 niños en las áreas artísticas típicas de la danza mozambiqueña. Queremos que los jóvenes sepan preservar la historia y la cultura de Mozambique”.

El bailarín no es capaz de estimar con cuántos niños ha trabajado hasta ahora. “Quizás unos 1.800”, se arriesga. Tampoco puede mencionar alguna historia de los más pequeños que le haya impactado de manera especial, ya que “son demasiadas”.

Los niños entran en la compañía con seis años, cuando empiezan la escuela primaria. Algunos son seleccionados por su talento en la danza, otros llegan de la mano de sus padres y piden ser admitidos para escapar a la monotonía de un barrio que no ofrece muchas oportunidades.

“Trabajamos con la infancia vulnerable de Maxaquene. Hay huérfanos que viven con los abuelos, pese a que estos no están en condiciones de criar a unos niños; hijos de madres solteras; otros que han visto morir a sus padres por el VIH/Sida [el virus se ha dejado atrás una estela de 920.000 huérfanos entre 0 y 17 años en el país, según ONUSida]. Algunos jóvenes abusan de drogas y alcohol. La compañía les ayuda económicamente a estudiar”.

Cortesía de Mauro Pinto

El primer proyecto de Xindiro Companhia fue Karingana wa karingana, que sigue ininterrumpido desde 2009 para formar a los niños en técnicas de danzas tradicionales mozambiqueñas, al que se suman iniciativas para reforzar la prevención y la reducción del impacto sobre los riesgos de prostitución, drogas, tráfico de menores, explotación de mano de obra infantil y VIH/Sida.

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Sobre la firma

Tiziana Trotta
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, principalmente en Planeta Futuro y en la Mesa Web. Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Urbino (Italia), Máster en Ciencias Históricas, Filológicas y de las Religiones por la Universidad Sorbona (Francia) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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