La última sevillana de Julián Muñoz
El exalcalde de Marbella vuelve a la cárcel tras un periodo de libertad controlada
La vida de Julián Muñoz (69 años) ha ido saltando estos años de las portadas de la prensa rosa a los grandes titulares de los periódicos, y viceversa. Su relación con Isabel Pantoja y su implicación en el caso Malaya convirtieron al exalcalde de Marbella en uno de los grandes protagonistas del corazón y la actualidad judicial. Pocos habrán olvidado esas acarameladas imágenes con la cantante en El Rocío que confirmaban su relación, las instantáneas subiendo al furgón policial tras su detención o las de su demacrado aspecto mientras declaraba ante el juez por un presunto desvío de fondos públicos. A ellas, se ha sumado estos días la de un Muñoz bailando sevillanas que ha desencadenado que el exregidor vuelva a un Centro de Inserción Social (CIS) para cumplir el tercer grado que, por motivos de salud, venía siguiendo en casa.
En marzo de 2016, la Audiencia Provincial de Málaga decidió concederle el régimen de semilibertad por la enfermedad “crónica, irreversible e incurable” que padece. Semanas después de esa decisión, Muñoz disfrutaba de su primera salida de fin de semana después de tres años en prisión. “Quiero estar con mis hijas y con mis nietos, nada más. Aspiro a intentar vivir”, aseguró entonces el exalcalde. Y eso parece que es lo que ha intentado hacer en este tiempo. Las imágenes de Muñoz bailando de madrugada con una mujer al ritmo de Sevillanas de Triana en el pub Trafalgar en la urbanización de Calahonda, en Mijas, se suman a otras como las del verano pasado cuando fue sorprendido por los fotógrafos en la playa.
Hay quienes creen que el exregidor no tiene el aspecto de una persona con importantes problemas de salud y quienes critican que se vaya de fiesta casi dos semanas después de ser condenado a otros seis meses de prisión y cinco años de inhabilitación por un delito continuado de prevaricación con malversación de caudales. “Aunque aparentemente esté mejor, padece enfermedades irreversibles”, asegura su abogado, Antonio José García Cabrera, quien recuerda que se le concedió el tercer grado porque “se acreditó que la permanencia en prisión le acortaba la vida y empeoraba su estado de salud”. Muñoz sufre una pluripatología crónica de carácter cardiovascular metabólico y respiratorio.
Él ha intentado en estos meses de libertad alejarse de los focos que, en su día, acaparó junto a Isabel Pantoja, una relación que terminó en febrero de 2009. La historia de amor de ambos estuvo marcada por la polémica ruptura del exalcalde con Mayte Zaldívar, quien llegó a airear su relación por los platós de televisión e, incluso, a acusar a su entonces marido de llevar a casa dinero oculto en bolsas de basura. Un tormentoso triángulo amoroso que acabó definitivamente en el banquillo, al ser condenadas ambas mujeres por blanqueo de capitales.
Pero pese a que el exregidor ha intentado ser más discreto en su día a día después de las imágenes en la playa, no ha podido evitar a la prensa. Ha sido fotografiado en diferentes chiringuitos y locales de la costa marbellí reunido o comiendo con amigos, como en el Víctor Beach de la Milla de Oro. También se conoce que acude a uno de los centros deportivos más exclusivos de la zona para cumplir las indicaciones médicas y mejorar su condición física. “Vamos para adelante”, se limitó a decir Muñoz el pasado verano a un reportero de televisión. Asimismo, en este tiempo, se ha preocupado por su imagen y se le ha visto en varias ocasiones salir de un centro de tratamiento de rayos UVA. “El tercer grado es un grado para resocializar y hacer vida normal dentro de su enfermedad”, mantiene su abogado, quien asegura que unas imágenes no pueden pesar más que los informes médicos.
El polémico vídeo bailando sevillanas ha acabado con los casi dos años de libertad de Muñoz, en los que primero iba solo a dormir al CIS de lunes a jueves y, desde febrero de 2017, podía pernoctar en su domicilio bajo control telemático, y allí debía permanecer entre las 23.00 y las 6.30 los mismos días. Condenado a más de 20 años de cárcel por media docena de causas, el exregidor duerme en el centro de Algeciras (Cádiz) desde el pasado lunes y, por el momento, se desconoce cuál será su nuevo régimen. “[Muñoz] no ha incumplido ninguna norma de conducta que le haya sido impuesta y jamás ha sido sancionado”, dice por su parte García Cabrera, quien señala que ya ha recurrido ante el juez la medida. La decisión de Instituciones Penitenciarias se debe a un “mal uso del medio telemático”.
En su día, Muñoz solicitó estar en el centro de Algeciras porque era el más cercano al domicilio que compartía con Karina Pau, con quien mantuvo una relación hasta poco después de obtener el tercer grado. Ahora, esta última polémica coincide con los rumores de una posible nueva relación con una empresaria venezolana de 39 años, que ya ha sido calificada como un montaje.
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