_
_
_
_
África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

‘Hakuna matata’: ya puedes tuitear en suajili

La lengua nacional de Kenia, Tanzania y Uganda es reconocida y traducida por la red social

Analía Iglesias
Fotograma de la película 'El rey león'.
Fotograma de la película 'El rey león'.YOUTUBE

El suajili acaba de convertirse en la primera lengua africana que reconoce (y traduce automáticamente) Twitter. La vasta red social estadounidense no volverá a confundir la lengua nacional keniana con el indonesio, como lo hacía hasta principios de mayo, por defecto. De ahí la campaña con el hashtag #SwahiliIsNotIndonesian ( suajili no es indonesio), que venía circulando desde abril, impulsada desde Kenia, uno de los países en los que el kishwahili –tal su nombre original– es lengua oficial.

Más información
Una lengua ignorada
Ciudades históricas de África, ecos de poder

El clamor en África del Este se hizo sentir antes y después del reconocimiento. Así, tras la verificación del bot-traductor, la euforia se vistió de etiqueta #TwitterRecognizeSwahili (Twitter reconoce el Suajili).

Unas cien millones de personas hablan esta lengua bantú, en 10 países, desde la República Democrática de Congo hasta Mozambique, pasando por Ruanda, Uganda, Burundí, Tanzania y Somalia. Es lengua nacional de Uganda, Tanzania y Kenia; también es una de las lenguas oficiales de la Unión Africana (junto con el inglés, el francés, el árabe, el español y el portugués).

Después del árabe –hablado por unas 150 millones de personas en África del Norte–, el suajili es el segundo idioma más utilizado entre los casi dos mil que se hablan en el continente africano. Cuesta creer que todos conozcamos algunos de sus vocablos pero, sí, en cualquier lugar del mundo hemos dicho, alguna vez, Hakuna Matata (no hay problema) y seguramente todos hemos mencionado a Simba (que significa león) o al mono Rafiki (amigo), los personajes del omnipresente Rey León.

Michael Jackson también flirteó con el suajili: en una canción de 1987 llamada Liberian girl, que se hizo especialmente conocida por la reunión de estrellas de Hollywood que consiguió el músico pop para su videoclip, hay un coro que dice algo aproximadamente así: naku penda piya-naku taka piya-mpenziwe (y te gusta que esté un poco loco). Esa parte estuvo a cargo de la cantante sudafricana Letta Mbulu (cabe aclarar que ni en Sudáfrica ni en Liberia se habla suajili).

Es el primer idioma africano identificado por Twitter

Lo cierto es que aunque un clásico de Disney sea el principal responsable de que la población mundial repita palabras en suajili, el gran defensor del idioma fue el escritor tanzano Shaaban Robert (1909-1962) a quien llaman “el padre del kiswahili”, por su compromiso con su lengua y con la transmisión del humanismo a través de ella. En Kusadikika, el escritor denuncia con una alegoría todas las injusticias de la ocupación colonial en Tanzania.

El suajili nació del contacto de los comerciantes árabes con los habitantes de la costa de África Oriental. De hecho, el nombre de esta lengua franca usada por los pueblos bantúes del Índico deriva de la palabra árabe sahil, que significa “de la costa” y se escribió con grafía árabe desde, por lo menos, el siglo XIII hasta el siglo XVIII. Justamente, de 1652 data el poema fundacional Hamziya, escrito con caracteres árabes. Ya a principios del siglo XIX penetró ampliamente al continente, llevado por las caravanas que iban hacia Uganda y el Congo. Ahora se escribe en alfabeto latino y se habla trufado de palabras del inglés y el portugués, que se han ido incorporando y adaptando a su sonoridad, como sucede con casi todas las apropiaciones dialectales.

Recuperar el contacto entre africanos en sus propias lenguas es, sin duda, un gesto descolonizador. Como nos decía el poeta sudafricano Pitika Ntuli, en este mismo espacio: “cuando el poder del colonialismo impone su lengua y sus conocimientos, ya no se sabe quién tiene la verdad”.

Para refundar un “punto de vista” desde el nosotros, Ntuli proponía ahondar en las afinidades continentales, en la senda de lo que el escritor senegalés Cheikh Anta Diop escribió en The cultural unity (“La unidad cultural”), y practicar los idiomas ancestrales, eludiendo fronteras: “si alguien de Camerún habla despacio su idioma y yo escucho con atención, puedo llegar a comprender sus palabras porque hablo zulú. Y con los países del Magreb y el Norte de África nos podríamos entender en bereber, el idioma de antes de la colonización árabe. Hay grandes grupos de lenguas en África, pero hemos abandonado nuestras lenguas y por lo tanto, nuestras raíces”.

Unas cien millones de personas hablan esta lengua bantú, en 10 países

“Es tiempo de reimaginarnos –alegaba Ntuli– mirarnos en nuestro propio espejo en lugar de hacerlo en las fotocopias de otros (…) Nuestra herencia cultural original fue distorsionada por el colonialismo, que nos reseteó. Lo que hoy creemos de nosotros no es exactamente lo que somos, sino lo que otra gente cree de nosotros. Hoy estamos en condiciones de entendernos y volver a vernos, y poder ayudar a los demás a que nos comprendan de la manera en que nosotros queremos ser comprendidos”.

Más aquí, a ras de Administraciones Públicas, el Ministerio de Herencia y Deportes de Kenia, tuiteaba, el 7 de mayo: “Twitter reconoce el suajili como lengua; la red social con sede en EE.UU. ha añadido la capacidad de detectar las palabras en suajili en los tweets y de traducirlas. El kiswahili, ampliamente usado en África Oriental es el idioma nacional y el que une a la gente de Kenia”.

Puedes seguir ÁFRICA NO ES UN PAÍS en Twitter y Facebook.

Sobre la firma

Analía Iglesias
Colaboradora habitual en Planeta Futuro y El Viajero. Periodista y escritora argentina con dos décadas en España. Antes vivió en Alemania y en Marruecos, país que le inspiró el libro ‘Machi mushkil. Aproximaciones al destino magrebí’. Ha publicado dos ensayos en coautoría. Su primera novela es ‘Si los narcisos florecen, es revolución’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_